Love Me

Ayuda

La japonesa se había despertado igual de tarde aquel día, lo suficiente para llegar a la segunda clase, sin embargo no se esforzó en levantarse para eso, esta vez si tenía una razón para faltar.

En cuanto estuvo lo suficiente despierta y luego de lavarse la cara con el agua fría del lavabo se dirigió a encender la computadora y llamar a su amiga quien contesto en cuestión de segundos.

"¡Te dije que no faltaras al colegio!" En cuanto pudo ver su imagen está empezó a reclamar a lo cual rodó los ojos, se encogió de brazos y le pidió que bajase la voz pues sabía que la otra se encontraba en un lugar público. "También te dije que no era necesario."

"Cómo sea, dime qué tienes los boletos contigo." La mayor asintió mostrando los papeles por la pantalla logrando que está soltara un suspiro de alivio. "Estas a nada de subir ¿Verdad? ¿Cuánto dura el vuelo?"

"No sé, como cuatro o cinco horas." Luego de responder soltó una de sus típicas risas que salían de la nada, lo que confundió a quien la escuchaba. "Es la primera vez que te veo así de alterada, calmate, no estoy a punto de ir a la guerra."

"Tal vez no, pero es importante que llegues." No pudo preguntar el porque gracias a los altavoces del aeropuerto que llamaban a las personas de su vuelo.

"Me voy, más tarde me explicas."

Asintió y la contraria termino la llamada, por su parte comenzó a hacer sus cosas, sabía que está vez tendría que usar el transporte público pues no tenía quien la llevará y el aeropuerto no estaba a la vuelta de la esquina.

Su llegada no fue tan caótica como Myoui se lo imaginaba, llego justo a tiempo y cuando fue el momento no tuvo que esperar demasiado para tener a su amiga sobre ella dándole un abrazo que probablemente reservo desde antes de subir al avión.

Luego de los saludos y las muestras de afecto no hubo mucha práctica durante el camino, incluso si la mayor hacia preguntas insistentemente, la otra prefería guardarlo para cuando estuvieran de vuelta en casa.

Cuando finalmente llegaron la mayor parecía estar maravillada como niño en jugueteria nueva al ser la primera vez que conseguía ver el lugar donde vivía su amiga, más allá de solo su habitación.

"¿Dónde está Momo?" Pregunto luego de asomarse a los pocos espacios del departamento.

"Ni idea, no le dijiste que venías, ¿verdad?" Volteo a verla desde el sofá donde ya había tomado asiento.

"No, pensé que tú le dirías." Dejo sus maletas a un lado y se acercó tumbandose en el sillón colocando su cabeza sobre el regazo de la contraria."¿Ya puedes decirme?"

"Momo no puede estar con Tzuyu."

Dejo los rodeos y las excusas a un lado para ir directamente a su punto, lo que hizo que la morena soltará un suspiro mientras rodaba los ojos para luego levantarse de donde se había acomodado.

"Dije que ya no iba a ayudar, a ninguna de las dos." Se quejo cruzándose de brazos mientras miraba a la otra con un gesto molesto."Hablo enserio, Mina."

"Lo se, por eso quiero que me ayudes." Quedo frente a ella casi suplicando, lo cual era poco común en ella y la otra lo sabía. "Momo no la puede lastimar así..."

"¿Y tú si?" Seguia sin perder su postura, Mina podría ser una de sus mejores amigas, sin embargo, a esas alturas era difícil incluso para ella saber cuándo era realmente sincera.

"Solo quiero a Momo lejos de ella, no más." Volvió a justificarse, se le hacía cada vez más difícil decir algo, a la otra parecía no importarle ya que se mantenía en silencio lo que hacía a esta frustrarse. "Igual, si no quieres ayudar me las arreglaré sola."

Se encogió de hombros y cambio si expresión amable por la típica fría y sería de siempre para dedicarsela, paso por un lado suyo apenas rozando su brazo para dirigirse a su habitación.

Luego de ver su expresión molesta y verla partir tan agresivamente esbozó una ligera sonrisa agachando la cabeza por unos segundos para luego tirarse en el sofá antes de que la perdiera de vista.

"Te ayudaré, deja de hacer berrinche." Se detuvo a medio pasillo apenas girando la cabeza esperando que la otra continuara.  "Ven aquí, no tengo idea de lo que planeas."

Mina bufo por unos segundos y finalmente se dió media vuelta para ir a sentarse al lado de Sana, donde estuvo un buen rato conversando con esta para explicar sus razones, por lo menos la mayoría ya que una tercer japonesa entró con una expresión de cansancio por su propia cuenta, la cual cambio de inmediato al ver a las otras dos en el sofá.

"Mina, ¿estoy alucinando gracias al alcohol o mataron a la cara de ardilla y su espíritu vino a despedirse?" Preguntó agresivamente señalando a la recién llegada la cual apenas había alcanzado a sonreír antes de fruncir el ceño un tanto ofendida, la otra por su parte negó a las dos opciones que su amiga había dado un tanto confundida. "¿Qué demonios haces aquí?"

"Oh, Sana, cariño, cuánto tiempo, ¿cómo estas? ¿llegaste bien?" Se cruzó de brazos mientras hacía una imitación en burla de la voz de la contraria, la que seguía confundida.

La mayor repitió su última pregunta mientras empezaba a acercarse, Mina optó por ponerse de pie para situarse entre las dos antes de que Momo se acercara demasiado, gracias a esto pudo darse cuenta de que no bromeaban con lo del alcohol.

"Yo debería preguntarte eso a ti." La miró desafiante y está solo se encogió de hombros.

"Tu casa está más cerca." Se excuso desviando la mirada hacia un punto indefinido.

"¿Por qué estás ebria?" Sana decidió intervenir quedándose a unos pasos detrás de la menor.

"No lo estoy, vengo de salir con Tzuyu y dios, esa niña es difícil." Se abrió paso entre las dos para llegar a tumbarse en el sillón mientras tiraba ligeramente de su cabello hacia atrás.

Ambas compartieron una mirada, una notablemente más molesta que la otra, rodó los ojos y relamio sus labios por unos segundos en lo que la otra hacia señas confusas con la mirada, las cuales no entendía del todo, cedió por dirigirse a su habitación sin decir más.

"¿Qué le pasa?" Habló luego de escuchar la puerta cerrarse mientras se tallaba los ojos.

"Creo que comió mucho..."