Prólogo

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Para los tres amigos fue algo inesperado sobre la visita del de chamarra roja, pero más inesperado fue el hecho de todo lo que les había ocasionado.

Tom seguía algo "enojado" gracias a que les había destruido la casa, Matt y Edd intentaban quitarlo de sus mentes y seguir el camino.

Pesadillas aveces molestaban al de cuencas vacías, y Tord siempre aparecía en ellas. Aunque llamarlas "pesadillas" era lo mínimo.

Sangre y lagrimas estaban presentes, Tom veía a el noruego, lo abrazaba nombrándole una y otra vez: "Te extraño, te extraño"

La mayoría de las veces despertaba con los ojos empapados en lagrimas, pero no quería aceptar de que... quizás si extrañaba a su compañero.

- ¿Estas seguro de que no quieres ir a algún psicólogo? -Preguntó Edd con una mano en el hombro de Tom, preocupado-

- ¡¿Por qué iba a necesitar yo un psicólogo?! -Se soltó con brusquedad, dándole un sorbo a la bebida alcohólica-

- Estas mal. -Afirmó Matt- Ya tenemos una casa y recuperamos todas las fotografías en las que salía yo, ¿Que es lo que te perturba tanto?

El inglés quedo en silencio, fue a encerrarse a su habitación algo molesto.

Matt y Edd lo miraron confundidos y preocupados.

Tom cerró su puerta con seguro, lanzándose a su cama y abrazando a Susan.

No le gustaba llamar la atención de nadie cuanto entraba a este estado, pero, de alguna manera, tenía que estar junto a sus amigos.

Podría distraerse de todo el tema sobre Tord y la extraña necesidad que tenía de verlo.

Con determinación, se secó unas pocas lagrimas que habían caído y se levantó de su cama.

Arrastró los pies hasta la puerta de su cuarto y se asomó.

Salió, asegurando de que sus amigos estuvieran en sus cuartos y se encaminó hasta la calle.

Ya era de noche y no tendría mucho que hacer, pero decidió ir a uno de los bares cercanos, con la cabeza gacha y las manos en sus bolsillos.

Era una noche nublada y no mucha gente parecía divisarse por las aceras, tenía un extraño gusto en la boca de que caería lluvia en poco... o tal vez solo fuera el amargo de el alcohol.

Ya, encontrando uno de los bares se dispuso a entrar y sentarse frente al mesón.

- Deme... lo mejor que tenga. -Murmuró en un tono depresivo-

El cantinero con una ceja arcada le sirvió un baso con un liquido burbujeante, que Tom tomó de un sorbo.

Así siguió, una y otra vez.

La garganta le quemaba y sentía que sus ojos iban a explotar en lagrimas, pero las contuvo.

[...]

La puerta del bar se abrió con fuerza, ya era más de la media noche y el lugar se encontraba vacío, era muy extraño que alguien entrara a aquellas horas.

La persona se sentó junto a Tom, quien tenía la cabeza apoyada en el mesón, completamente ebrio.

- Deme algo suave por favor. -Dijo él-

- Jah. -Río sarcástico el de cuencas vacías- Debes ser muy inútil... C-como para beber algo suave~

Dijo en un tono casi inentendible.

- Bueno, no quiero terminar como tal persona. -De su bolsillo sacó un cigarrillo y lo encendió- Has caído muy bajo, Tom.

El nombrado levantó la cabeza, mirándolo.

Su vista esta nublada, solo veía una mancha roja que parpadeaba frente a sí.

- ¿E-eres...?

- ¿Que no me recuerdas? -Se llevó el cigarro a la boca, dándole una bocanada- Soy yo, Tom.

El de chamarra azul no dio más y cayó rendido hacía él.

- Tord... -Si no hubiera estado tan borracho lo más probable es que le hubiera dado la paliza de su vida, pero este no era el caso- T-te ex--

Desde ahí todo fue oscuridad, no fue capaz de terminar la oración, ya que, se desplomó como un muñeco, desmallandose.

Solo unos minutos después, según Tom, este se encontraba en una cama, con Matt y Edd observándolo preocupados.

- ¿Q-que mi-?

- Te trajimos luego de que te desmallaras en el bar. -Dijo con rapidez, Edd- Es un alivio de que te encuentres bien.

- P-pero si... yo vi...

- Alguien está esperándote fuera.

ᴠᵘᵉˡᵛᵉ ᵃ ᵐⁱˢ ᵇʳᵃᶻᵒˢ // ᵗᵒᵐᵗᵒʳᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora