6.-ENCANTADA NO DESCONOCIDO.

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CAPÍTULO 6. Encantada, no desconocido.

Elizabeth.

Cuando abro los ojos lo primero que siento es una jaqueca inmensa, unida a un dolor soportable en lugares que nunca pesé que podrían ser posibles.

Me extraño al ver que estoy desnuda en una cama y me tenso cuando me percato de que no estoy sola.

A mi lado, dándome la espalda y boca abajo, se encuentra un chico de pelo trigueño y tez bronceada, cubierto por una sábana hasta la cintura, de manera que solo se le ver la espalda y un tatuaje -con lo que parecen ser unas letras chinas- que tiene en el lado lateral de esta.

Me levanto lo más rápido que puedo a la vez que intento no hacer ruido para evitar despertarle.

Cuando veo un poco de sangre sobre la ropa de cama, me tapo la boca para que no se escuche mi sollozo.

¿Pero qué he hecho?

Antes de salir pitando por la puerta, me pongo apresuradamente la topa interior, el vestido y los tacones.

Nada más salir, me dirijo al ascensor y le doy al cero, cuando las puertas se cierran me pego a la pared y resbalo por ella hasta llegar a sentarme en el suelo.

Me tapo la boca con las manos, mientras encojo mis rodillas. Empiezo a sollozar.
El agua que se está acumulando en mis ojos termina desbordando, formando bastantes lágrimas y haciendo que surquen mi cara. Intento no emitir sonido alguno, pero al sollozar eso es imposible.
Me falta el aire por momentos y la rabia, la debilidad y el sentirme como una estúpida me embarga por dentro.
Quiero volver arriba y gritarle a ese mal nacido, pegarle, quiero...- Aprieto las manos, formando puños- pero también quiero todo lo contrario. El miedo del poder saber quien es y la vergüenza me pueden.

¿Dios mio, qué he hecho?

Al abrirse las puertas del ascensor me levanto rapidamente y me seco las mejillas.
Le dejo a Cara un mensaje para que venga a recogerme en donde quiera que me encuentre y a los veintos minutos más largos e histéricos de mi vida, la tengo delante.
Nada más verme sabe que he llorado y sistemáticamente me abraza sin preguntar y me guía hacia el coche sin separarse de mi en nungún momento.
Tampoco pregunta nada. Sabe como soy y, aunque es consciente de que nunca lloro, sabe perfectamente que nada bueno me ha pasado.

Tengo mi cabeza apoyada en el cristal del copiloto, con los brazos cruzados sobre mi pecho en medio de un silencio que no me importa y que considero evadido de la realidad.
Mi vista está situado en un punto no fijo y lágrimas silenciosas siguen resbalando por mi mejilla.

En el camino hacia su casa le digo que se detenga un momento en cuanto diviso una farmacia.

Después de pagar el producto que cogí previamente a la farmacéutica, me giro para salir del establecimiento y me encuentro con la barbie plastificada.

-Bonita compra.- Me dice con una sonrisa en su rosstro, sin dejar de mirar el paquete que llevo.

-Laila.-Le contesto mientras paso de ella para dirigirme de nuevo al coche.

No estoy con ánimos suficientes como para discutir y menos si es para acabar en una broncas.
Me abrocho el cinturón y poso sobre mi regazo la compra. Cara se molesta en mirarlo y abre los ojos como platos cuando sabe lo que es, pero sigue sin pronunciar palabra.

-¿Mejor prevenir que curar, no? - Solamente digo esas meras palabras y a continuación nos vuelvo a instalar en el mismo silencio de antes.

Al llegar a su casa lo primero que hago es tomarme la píldora y nada más salir del baño me la encuentro en su cama, cruzada de brazos y con la actitud de "estoy esperando una explicación".

Fue un error?    [PAUSADA]Where stories live. Discover now