CAPÍTULO XIII: REENCUENTRO

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– Después de estar por más de dos horas buscándola, no hubo rastro de ella –

Gabriel: ¿Dónde puede estar? Ya hemos buscado por toda esta zona.

Mery: Ey tranquilo, la vamos a encontrar.

Blas: ¿Y si no es así?

Lourdes: Sí lo será, no pienso perder a una amiga, no me lo perdonaría nunca.

Isabelle: Tenemos que seguir buscando.

Carlos: Tomad walkitalkies para comunicarnos.

– Todos cogieron uno y se disponían a ponerse en marcha –

Gabriel: ¿Y si no la encontramos?

Anabelle: Lo vamos a hacer.

Álvaro: Darlo por hecho.

– Se distribuyeron por las distintas calles que había y empezaron una nueva búsqueda. Preguntaron a todas y cada una de las personas que se iban encontrando pero la respuesta siempre era la misma: "No la he visto, lo siento". Cuando no les quedaba esperanza alguna, Yanira vio a una de sus primas, María, pero estaba demasiado lejos como para poder afirmar su visión; ésta echó a correr y su vista no la había fallado, era ella –

María: ¿Yanira?

Yanira: La misma jaja.

María: ¿Cómo que estás aquí? Pareces apurada, ¿qué pasa?

Yanira: T-tu prima se ha ido corriendo y no la encontramos.

María: Melissa, ¿verdad? Y esta vez ¿por qué ha sido?

Yanira: ¿Cómo sabes que me refería a ella? Pues no tengo la menor idea.

María: Pues porque cuando éramos pequeñas ella se venía a pasar aquí las vacaciones y un día mi madre nos llevó al parque y estuvimos jugando, nos dirigimos hacia un árbol muy grande que había y descubrimos una pequeña caseta en él y ese se convirtió en nuestro lugar secreto, allí acudíamos cada vez que nos sentíamos mal o cuando nos ocurría algo. Por eso lo sé.

Yanira: ¿Y recuerdas dónde está situado?

María: Obviamente, es como un palacio abandonado – o así es cómo se lo conoce – llamado "El Palacio del Príncipe Mongo", que por cierto, ¡algún día os debo contar la historia!

Yanira: Millones de gracias. Una cosa... ¿Me ayudas a encontrarla?

María: Cómo no, ¡en marcha!

– Mientras se disponían en dirigirse a ese palacio, Yanira llamó a Lourdes para que supiese dónde se podría encontrar su amiga. Tardaron como una media hora en llegar al parque donde supuestamente se encontraba Melissa. Cuando Yanira y María llegaron, se encontraron a Calum, Mery, Carlos y David esperándoles –

Yanira: ¿¡Qué narices hace él aquí!? – Dice señalando a Calum –

Calum: Ey bonita, tranquilízate, que estoy para ayudaros.

Yanira: ¿Y cómo sabemos si eso es cierto?

Calum: Créeme que si no lo fuese, no estaría perdiendo el tiempo aquí.

Yanira: Ok.

– Nadie volvió a decir nada, cada uno sometido en sus pensamientos hasta que un chico les distrajo –

María: ¿Q-qué haces aquí?

X: Nada, ¿o es que te tengo que recordar algo?

X²: Eh, ¿tienes algún problema?

María: Gabriel, déjalo.

Gabriel: No, ¿quién es este nenaza?

X: Ey chaval, conmigo tente cuidadito.

Gabriel: Oh por favor, ¿qué me vas a hacer?

Daniel: ¡Callaos de una vez! Parecéis unos críos inmaduros.

X: A mí nadie me manda callar, imbécil. María, me las vas a pagar.

– Dicho esto, se fue –

Isabelle: María, cariño, ¿quién era ese?

María: Después os cuento, ahora hay que encontrar a mi prima.

– Todos asintieron y se distribuyeron por todo el territorio en su busca –

Mery: ¡Melissa! ¡Melissa! ¡Melissa! – Dice gritando – ¡Por favor, deja de hacer tonterías, nos tienes preocupados!

Carlos: Ey Mery, no te preocupes que la vamos a encontrar. – Dice abrazándola –

Mery: Eso espero.

– Desde otro punto –

Sé que mi actitud ha sido de una cría, ¿pero qué podía hacer? ¿Cómo se lo iba a explicar? Esto es superior a mis fuerzas. Abu, ¡ayúdame! – Dice Melissa, llorando –

|FlashBack|

– Su abuela desapareció cuando ella solo tenía cinco años. Ocurrió un martes 13 de diciembre, se habían ido de viaje familiar a un chalet que tenían en Galicia. Eran sobre las 19:00h y la Abu (que así era como llamaban a la abuela) dijo que iba a salir a por leña; aunque mis padres y mis tíos la dijeran que no, ella insistió y al final fue al bosque. Pasaban las horas y no aparecía, ya asustados, decidieron llamar a la policía y buscarla. Después de otras tantas horas de búsqueda, no la encontraron y decidieron cancelar la búsqueda hasta el día siguiente. Cuando el equipo policial les informó, tuvieron que hacer las maletas e irse a un hotel de la zona, ya que tenían que arrendar el chalet.

Al día siguiente la policía llamó a mi madre, diciéndola que solo quedaba en ese siniestro lugar una especie de capa roja de terciopelo y que en ella se encontraba una nota. Rompió al llanto y como pudo, se lo comunicó al resto de la familia.

Fueron al lugar donde la policía les había citado, y uno de estos la entregó la capa y la nota. A continuación de ese mismo día, regresaron a Madrid. En la ciudad se quedaron dos días para una conmemoración en su honor.

Durante esos dos días, Melissa y su prima María, estuvieron jugando en un parque que había cerca del apartamento donde los padres de ambas residían. En el parque había una caseta abandonada, no era muy visible así que dijeron que ésta fuese su escondite secreto. Al paso de los años, como iban creciendo y se estaban acostumbrando a recibir golpes que la vida nos depara, allí acudían cuando se sentían mal.

Al cabo de cuatro años, por vacaciones, Melissa pasó un mes con sus tíos y su prima. Una tarde, ellas decidieron ir a ese parque ya que hacía tiempo que ninguna iba. Cuando entraron, estaba llena de suciedad, más de como la recordaban, en un rincón de la pequeña caseta había un objeto brillando... Era un anillo, y en él estaba grabado el nombre de un tal Jack; pero así como pronto vieron ambas, pronto despareció y no volvieron a saber de él –


Una Razón Por Cual Vivir - Encadenada Al Tiempo (#1)  #Wattys2018Where stories live. Discover now