CAPÍTULO XXII: AMOR ETERNO

33 6 0
                                    

Capítulo XXII

Amor eterno

María

Bryan: Y yo os declaro marido y mujer. ¡Felicidades!

 (...) 

Os preguntaréis a qué es debido, ¿verdad? Puesveréis... Hace poco más de un mes, Calum me propuso matrimonio, a lo que yo acepté encantada ymuy emocionada.Desde este momento podemos decir que estamoscasados, que somos marido y mujer... –a ver cuánto perdura esto, y no, no le estoy engañando conotra persona ni mucho menos traicionándole, sóloque ojalá lo nuestro no sea como las típicas parejasque se juran amor eterno, se casan y después noduran ni dos días...- pero, sinceramente, ahora soy muy feliz.Calum y yo estuvimos platicando bastante sobre el tema del matrimonio puesto que queríamoscasarnos cuando los demás estuvieran de vuelta ypudieran estar presente en la ceremonia, pero llegamos al tema de la batalla, y como no sabemos loque puede pasar una vez comenzada esta, decidimos contraer matrimonio antes de lo previsto por sihabía alguna emergencia.Cuando se lo propusimos a Bryan, este no quedó muy convencido porque con los preparativos ydemás, perderíamos varias clases de entrenamiento. Nos costó que aprobase dicha celebración, perofinalmente accedió, aunque con una condición: éltenía que ser el clérigo.Mi abuela se hizo cargo de ambos trajes, y sinceramente, son muchísimo mejores que los que sepuedan encontrar en las tiendas.Los chicos, junto a mis tíos, se repartieron el trabajo para elaborar los aperitivos y los platos queentre todos decidimos.Mis primos se fueron con Calum para ayudarle aelegir las alianzas.Y por último, pero no menos importante, mis padres acordaron en organizar los jardines, dándolesun gran y vistoso cambio, aportándoles una nuevaforma, y añadiéndoles nueva flora. 

(...) 

Me he quedado en el altar admirando al frente. Estoy muy impresionada con todo esto... A decir verdad, este día parece no ser real: todo va demasiado bien.A pesar de que somos muy pocos en este acontecimiento, me alegra saber que me encuentro rodeada de los seres que más quiero, aunque claramente, algunos falten.A lo lejos, puedo ver cómo Calum va colocando alos asistentes en la extensa mesa.Me fortalece conocer que están contentos conesta decisión. Pero hay algo que me atormenta. Nosé cómo estarán mi prima y los chicos; no sé si losvolveré a ver... No hay cosa que más desee que regresen sanos y salvos, pues no me fascina la ideade que a alguno le pase algo.Más allá de eso, soy consciente de que a pesarde las circunstancias que se puedan llegar a dar,vamos a salir adelante.Estaba sumisa en mis pensamientos hasta quesiento cómo zarandean de mi brazo para que prestase atención a tal incógnita. 

Abu: Vamos, hija. Te estamos esperando. 

María: sí, Abu. En seguida voy. 

Abu: Está bien, querida. No te tardes. 

Le respondí solo con un leve asentimiento de cabeza y la vi alejarse, llegando poco tiempo después al comedor,donde, si no me equivoco, se encuentran los partícipes.Me quedo sola de nuevo. Una lágrima de sangrerecorre la parte derecha de mi rostro. Puede ser que no vuelva a admirar este maravilloso paisaje, pero lo que más me atormenta es que, tal vez, no vuelva a ver a todas estas personas quehan influido tantísimo en mi vida. 

Veréis: cuando fui convertida, al principio, sabía controlar mi sed, pero llega la situación de quesi cumples dos años y no has probado la sangrehumana, mueres –aunque claro está que existenexcepciones–.

Flashback

Caí enferma, así que fui encerrada en una planta, aislada de todos los de mi raza, más que nada,porque corrían el riesgo de infectarse.Era muy raro el día en el cuál recibía alguna visita, y si iba alguien, bien era el doctor o el enfermero para controlarme y supervisar ciertas revisiones;o mis padres, y esto no se hacía muy a menudo.Poco a poco me vine empeorando notablemente,¿el por qué? Como todo ser, tenemos distinto ADNy diferente tipo de sangre, así que para curarme,debían de proporcionarme la misma molécula desangre extraída de un ser humano.Pues mi caso fue distinto: llenaban mi anatomíade sangre 0 negativo –la cual era mi tipo de sangre – pero erade un difunto humano, por lo cual, mi cuerpo combatía con la sangresuministrada y en seguida, la expulsaba. Así sucedía diariamente hasta que entré en coma.Permanecí alrededor de cinco meses en tal estado, y puedo corroborar que es una cosa espantosa, más aún cuando de vez en cuando puedes oír o, por el contrario, puedes permanecer semanas sin mostrarsentido alguno.Algo que hoy en día me sigo cuestionando es cómo es posible que sufriendo dicho estado, tu cerebro pueda representar toda tu vida en cuestionesde segundos.He de aclarar que aquellas personas que ven lamuerte como una vía de escape, respetando su opinión, me parece lo más aterrador del mundo, puessólo sientes cómo el órgano que te mantiene convida va dejando de latir, aunque no sabes cuándova a ser tu fin.

Una Razón Por Cual Vivir - Encadenada Al Tiempo (#1)  #Wattys2018Where stories live. Discover now