"Buenos días Marina"

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Los primeros rayos de sol se abrieron paso entre las nubes del cielo de Estados Unidos, mientras Lizzy y Marina terminaban la tercera taza de café de la noche. Para ser unas completas desconocidas, sentían conocerse demasiado. La madrugada había transcurrido entre historias y risas de parte de ambas mujeres y Marina juraría que si no fuera por qué su cuerpo le pedía una cama, se habría quedado para siempre escuchando a Lizzy hablar.

- Oh dios mío, son las 6 a.m - Marina habló mirando la pantalla de su iPhone que le indicaba que le quedaba poco menos de la mitad de batería.

- Tu charla fue demasiado interesante como para perder el tiempo mirando la hora - Esta vez fue Lizzy quien habló, mientras sonreía a la castaña que tenía sentada frente a ella.

Marina levantó la vista y se deslumbró con el color que habían tomado los ojos de la pelirroja, los rayos de sol llegaban justo a sus pupilas convirtiéndolas en mucho más pequeñas, mientras que sus ojos verdes, ahora tenían tonalidades grises en las esquinas.

- ¿Puedo verte en unos días? -

La pregunta de la pelirroja tomó por sorpresa a Marina, quien sintió que la sangre comenzaba a bombear mucho más fuerte en sus venas.

- Sí, claro que sí - Una sonrisa se posó en el rostro de Lizzy y Marina supo, en ese instante, que soñaría con ella al llegar a casa

- Ten, anota tu número -

La ojiverde revolvió en el bolsillo de su sudadera y sacó su celular de dentro de este. Entregándoselo a Marina y rozando su mano con mucho cuidado. El calor subió hasta las mejillas de ambas, la castaña tomó el celular y anotó su número rápidamente, devolviéndoselo a la pelirroja unos segundos después. Ambas pidieron la cuenta, pero cuando Lizzy sacó el dinero de su bolsillo, Marina la detuvó y sacó su billetera, pagó y dejó una propina a la mesera antes de levantarse y salir al frío de la ciudad.

- ¿Quieres que te acerque hasta tu casa? Mi coche esta solo a unas calles de aquí -

- Sería un placer seguir compartiendo tiempo contigo - Lizzy no sabía de donde salían las palabras, simplemente dejaba salir lo que su mente pensaba en ese momento. Y lo que pasaba dentro de ella era lo hermosa que era Marina y lo mucho que quería seguir conociéndola. Caminaron en silencio hasta la camioneta de Marina y esta, sacó las llaves de sus sweat-pants y activó la alarma, abriendo la puerta de Lizzy y rodeando el frente para subirse en el asiento del conductor.

- Tu camioneta es muy bonita -

- Oh, gracias. Siempre fue mi sueño comprarla y por fin pude hacerlo -

Lizzy le indicó su dirección y Marina comenzó a conducir luego de encender la calefacción. Compartían un silencio cómodo, Marina conducía y cada vez que podía se giraba a ver a Lizzy, que se limitaba a mirar por la ventana. Su perfil, su nariz perfilada, sus labios, sus largas pestañas y lo perfecta que se veía estaba comenzando a distraer a Marina. Agradeció que solo faltaban unas calles y se concentró en el camino. Aparcó en la puerta de lo que suponía era el departamento de Lizzy y se giró a verla mientras la pelirroja se quitaba el cinturón de seguridad.

- Fue genial conocerte, Marina. Fuiste una hermosa casualidad - Las voz de Lizzy tembló y Marina pudo notarlo, así que le dedicó una pequeña sonrisa

- Fue genial para mi también. A veces las casualidades de la vida nos terminan sorprendiendo de una buena manera -

Los ojos de ambas chicas se conectaron y la respiración de Marina se le atoró en la garganta cuando vio a Lizzy acercarse lentamente a ella y posar sus labios en su mejilla. Electricidad recorrió todo su cuerpo y no logró reaccionar hasta que escucho hablar a la pelirroja nuevamente

- Espera mi llamado. Qué tengas un excelente día - Acto seguido, Lizzy cerró la puerta de la camioneta y corrió hasta la puerta de su departamento con una sonrisa en el rostro y el corazón latiendole con toda la fuerza posible.

Las mejillas de Marina estaban ardiendo y arranco el coche haciendo rugir el motor, al mismo tiempo que se tocaba la mejilla con los dedos, aún sintiendo los labios de la pelirroja allí. Condujo lentamente hasta su departamento y dejó su camioneta en el garaje, subiendo hasta su piso y abriendo la puerta sin poder quitarse la risa de Lizzy de la mente, se dirigió al baño, se miró al espejo y maldijo por la bajo al notar las ojeras que adornaban su rostro, rápidamente se colocó el pijama y caminó hasta su cama. Dejó su celular en la pequeña mesa de luz que tenía al lado y cerró los ojos para intentar dormir. Una vibración la devolvió a la realidad y tomó su iPhone, lo desbloqueó y sonrió al notar un mensaje de un número desconocido.

"Espero que descanses el tiempo que te queda antes de ir al trabajo. Buenos días, Marina"

Sabía que era de Lizzy, así que rápidamente guardo el contacto y se abrazó a su almohada cayendo en un profundo sueño casi instantáneamente.

Unos kilómetros más allá, Lizzy sonreía a la almohada y recordaba la dulce risa de Marina. Sonrojándose como nunca antes y quedándose plácidamente dormida en cuestión de minutos.


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Volví! ah re

No puedo creer que la última actualización haya sido en Febrero, NO ME MATEN POR FAVOR. Actualizaré más seguido, lo juro por Marina diosa Diamandis.

Gracias a todos los que leen! Mañana posiblemente les de un capítulo mucho mas largo, perdón por lo corto que es.

Un beso enorme<3

Ride [Larina Fanfic]Where stories live. Discover now