"Tenemos que hablar"

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La sala de grabación estaba completamente en silencio esa mañana lluviosa, Marina había llegado hace algunas horas con una taza de café en la mano y algunas rosquillas. Apenas había tocado la silla del lugar, su mente comenzó a fluir en todas direcciones. El vuelo de la noche anterior aún la tenía un poco mareada, pero esa mañana era su primer día de grabación de su segundo disco, y sabía que tenía que tener su mente centrada en lo importante. Su disco y la promoción que le seguía a este. Tom le había cedido el lugar hasta entrada la tarde para que pudiera preparar algunas canciones en el piano y luego tendrían un poco más de tiempo de ese mismo día para lograr elegir todas las canciones que la castaña quisiera en el álbum. Las melodías de alguna que otra canción iban de un lado al otro de los auriculares que Marina llevaba, casi al unísono que las letras salían de sus labios. Cuando había logrado perfeccionar la tercera canción, su estómago rugió pidiéndole alimento. Rápidamente se giró y notó que el reloj colgado en la pared marcaba la 1 de la tarde, refunfuñando por el poco tiempo que le quedaba para terminar, se levantó y caminando hasta la puerta de la sala, salió al pasillo que conectaba con la oficina de Tom y Elizabeth. Desde que la pelirroja la había dejado en su piso la noche anterior, no había tenido noticias de ella, y no es como si hubiera tenido tiempo de pensar en ello, pero se sentía un poco molesta al no haber recibido el "buenos días" al que se acostumbró con el paso del tiempo. Haciendo resonar el sonido de sus tacones contra la madera del lugar, se encaminó hasta la recepción, saludando a Anna y saliendo por la puerta de entrada del lugar. Su Dodge tenía pequeñas gotas de agua de la lluvia que había caído esa misma mañana y levantando su vista hacía el cielo, Marina pudo notar el gris plomizo que se abría paso delante de ella. Se apresuró a desactivar la alarma de su camioneta, subiéndose en ella y partiendo hacía el lugar donde solía comprar comida cada vez que tenía que estar más tiempo del deseado en la discografía. La fila en dicho lugar llegaba hasta la puerta y Marina no pudo evitar mojarse un poco la chaqueta que traía puesta antes de lograr entrar, mientras ojeaba el menú por algún menú ejecutivo, una idea cruzó su mente y sin pensarlo demasiado, cogió su celular de su bolso y tecleo antes de presionar el enviar.

Los minutos pasaban rápidamente y no había respuesta del otro lado del teléfono, Marina le había escrito a Elizabeth para saber si le apetecía comer algo con ella cuando volviera al estudio, pero la pelirroja parecía estar muy ocupada como para contestar siquiera un mensaje.

[Lizzy – 13.25 p.m] Oye, estoy en Macie's. ¿Te apetece algo de almorzar? Tengo que estar en el estudio hasta tarde.

Y nada, allí mismo, sin respuesta. La castaña dejó de esperar y se volvió a colocar en la fila para hacer su pedido de una maldita vez. La tabla de comidas tenía un plato de salmón, salsa de hongos y papas con piel como plato del día, así que sin perder demasiado tiempo, la cantante se acercó a la caja, pidiendo para llevar, pagando y parándose al lado de la misma mientras esperaba su pedido. La bolsa de papel madera llegó a las mano de Marina unos minutos después, y agradeciendo, salió casi corriendo hacía su coche mientras maldecía por lo bajo. El reloj de su celular marcaba casi las 2 de la tarde, le quedaban poco más de 4 horas para terminar todas las canciones y comenzar a grabarlas con Tom y los productores. El trafico parecía ponerse en su contra, al igual que todas las personas en traje que salía por su hora de almorzar y se cruzaban por el medio de su camino en la calle. Logrando no atropellar a nadie, llegó al edificio de la discografía y saliendo del auto, se encaminó hacía la entrada. Sus ojos inmediatamente se dirigieron a una melena de cabello azul que estaba delante del escritorio de Anna. La dueña del cabello se giró al escuchar el sonido de la puerta y clavó su mirada en la de la castaña. La mujer, de no más de 18 años, traía puesta una sudadera gris, tal vez tres o cuatro talles más grandes que ella, unos jeans azules y unas botas de combate. Al notar a Marina, esbozó una sonrisa y se giró nuevamente hacía el escritorio que tenía delante de ella. Sin prestarle atención, la castaña corrió hacía el estudio de grabación, deteniéndose en la puerta de la pelirroja y escuchando solo silencio del otro lado de la puerta. Supuso que Elizabeth estaría en alguna reunión o algo por estilo, así que decidió no molestarla por lo que quedaba del día. Las horas volaron nuevamente mientras la cantante estaba concentrada en su música, las melodías salían casi por si solas, haciendo el trabajo de Marina mucho más llevadero de lo que debería haber sido. Cuando la pantalla de su iPhone se iluminó, la castaña notó el nombre de "Tom" en la pantalla y cogiéndolo de la mesa, contesto, deslizando su dedo por el vidrio.

Ride [Larina Fanfic]Where stories live. Discover now