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11.Come back-Jesús [SEGUNDA PARTE]

Muchos me habíais pedido una segunda parte de la mini historia que hice con Jesús anteriormente, así que aquí la tenéis. Si no la habéis leído os recomiendo que lo hagáis para entender todo mejor. Espero que os guste

*Flashback*

Me quité el casco a toda prisa y, cojeando, arrastré la bicicleta hasta el bordillo de la acera. Miré hacia mi rodilla, donde sentía un dolor intenso, y pude ver que esta estaba empapada en sangre.  Me mordí el labio inferior y decidí ir lo que quedaba de camino a pie, abandonando la bicicleta en mitad de la calle. En aquel barrio no había más que personas mayores o adultos amargados que para lo único que salían era para recoger el periódico de las ocho de la mañana para ver si por fin un cometa se aproximaría a la Tierra. De todos modos mi bici, la de mi hermano, era una chatarra así que podía estar segura que no se movería de allí.

Me parecieron kilómetros y kilómetros cuando en realidad sólo había recorrido una calle. Llamé a la puerta y no tardaron en abrirme.

-Dios mio, (T/N).

-Necesito uno de tus milagros, Jesús.

Éste rió suavemente y me ayudó a entrar hasta sentarme en el sofá. En seguida regresó con una caja con betadine, vendas y alcohol.

-A ver si así te enteras de que eres malísima con la bicicleta.

-Sabes que no dejaré de usarla, soy muy floja.

-Y cabezota.

Asentí mientras este desinfectaba mi herida con delicadeza. Rodeó mi rodilla con vendas y suavemente la dejó caer.

-Todo te pasa a ti-rió.

Era cierto, si no me caía de la bicicleta, me resbalaba andando, me tropezaba con una papelera o me chocaba con una farola. Mala suerte, torpeza...fuese como fuese, siempre acababa magullada. Era una habilidad.

-No siempre voy a estar aquí para salvarte-dijo.

-¿Salvarme de una rasguño en la rodilla? Vaya, chico drama, menos mal que te tengo.

-Procura no separarte de mi demasiado-concluyó guiñándome un ojo.

*Fin del Flashback*

Sentía un fuerte dolor en el pecho a causa del dolor, de haber llorado a la vez que huía durante horas. No tenía aliento para preguntar a las demás, ni tan si quiera para mirar hacia atrás. Sabía que estaba con Cyndie, quién corría junto a mi, y a tres chicas más que podía ver por el rabillo del ojo. Éramos más, podía escucharlas correr atrás, aunque no muchas. La mayoría no pudieron salir de Oceanside o se perdieron en el camino. Años de sudor y lágrimas para nada porque todo se había disuelto.

El bosque se disipaba y al fin pude ver las rejas de lo que supe que era Alejandría. Sin embargo, al acercarme más pude ver que no éramos las únicas que esperaríamos a que abriesen las puertas. Me paré en seco y eso hizo que las demás repitiesen mi movimiento.

-¿Qué ocurre?-inquirió una jadeando.

-Salvadores...son...ellos-conteste intentando recobrar el aliento.

Cyndie hizo una señal para que todas se agachasen y poco a poco nos acercamos para obtener un buen plano de lo que ocurría. Así pude ver a Rick, en lo alto de una plataforma siendo apuntado por una tía con un peinado algo peculiar. Los salvadores también estaban alertas con sus armas y Negan gritaba.

-Creo que hemos llegado tarde.

Asentí. Después de que los salvadores atacasen nuestro campamento, seguramente habrían conseguido obtener información y alguien les habría dicho que el grupo de Rick se llevo sus armas. Eso debía haber durado unos cinco minutos, porque después de ese tiempo una marea de disparos que provenían del campamento resonó fuertemente. Después de eso no se escucharon más gritos.