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-Hay un baile la semana entrante -anunció Tefa.

-No entiendo como puedes estar pensando en bailes en esta situación -le reprochó Erik.

-Los bailes son bailes, Erik -dijo Merlina entregándole una taza de té-. Entusiasman más a las jovencitas, es normal

-Yo no veo entusiasmada a Erin -contradijo Erik sentándose en uno de los sofás.

Erin esta escuchando todo desde el segundo pasillo, toma uno de los libros de historia que necesita para hacer la tarea que quedo pendiente antes del incendio. Las clases se reanudarían mañana por la mañana.

Escuchó la charla desde las cortinas carmesí pero no dijo nada, recorrió el resto de los pasillos hasta llegar a ellos. 

-No estoy entusiasmada porque nunca he ido a un baile -respondió Erin.

-¡No te creo! -exclamó Tefa-. Entonces debemos de ir, te prestaré un lindo vestido y zapatos y te pondré un poco de maquillaje.

-No soy un experimento, Estefa -dijo Erin guardando el libro en su mochila mientras Merlina las veía sonriente.

-Creo que deberían de ir -dijo Merlina.

-Es el baile de bienvenida -insistió Tefa-. Deberíamos ir.

-Yo lo pensaré -respondió Erik.

-Yo no iré, ni siquiera se bailar -dijo Erin.

-Piénsalo -le recomendó Merlina.

Erin asintió mientras se sentaba a lado de Merlina y Tefa a lado de Erik. Se llevó la taza a los labios y dio un sorbo. Sintió la mirada de Erik fija en ella, lo volteó a ver y el le sonrió con nostalgia, como si acabara de recordar algo.

-Vi a mi padre -dijo Erin.

-¿Cómo? -preguntó Tefa sorprendida.

-El día del accidente -respondió tratando de decir las cosas con claridad.

-¿Lo viste cuando dejaste de respirar? ¿Cómo en un tunel o algo así? -insistió la pelirroja.

-No, fue antes de la caída.

-Es una locura -dijo Erik confundido-. ¿Cómo es posible?

-Estaba muy enojada conmigo misma cuando salí del café -reconoció-. Y caminé sin darme cuenta a donde iba, pensaba en mi padre y terminé ahí, en el río donde solía ir con el a diario a jugar.

Los tres la miraban atentos. Erin tragó saliva y parpadeó para no sentir la pesadez en sus ojos cristalinos.

-Y... -tomó aíre-, yo comencé a gritar furiosa al cielo. Se que fue tonto, pero así pasó. Después la voz me contestó, trataba de persuadirme para entregarme a ella, me resistí.

Erin sintió que lloraría, pero no se dejo derrumbar, era una chica fuerte después de todo, ¿no?

-Pero cuando lo vi delante de mi...cuando me llamó pequeña, como antes -se le quebró la voz-. Ya no puse resistencia, le pedí a mi padre que me llevara con el, pero se negó.

-¿Por qué? -preguntó Estefa.

-La cosa que mató a Elizabeth, también mató a mi padre, estoy segura -respondió Erin.

-Es posible... -murmuró Merlina.

-El dijo que no dejaría que me llevaran como lo hicieron con él -complementó Erin-. Y desapareció.

-¿Qué pasó después? -preguntó Erik.

-El río comenzó a agrietarse, y yo no quise correr. Me deje caer y llevar por el agua. A fin de cuentas, no podía moverme -respondió con toda sinceridad.

Elegidas #Wattys2018Where stories live. Discover now