ΩCuarentavo PrimeroΩ

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Hoseok podía sentir el miedo en el cuerpo de Taehyung, quien se encontraba justo a un lado de él, ambos amarrados fuertemente de sus manos. Por la mente del mariscal pasaba lo tonto que eran cada uno de los guardias del rey, ya que estos habían puesto a Taehyung en su mismo carruaje. Pero muy en el fondo, se los agradecía, por lo menos podía calmar a su amado con sus palabras. 

-"Oye Taehyung..."- el nombrado volteo su vista y Hoseok sintió un poco de nervios. -"Si yo... llegara a matar a tu padre, me... tu me odiarías?"- pregunto casi en un hilo de voz, y en ese momento sintió como un malestar se instalaba justo en su pecho. El príncipe lo veía con un poco de enojo. 

-"No... no te odiaría..."- respondió Taehyung con una débil voz. Sin embargo, no separó el contacto que ambos pares de ojos tenían.  -"¿Planeas hacerlo?"-  Aquella pregunta no se la esperaba, tan solo bajó la vista y observó como el carruaje daba pequeños saltos debido al camino áspero. Estaban a un par de horas del palacio, lo cual significaba ver de nuevo a los ojos de ese maldito rey, Hoseok en realidad no sabia que es lo que iba a pasar, pero confiaba en si mismo, ni siquiera los pensamientos más negativos lo harían arrepentirse de su decisión. 

-"Tengo miedo..."- escucho aquel pequeño murmullo y Hoseok volteo su mirada al príncipe. Su corazón se encogió al oírlo de esa manera, tan solo trago saliva e inclinó su cabeza para poner su frente con la contraria. 

-"No... Taehyung, hay que mantenernos fuertes."- hablaba mientras miraba como los gruesos labios comenzaban a temblar, anunciando que su amado estaba a punto de llorar. Hoseok en ese momento quiso deshacerse de las fuertes correas que sujetaban ambas manos, quería acariciar a su príncipe, envolverlo con sus brazos, pero no podía. Maldijo a los oficiales que le habían puesto aquellas cosas a él y a sus amigos. Un sollozo fue suficiente para tener toda su atención de vuelta a la realidad. Taehyung tenía la cabeza gacha, podía observar como las gotas de lagrimas mojaban sus piernas. Hoseok no podía hacer mucho debido a las condiciones en las que se encontraban, tan solo murmuro un 

-"Oye"- haciendo que el príncipe poco a poco fijara sus irritados ojos en los del mariscal, sin querer esperar mas, se inclino un poco para así poder capturar la boca de Taehyung e iniciar un tierno beso. Inconscientemente lamió los labios contrarios, los cuales tenían un sabor salado debido a las lágrimas. 

Taehyung por otro lado, sentía que pronto su corazón saldría de su pecho, ya que el miedo hacía que latiera sobrenaturalmente. Sin embargo, sentir los labios de Hoseok lo había reconfortado de una manera especial, solo el tenía ese privilegio. Una gran parte de él, también quería ver a su padre muerto, el sabia que desearle la muerte a su propio progenitor era ilegal, pero una persona como el no merecía seguir con vida. Lo único que deseaba era vivir tranquilamente a lado de la persona que tenia su corazón. Nuevas lágrimas resbalaban por sus mejillas, sin embargo solo se enfoco en aquella boca que le hacia perder la cabeza. Poco a poco fueron terminando con el beso, Hoseok le sonrió haciendo que sus ojos tomaran forma de media luna, Taehyung tambien sonrió. 

-"Te prometo que todo saldrá bien, mi amor... no dejare que nada suceda con nosotros. Porque yo voy a quedarme contigo, si no podemos encontrar el cielo o la paz, no estas solo, yo siempre me quedaré a tu lado... ¿Confías en mi?"- como respuesta obtuvo un asentimiento y otro beso en sus labios. 

-"Lo hago, con mi vida"-.

...

El viaje al palacio había durado por lo menos nueve horas, las cuales fueron un infierno para Hoseok y su grupo. Uno de los guardias fue sacándolos uno por uno de cada carruaje, los pies del mariscal estaban adoloridos, ya que todo el camino había estado en una no muy buena posición. Cayó de cara al suelo cuando el oficial lo sacó del transporte, sus manos aun estaban atadas por lo cual no pudo amortiguar bien la caída. Taehyung trato de ayudarle pero otro guardia lo separo al instante de ser sacado. Hoseok se incorporó, sintiendo un dolor agudo en su ceja, alguno de los soldados le ayudó a levantarse, y cuando estuvo de pie, pudo observar los otros dos: Jimin y Namjoon, fijo bien su vista en el último, y se dio cuenta de que el joven gladiador tenía un ojo morado, producto de un golpe fuerte. El mariscal apretó fuerte los puños, tal vez uno de esos tontos oficiales le golpeó aprovechando que su amigo estaba amarrado. Hoseok se dio cuenta de que no solo el rey sería asesinado, sino también esos estúpidos soldados. Busco con la mirada a la princesa, pero no la observó por ninguna parte. Frunció el ceño ante eso.

Silenciosa Lealtad •|Vhope|• TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora