21.

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Erin corrió tratando de ponerse las zapatillas de tacón alto mientras bajaba las escaleras. Caitlin y Estefa ya se encuentran abajo con los chicos. Estefa tardó más arreglando a Erin que a ella misma porque quería resaltar toda su belleza. Terminó de poner la segunda zapatilla al pie de la escalera.

-Se ve hermosa, Cenicienta -le saludó Nicholas.

Erin alzó la cabeza y lo vio con una hermosa sonrisa. Nicholas sabe perfectamente que Erin es hermosa al natural, pero esta noche la ve distinta. Los rizos caen a un lado enmarcando su rostro delgado, los pómulos enrojecidos a causa del maquillaje resaltan sus ojos azules. Los labios pintados de rojo la hacen parecer más atractiva. Y el vestido entallado del color de sus ojos le queda a la perfección.

-¿Verdad? -pregunta Estefa convencida de que hizo un buen trabajo.

-Me dijeron que no irías por lo ocurrido esta mañana -comentó Nicholas caminando hacia ella-. Me alegra que hayas decidido ir.

-Yo también -respondió aún sonriendo. 

Nicholas sacó del bolsillo interno de sus saco una orquídea blanca con una pulsera de perlas y le pidió su mano. La colocó con delicadeza.

-Un pajarito me dijo que nunca has ido a un baile, quiero ser el primero en darte esto -el volvió a sonreír.

-Gracias, Nicholas. No era necesario.

Nicholas asintió y le pasó la mano por la cintura, imitando la forma en que Adam sostenía a Estefa. 

El timbre de la casa sonó, la madre de Estefa corrió desde la cocina para abrirla.

-Mi cita debe estar aquí -avisó emocionada Caitlin. Agitando el tule de su vestido verde esmeralda.

Erik entró con un esmoquin a la sala. Saludó a Erin y a Nicholas con una sonrisa. Fue entonces cuando vio a Estefa a unos pasos de ellos. Se veía preciosa en aquel vestido rojo que daba la impresión de estar formado por pétalos de rosa. Ella le saludó con una sonrisa. Sintió celos. Celos de que Adam la sostuviera por la espalda y no el. Pensó que nunca debió dejarla ir, menos por Erin. Ahora no había duda de lo que sentía por ella. ¿Por qué tan de repente?

-Hola -saludó Caitlin sacándolo de sus pensamientos-. Te ves muy apuesto.

-Y tú muy guapa -le dijo.

Caitlin sonrió y la madre de Estefa apareció en la estancia con una cámara fotográfica. Les hizo un guiño mientras la agitaba con ambas manos y los chicos rieron.

-Chicas, posen ustedes primero -les pidió.

Erin, Caitlin y Estefa se acomodaron frente a la chimenea y se abrazaron. Alguna de ellas hizo un chiste, así que después de la primera foto, la segunda fue más natural. 

-Ahora ustedes chicos -pidió de nueva cuenta.

Los tres acompañantes de las chicas, se acomodaron de igual forma pero sin abrazarse y sin sonreír.

-Bien, Estefa -le habló Melisa-. Toma una foto a Erin y Nicholas. Ven, Erik.

Erik se acercó a Melisa mientras Nicholas y Erin posaban para la foto. Melisa tomó el moño atado alrededor del cuello de Erik.

-Estaba un poco desordenado -dice Melisa con una sonrisa.

-Gracias -Erik le sonríe de vuelta.

-Erik -le llama otra vez-. Te veías mejor con mi hija.

Erik sonríe con tristeza. Es como poner limón sobre la herida.

-¡Erik y Erin deberían tomarse una foto juntos! -sugiere Caitlin entusiasmada.

Elegidas #Wattys2018Where stories live. Discover now