VII

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Luego de aquellas palabras, ambos soldados comenzaron el trote hasta el lugar donde se encontraban los demás. Al llegar, notaron que sus camaradas se encontraban moviendo un estante hasta el agujero del ducto, ya que era imposible escanearlo desde la posición inferior en la que se encontraba Hanji y así luego del escaneo, los soldados subirían con gran facilidad hasta allí. Pero tenían el tiempo contado, los zekes golpeaban sin descanso el portón y éste comenzaba a presentar ya pequeñas abolladuras.

Hanji subió con total agilidad hasta el agujero una vez los soldados acomodaron el estante, todos vieron cómo la luz azul parpadeante daba la vuelta en toda aquella inexplorada zona.

- Está listo. Aunque no se puede escanear por completo debido a lo largo que es, pero mientras vayamos avanzando el mapeo se irá completando.

- ¿Si es lo suficientemente grande y resistente para soportar el peso de más de 50 soldados? –Preguntó Levi con seriedad. –Ya que si hay un agujero aquí, es por algo

- Sí, quizás el tiempo y el descuido hicieron que el ducto se agujereara, espero que no haya más que sólo éste, ahora comiencen a subir si no quieren que luego les examine el cuerpo.

Luego de las palabras tan dulces por parte de Hanji, procedieron a subir los soldados novatos mezclando a los veteranos entre estos por si sucedía algún inconveniente. Mikasa, Levi y Erwin se encontraban entre los últimos por subir. Cuando había subido la mayoría de los jóvenes, un novato rubio llamado Thomas Wagner se acercó a ambos jefes, tenía una sonrisa apagada y sin rastros de esperanza en seguir viviendo.

- ¿Hay algún problema, soldado? –Preguntó Erwin con una ceja arqueada-

- No en realidad, señor. Sólo quería decirles que ya los zekes han formado un pequeño agujero en el portón, deberían todos subir más rápido, yo me quedaré para distraerles mientras ustedes se alejan.

- ¿Por qué sacrificarse cuando necesitamos soldados?

- Porque... como puede ver, tengo un brazo dislocado y mis pierna están heridas, llegué hasta acá con la ayuda de Reiner y Berthold. No seré capaz de trepar hasta allá arriba. No sirvo de mucho en esta condición.

- Entiendo. –Erwin miró a Levi y luego a Mikasa. –Suban ustedes, luego los demás soldados terminarán de subir, yo iré al final.

- Quitaré el estante del lugar, desordenaré este lugar lo más que pueda para distraerlos y que puedan escapar.

Erwin posó su mano derecha sobre el hombro sano del chico, éste aún sonreía con aquella tristeza que le embargaba. Mikasa subió con rapidez, le siguió Levi y los cinco soldados restantes.

- Tu nombre.

- Thomas Wagner, Señor.

- Recordaré esto, soldado. Tu orden final será: elimina o hiere a cuantos puedas, que esto no sea en vano.

- ¡Sí, señor!

Con esto, Erwin subió al ducto, siguiendo a sus camaradas. Escuchó el movimiento débil del joven al mover el estante, seguido de un estruendo causado por hacer caer varios objetos. Thomas, luego de su intento de desordenar el lugar, se acercó al portón, vio a los zekes cara a cara alistando su arma a pesar del dolor que le causaba cargar su arma y ejercer movilidad alguna a su extremidad, recargó y apuntó directo a los ojos a uno de los zekes que asomaba su cara en el agujero que habían formado, éste le gruñía como si le advirtiera que moriría segundos después. Y el joven en contestación, comenzó a disparar sin piedad alguna. Los disparos ocasionaron que la furia de las bestias incrementara, los golpes al portón se hicieron más constantes y fuertes y nuevos agujeros aparecían sobre él. El chico reía aún con el miedo apoderándose de él, disparaba sin detenerse por un instante, sólo para volver a cargar con más munición.

Attack On MutantsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora