Capitulo 5

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(Julia)

El siguiente día fue inesperado.

Sarah se había encerrado en su habitación y solo salía si es que era estríctamente necesario, es decir, para comer e ir al baño. Adam, a primera hora del día, había desaparecido con la escusa de que tenía que ir a trabajar. Yo me quede recorriendo la casa, viendo la cocina, el living, la sala de estar, tratando de despejarme un poco. Estaba aburrida así que me dedique a buscar la maldita llave de la habitación de ayer. Se que Adam me dijo que no podía entrar, pero él no es mi padre, por ende, no tiene derecho sobre mí.

Corrí al cuarto del dueño, tratando de encontrar la llave, busque en todos lado, debajo de la cama, en el mueble en donde estaba la televisión, en el closet, más no había nada.

Finalmente me rendí, me senté en la cama, mirando a la nada. Me sentía inútil, ni siquiera era capaz de pillar algo tan simple como una llave.

Un momento, ¿Por qué Adam tiene dos cajas a un lado de la puerta, pues solo una se necesita para la basura?

Sonreí emocionada, precticamente me lancé contra esa caja. La abrí de inmediato, pero con cuidado porque tampoco soy un animal.

¿Saben con que me encontré?

—¿Julia?, ¿Dónde estás?
—rayos, ¿qué hago ahora?

Me levanté rápidamente, cerré como pude la caja y me dirigí a la ventana.

—¡¿Julia?! —Demonios, ahora si que estoy muerta.

Miré la distancia que había entre el piso y la ventana, la cual, es mucha. Sin embargo, sino me lanzo por aquí, voy a morir igual si salgo por la puerta.

Asi que no me quedó de otra, me paré en el borde de la ventana, suspire con miedo, cerré los ojos y salté.

—¿Ya estoy muerta? — pregunté en voz alta, abriendo de a poco mis ojos.

Para mi suerte, estoy vivita y coliando, para mi no tan suerte, Sarah me está buscando y de seguro me mata cuando vuelva.   Por lo tanto, no se me ocurrió nada mejor que salir al bosque. Caminé en silencio, escuchando la dulce melodía del viento y mirando la hermosura de esos grandes robles que llegaban a tapar el sol con su altura.

Llegue a una laguna con agua cristalina de donde caía una hermosa cascada.

—vaya pero que es lo que tenemos aquí... —una voz algo grave me sobresaltó. Me giré

Era un chico que era un poco más grande que yo. Me miraba con burla con esos ojos color aceituna.

—¿Quién eres? —pregunte curiosa

—Mi nombre es Dylan, y tu pequeña, ¿Como te llamas? —Me preguntó a cortando un poco de distancia entre nosotros.

—¿Por qué debería decir mi nombre aún desconocido? Y... ¿si eres un asesino o un violador —Le respondí a la defensiva. Se rió

—Lo mismo digo ¿Como sé que no eres una lunática que escapo del hospital psiquiátrico? —Me dijo luego de calmar un poco su risa

—Buen punto —acabe riéndome también— mi nombre es Julia

—No te había visto por aquí ¿Eres nueva? —me dijo mientras emprendíamos la caminata de vuelta.

—Si... —suspire— es algo complicado

—oh, bueno, cuando entremos más en confianza quizás me lo cuentes —me dijo sonriendo, contagiándome

Seguimos hablando y conociéndonos, por lo que pude enterarme, él llevaba años viviendo en el campo junto a su madre y hermana. Me contaba que la vida de campo era algo difícil pero que también era mucho más divertida y relajada que en la ciudad.

Cuando llegamos a la casa de Adam me detuve y me coloque en frente de él, con la intensión de despedirme. Me miro confundido, luego miro la casa y luego a mi.

—¿Vives aquí? —Me dijo asombrado

—Si, ¿Por qué?—pregunte nuevamente intrigada

—por nada, es que pensé que esta casa estaba abandonada —me respondió aún sin salir de su asombro, aunque parece un poco fingido

《Genial, ya estoy viendo cosas donde no hay》

—Oh ¿enserio? —le dije algo confundida.

—sí, mi madre siempre dice que ante, hace años, esta casa estaba llena de vida, había risas y juegos pero que un día el silencio reino por completo —me habló con aires de misterio.

Estaba bastante sorprendida con lo que acababa de oír y también aún más confundida.

—¿Cómo sabe eso tu mamá?   —le digo con ganas de saber más.

—Ella a vivido aquí desde siempre, —me respondió— bueno, ahora me debo ir, fue un gusto conocerte —iba a cerrar la puerta pero me la detuvo con la mano —¿Nos volvemos mañana en el mismo lugar a la misma hora?

—con gusto —dije antes de entrar a la casa.

Sarah me miraba furiosa desde el living.

Rayos...se me había olvidado...

—COMO SE TE OCURRE SALIR SIN PERMISO —Grito enojadísima

—Tú no eres mi madre para pedirte permiso —Respondí un molesta

—Lo sé, ella esta muerta —Dijo neutra. Sentí mis ojos picar —y por ello te quieren muerta.

《Dime que ella no dijo eso》

—¡¡¡ERES CRUEL!!! —grite con las lagrimas apunto de salir.

—Lo sé —respondió sin ser afectada de mis palabras

—Se nota que nos has sufrido como para entenderme —respondí con odio.

—Tu no me conoces, —habló mirándome directamente a los ojos— hay personas que han sufrido tanto que ya no hay palabra que les afecte —prosiguió con esa mirada dura y fría

—yo... —no logré seguir.

¿Cual será el pasado de Sarah?

—Calla —me corto seca— no salgas de esta casa sin que yo lo sepa ¿Está claro?

Asentí perdida en mis pensamientos mientras ella desaparecía escalera arriba.

Me quedé en el living, pensando en Sarah y en como podía haber sido su vida antes de que la conociera y, por supuesto, también recordé al chico que conocí hoy, Dylan.

Al pensar en lo ultimo una sonrisa a pareció en mi rostro. Oh oh, Estoy en problemas.

Corazones Congelados #PGP2018Where stories live. Discover now