Ride [Larina Fanfic]

Solitaire.

El sentimiento de soledad podía sentirse incluso en la oscuridad a la que estaba sometida Elizabeth, a pesar de querer abrir sus ojos, los parpados le pesaban tanto que se sentían como rocas sobre su cabeza. La desesperación se adentraba paso a paso en su cuerpo a medida que sus intentos por despertarse seguían fallando, ella sabía que estaba consciente, pero despertar del todo le parecía algo muy lejano. Podía sentir a la gente hablando a su alrededor, podía escucha perfectamente la voz de su hermana y la de su madre, podía sentir el calor de los dedos de Chuck alrededor de su mano izquierda, podía sentir los sollozos de su madre, casi podía sentir el olor a colonia de su padre. Sus sentidos se habían incrementado mientras que su visión no parecía querer ayudarla a volver al mundo, de pronto, el terror se hizo presente, ¿Se habría quedado ciega en el accidente? Sabia perfectamente donde estaba, recordaba cada secuencia siguiente al fuerte impacto en su coche. Recordaba lograr abrir los ojos en medio de las sirenas de las ambulancias, recordaba ver como subían a Marina a una camilla, recordaba el dolor profundo que le pinchaba el omóplato derecho, recordaba las luces del hospital, recordaba las voces de los doctores y luego, todo silencio y oscuridad.

Haciendo un terrible esfuerzo, logro mover su mano izquierda y coger una de los dedos de Chuck.

- ¿Elizabeth? - La voz de Chuck se colaba en sus oídos mientras poco a poco Lizzy lograba levantar sus parpados y acostumbrarse a la luz de la habitación - ¡MAMÁ! ¡PAPÁ! Ha despertado -

- No grites, por favor - Lizzy fijó su vista en el rostro de su hermana, todo enrojecido gracias a las lagrimas que le recorrían lentamente las mejillas. En ese momento, la sonrisa de Chuck nunca había sido tan sincera y brillante, Elizabeth podría haberlo jurado.

- Lo siento, lo siento, ¿Como estas? ¿Te duele algo? ¿Debería llamar a la enfermera? ¿Estoy hablando mucho, verdad? Es que me alegra tanto que hayas despertado, hermanita, no te das una idea -

- Bien, estoy bien. Siento un pinchazo en el hombro, casi me llega hasta la palma de la mano, y un dolor leve en el pómulo, ¿Qué tal está mi cara? -

- Estás preciosa - Elizabeth torció una sonrisa, seguida de una mueca de dolor por el movimiento brusco de su pómulo lastimado.

Antes de que alguna de las dos pudiera articular una palabra mas, Patricia y Robert entraron a la habitación, golpeando la puerta a su paso - Cariño - Las lagrimas llenaron el rostro de Patricia mientras, con cuidado, tomo una de las manos de Elizabeth - ¿Como te sientes? -

- Bien, ya le he dicho todo a Chuck, pero solo tengo algún malestar - Robert coloca una mano en la pierna de Elizabeth y apretó con cuidado mientras le dedico una sonrisa de costado y la miro con cariño - ¿Saben como está Marina? - Las sonrisas de todos se pierden y el ambiente se vuelve tenso apenas Elizabeth hace mención de su novia, el peor pensamiento llega a su mente cuando ninguno emite comentario y solo se miran entre ellos. Sin siquiera notarlo, las lagrimas comienzan a caer de los ojos de la pelirroja mientras un espasmo le recorre el cuerpo de arriba hacia abajo - Díganme que está bien, por favor. ¡Díganme que está viva! - Un grito ahogado se escapa de la garganta de Elizabeth mientras siente como su mundo se viene abajo en segundos.

Chuck es la primera en hablar y llevarse toda la atención de su hermana cuando pronuncia las palabras que Elizabeth más pudo haber temido - Ella está bien, Liz. No nos informaron nada ya que no somos familiares, pero conocí a su hermana, Lafina, mientras ambas tomábamos un café solas anoche. Ellos.. Sus padres, están aquí, quieren que Marina vuelva a Inglaterra con ellos apenas le den el alta. Marina aun no lo sabe, sigue dormida y a pesar de sus esperanzas, los doctores no creen que vaya a despertarse. Sería casi un milagro que ella vuelva, pero, todo depende de ella, solo ella puede ganar esta batalla -