8.- El raro

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Traté de encender un cigarrillo, a pesar de haber jurado en el pasado que nunca lo haría. La curiosidad me llevó a intentarlo después de que Logan me convenciera.

Nos habíamos escapado juntos. Logan tuvo la idea de salir a las dos de la mañana para ir al parque donde lo seguí la primera vez. En el camino, Logan me explicó que a esas horas llamaba al lugar "Lugar secreto y discreto" porque no mucha gente lo conocía y lo consideraba especial.

Estábamos sentados frente al lago, recostados en un árbol. Logan me miraba mientras yo intentaba encender el cigarrillo con una sonrisa burlona. A pesar de que sonaba patético, nunca logré hacerlo.

Logan compartió que la primera vez que fumó se ahogó durante varios minutos, pero después de más de ocho intentos, finalmente aprendió a hacerlo.

Él me enseñaba lentamente a prenderlo, pero todo era inútil. Claramente, esto de fumar no era lo mío.

—¿Sabes qué? Me rindo —dije, frustrada—. Esta mierda no es para mí —Tiré el cigarro y el encendedor hacia un lado.

Logan aceptó mi falta de habilidad con un encogimiento de hombros y se levantó para tomar el encendedor y prender su cigarro.

Me senté con las rodillas flexionadas, las abracé con los brazos y observé el hermoso lago azul iluminado por la luna. Todo estaba en silencio, la tranquilidad del lugar solo se rompía por el sonido del agua que corría en el lago.

Mientras lo contemplaba, una idea brilló en mi mente. Sonreí y miré a Logan. Él arqueó las cejas, y después de unos segundos, captó la idea y se asustó.

—Tengo una idea —dije emocionada, me levanté con un pequeño salto, le tendí la mano, y él la aceptó, levantándose casi al instante.

—Oh, no —murmuró, anticipando algo inusual.

Comencé a quitarme la ropa frente a él, quedando en ropa interior. Logan me vio de arriba para abajo sin saber qué decir. Le quité el abrigo negro, ayudé a quitarse la playera, él inmediatamente cubrió su cuerpo con sus brazos. Era tan delgado que podía ver la forma de sus costillas.

—Quítate el pantalón— Le ordené.

—No me voy a acostar contigo— Dijo, cansado.

—¿Qué? ¡No! Eso no, idiota.

Logan, luego de poner los ojos en blanco, comenzó a desabrocharse el pantalón para luego quitárselo completamente. Su piel era muy blanca, por lo que no pude evitar verlo de pies a cabeza. Se miraba muy atractivo. Él aún tenía un pequeño trozo del cigarro en su boca. Se lo quité para luego tirarlo.

Lo tomé de la mano y ambos corrimos hacia el lago. Sin embargo, antes de entrar en el agua, me detuve abruptamente, soltando la mano de Logan, quien no pudo detenerse a tiempo. Me reí de su expresión enojada y asustada. Luego, Logan salió del agua, caminó en grandes zancadas y me agarró de la mano, arrastrándome con él hacia lo profundo del lago.

—¡Idiota! —grité, sintiéndome atrapada en el agua—. ¡No sé nadar!

Logan comenzó a reírse mientras yo luchaba por llegar a un lugar donde mis pies tocaran el suelo.

—Es fácil.

—¡Vete al diablo, sácame de aquí! —ordené a duras penas, muerta de miedo.

—Solo ponte en mi espalda —dijo, dándose la vuelta.

Me subí a su espalda, rodeando su cuello con mis brazos, y Logan empezó a nadar. Nos sumergimos durante varios segundos y luego emergimos de un salto.

Apoyé mi barbilla en el hombro de Logan mientras él tomaba aire.

—Eres bueno nadando —admití.

—Eso es lo que dicen.

—Además, oh Dios mío, te ves muy atractivo así.

—Lindsey... —pronunció mi nombre como una advertencia.

—¡Es la verdad! Deberías al menos agradecerme.

—¿Gracias?

—Eres muy extraño.

—Tú eres patética —se defendió.

Ambos nos reímos, y Logan siguió nadando por unos minutos más.

Lo que nos uníaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang