Ride [Larina Fanfic]

Black Beauty.

La pequeña libreta con garabatos sin sentido seguía sobre el regazo de Lizzie, las horas habían pasado mucho más rápido de lo que ella hubiera querido, y el atardecer ya se dejaba ver en el pequeño balcón en el que llevaba más de 3 horas. Las letras habían comenzado a tomar sentido formando palabras y seguidamente, oraciones. Una botella de vino tinto casi vacía yacía a su lado junto a una copa y su cajetilla de cigarrillos. Cuando Elizabeth tenía estos pequeños momentos de inspiración, simplemente dejaba que su mente vague por sus pensamientos, llenando hojas y hojas de sus sentimientos más profundos. Para su suerte era viernes y no tenía nada más que hacer, así que se dejó llevar por la nube en la que se encontró durante todo el día y había logrado darle forma a algún que otro párrafo para las canciones que solo componía para ella misma. El timbrazo repentino en la puerta de su piso la hizo volver a la realidad, y preguntándose quien podría ser, se levanto de la silla y caminó hasta la puerta de madera negra que la separaba de la persona que la esperaba tras ella.

- ¿Acaso tengo que venir a verte para que contestes mis mensajes y llamadas? -

- ¡DIOS MÍO, LUCY! - Lizzie rápidamente se abalanzó sobre la mujer que estaba del otro lado del marco de su puerta, abrazándola con todas las fuerzas que tenía y sonriendo como no lo había hecho en mucho tiempo - ¿Qué haces en la ciudad?, Dios mío, entra. Qué estúpida soy -

- Jamás cambias, Elizabeth Grant -

Lucy dio un paso dentro de la casa y sin pedir permiso, caminó hasta el sillón de cuero que adornaba la gran sala de estar de Elizabeth. Lucy Hale había sido la mejor amiga de la pelirroja desde la secundaria, donde se conocieron y congeniaron automáticamente. Elizabeth debía admitir que había tenido un pequeño crush con su amiga desde la primera vez que la había visto y como no tenerlo.. Lucy era un poco más pequeña de altura que Lizzie, con la piel color blanca como un papel y unos hermosos ojos color verde llenos de misterio y sensualidad. El cabello castaño oscuro le caía ondulado hacía ambos lados de la cara, tapando el costado de sus mejillas y dejándote concentrarte en su boca, que tenía el tamaño perfecto para querer besarla todo el maldito día.

- Venga Grant, ¿Qué hay de nuevo? - Lucy palmó el lugar en el sillón al lado de ella, indicándole a Lizzie que se sentara con ella, y Elizabeth así lo hizo.

- Casi nada nuevo, en realidad. ¿Qué tal tu con el cine y la fama? -

- La serie esta saliendo cada vez mejor, los fans son una de las mejores cosas que pudieron pasarme, pero aún así, algunas veces necesito un escape a la realidad, así que aquí me tienes - La castaña se levantó, dirigiéndose a la nevera y cogiendo dos cervezas volvió a su lugar anterior - Pero cuéntame de ti. Leí que tu padre compró parte de Neon Gold, ¿Qué hay con eso? -

- Al parecer las noticias viajan rápido hasta California.. Ya sabes, me puso a cargo de esa parte de la compañía. El trabajo es lo mío, metida en el mundo de la música que tanto me apasiona -

- Siempre te dije que deberías haber seguido tu sueño antes que el de tu padre - Lucy posó sus ojos en los de Elizabeth y la vio bajar la mirada hasta sus manos que estaban juntas sobre su regazo - Sabes que tu voz es preciosa -

- Eso solo lo dices por qué eres mi mejor amiga, es tu obligación -

- ¿Alguna vez me escuchaste mentir? - Elizabeth estaba por decir algo, pero Lucy reaccionó más rápido - El año que estuve mintiéndome a mi misma sobre mi sexualidad con Ashton no cuenta, estábamos en la secundaria y me daba miedo, tu lo sabes mejor que nadie. Y también sabes que gracias a ti pude sacar eso que tanto me atormentaba de dentro mío y poder vivir mi vida como siempre lo había querido -

*Flash Back*

Las luces del club en el que Lucy y Elizabeth bailaban comenzaba a molestarles. El alcohol aún no estaba en el torrente sanguíneo de Lizzie, pero si en el de Lucy que bailaba desinhibida pegando su cuerpo al de la pelirroja sin ninguna vergüenza. Los tragos iban y venían al ritmo que el dj cambiaba las canciones, igual que los chicos que se acercaban a ese par de chicas solas que bailaban en el medio de la pista con un vaso en la mano.