Epílogo

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Salían a múltiples citas, se tomaban de la mano, se hacían caricias en sus mejillas, eran totalmente empalagosos.

Ya habían pasado ¿Tres meses?
El tiempo pasaba volando.

—¿Te puedo volver a decir que eres hermoso? —Tord asintió con vergüenza, Tom tomó su mejilla y le dio un beso corto en los labios— Eres lo más lindo que he visto, te amo.

—Yo también te amo, lindo. —Ambos rieron a leves carcajadas, era muy temprano, las 7 a.m. era muy temprana para ellos—

—¿Te gustaría comer algo mientras Matt y Edd despiertan?

Asintió, levantándose de la cama y yendo a la cocina.

—¿Te imaginas nosotros en el futuro? —Preguntó Tord dando un pequeño suspiro— Ya sabes... casados, tal vez con hijos... Odio a los niños.

Tom rió, ambos compartían ese pensamiento tan simple, ¿Quien quería niños si los dos juntos ya era perfecto?

—Me cuesta pensar en nosotros de ancianos dándonos besos.

Tom rió nuevamente con más fuerza, su broma había apestado, por supuesto.

—¿Compraremos una casa? —Ignoró el noruego la muy aburrida broma del contrario—

—Siempre quise tener una casa muy grande para los cuatro.

—La verdad es que tampoco me gustaría separarme de ese par. —Fue hasta un mueble y sacó unas tazas y cucharas— Aunque la presencia de Matt me hace sentir tenso.

—Si tuviéramos una casa significaría tener trabajo, ¿No? —El inglés ayudó a llevar algo de pan y mantequilla a la mesa que tenían, ordenando todo para los cuatro jóvenes— Te veo prostituyendote y te corto el pene.

—¡¿Que te hace pensar que me voy a prostituir?!

—¿El Hentai?

—¡Eso no tiene sentido!

—Para mi tiene sentido. —Tom tomó una botella con alcohol que tenía cerca y le dio un sorbo, miró risueño al comunista, quien tenía la cara baja y completamente roja— Hey.

Tord levantó la mirada aún avergonzado, Tom volvió a besarle.

—Casa significa familia, ¿Somos una familia? —El de chamarra roja asintió— Y si somos una familia, ¿Significa que nos casaremos?

Un movimiento impulsivo se vio en los brazos de Tord, sus mejillas se tornaron levemente rojas... ¿Casarse?

—¿A que viene eso?

—¿Por qué? Hay gente que se casa muy pronto luego de salir.

—P-pero nosotros--

—Nos llevamos conociendo durante años, Tord. —Le interrumpió el comunista— ¿No te gustaría casarte conmigo?

Tord quedó callado.

—Me encantaría. —Dejó sus estúpidos pensamientos de lado, después de todo era un beneficio que Tom le dijera tal cosa.

Sonrió con ternura, realmente lo amaba demasiado, por lo que sin pensar comenzó a darle pequeños besos.

Besos que subían más y más de tono.

No quería dejarse llevar, pero ya tres meses y no avanzar en nada le molestaba.

Pedía permiso para adentrar su lengua en la boca contraria, cosa a la que el británico no se negó.

Tom tocaba con anhelo la espalda de Tord, bajando hasta llegar a sus muslos, acariciándolos y apretándolos con brusquedad, cosa que a el noruego le encantaba.
Ese insaciable beso no acababa y ninguno de los dos quería que esto ocurriera, pero la falta de aire ya era demasiada, el noruego se separó con fuerza, tomando al británico de los hombros.
El pecho de este subía y bajaba con rapidez, sus ojos entrecerrados y sus mejillas rojas hacían que Tord deseara más que esos simples, pero empalagosos, besos y abrazos, Él quería más.

ᴠᵘᵉˡᵛᵉ ᵃ ᵐⁱˢ ᵇʳᵃᶻᵒˢ // ᵗᵒᵐᵗᵒʳᵈWhere stories live. Discover now