CAPÍTULO 15

125K 6.3K 579
                                    

Maratón 3/3

Un montón de murmullos me hizo despertar sobresaltada y con un leve dolor de cabeza. Erick ya no estaba en cama, normal en el. Tome el albornoz para tapar el pequeño vestido que tenía como pijama, seguro Erick me la coloco en la madrugada. El siempre hace eso. Detesta que duerma con mi ropa del diario.

Toda mi familia estaba reunida en la sala junto a Erick. ¿Es en serio? ¿Los llamó? Lo que me faltaba. Al verme, todos hicieron el típico sonido de alivio y comenzaron los saludos y abrazos. Luego de que mi mamá y mi hermana vieran mi cabeza, fue un poco más de alivio. Y ninguna de las dos se especializó en eso, por amor a Dios.

— Gabrielle, ven acá – Erick me llamo para sentarme a su lado – Hemos tomado la decisión de que te irás a New York por unos días hasta que la policía encuentre a Elliot y todo se calme.

— Disculpa. ¿Qué dijiste?

— Es lo mejor para ti.

— ¿Es en serio? – Pregunte incrédula – ¿Tengo que alejarme de mi familia y de ti para estar fuera de peligro? ¿Es en serio lo que estas diciendo?

Todos me miraban y ninguno decía nada. Sentía que la frustración ya había llegado a su limite, y la rabia la intentaba alcanzar. Es que es ilógico. ¿Tengo que básicamente desaparecer del radar para estar en paz? ¿Y comunicarme con mi familia por teléfono para que ellos estén bien? No me podía pasar nada peor porque así no lo quería Dios. Creo yo.

— ¿Y por qué no puedo irme a Rusia?

— Dracovic espera a que toques suelo ruso para poder atacar. No lo hará estando aquí porque no le conviene problemas entre Estados Unidos y Rusia.

— ¿Perfecto, no? – Sonreí con sarcasmo – Tanto allá como aquí hay un loco queriéndome matar, lo que me faltaba.

— Gaby, cálmate. Ya lo solucionaremos.

— No, mamá. He pasado mi vida entera con entrenamiento como para estas situaciones, se defenderme si me atacan. Tal vez no soy papá o mi tío Hunter, pero se muy bien lo que debo de hacer. ¿Y ahora tengo que correr como una cobarde? No soy esa clase de mujer.

Me di vuelta y subí a ducharme. Quería calmarme, respirar tranquilamente y pensar mejor. ¿Acaso en mi vida ya estaba destinado a que esto me pasaría? ¿Por esa razón papá pasó toda su vida entrenándome para que siempre pudiera defenderme? No le encontraba otra respuesta.

No puedo estar con mi familia en Rusia porque un loco obsesionado conmigo y mi padre, me mataría. No puedo estar en Miami porque el hermano de mi futuro esposo lo odia y quiere utilizarme a mi para hacerlo sentir dolor. ¿Si me voy a otro continente tal vez me encontraré a otro loco queriéndome matar por una razón que el tenga? Sería el colmo.

Después de bañarme, relajarme y pensar. Baje para el almuerzo que habían preparado para mi familia y para mí. En estos momentos lo menos que quiero es discutir otra vez con ellos. Se que debía de entenderlos, pero nadie me entendía a mi. Absolutamente nadie. Ni Erick, que planea casarse conmigo.

— ¿Y ya decidieron donde se hará la boda? – Pregunto mamá.

— Si, señora Sokolov. La boda civil será aquí y la eclesiástica en Rusia.

— No me digas así, por favor. Dime Jessica o suegra, como desees – Erick le dedico una sonrisa y siguió comiendo.

La comida salió de mi boca sin pedir permiso. ¿En que momento hablamos eso? O más bien... ¿En que momento Erick decidió eso? Últimamente ni había tenido cabeza para pensar en nuestro boda. Ni sé donde comprare mi vestido, y mi prometido ya sabe hasta dónde será nuestra boda. Me siento la peor novia de la vida.

Atados al amor • ¡FINALIZADA!Where stories live. Discover now