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En Venezuela, Caracas. Gustavo Cerati terminaba su último show del tour Fuerza Natural tocando el solo del tema Lago en el Cielo vestido con un traje blanco y su guitarra Red Smith Multifoil. Este hombre de risos castaños y ojos celestes estaba terminando la gira de su séptimo álbum como solista.
La fama, las adicciones y las fiestas de trasnoche, lo habían convertido en una persona arrogante, terca, creída. Nada parecido a ese chico de 1982 que soñaba con tocar en una banda.

Esa noche todo había salido espectacular. El campus de la Universidad de Simón Bolívar se llenó por completo. La banda había sonado mucho mejor que en otros lugares.
Adrián Taverna y Richard Coleman entraron al camarín de Gustavo sin golpear la puerta.

-Algún día me voy a estar cambiando y me van a ver en pelotas- Sentado en un sillón blanco Gustavo se fumaba un Jockey suave largo.

-Fue el show más exitoso de la gira- Taverna no hizo caso a lo que su amigo había reprochado.

-Si, como siempre- Inhaló un poco su cigarro.

La penúltima fecha de la gira había sido en Bogotá, capital de Colombia. El sitio en donde tocaron tenía una acústica difícil y los equipos no eran muy favorables. Gustavo y Taverna tuvieron una pequeña discución por esto. En los camarines, luego del show se lo habían recriminado entre sí y se hecharon la culpa uno a otro.

Tocaron la puerta del camarín. Richard la abrió para ver quien era. Un chico de unos 25 años estaba esperando en el pasillo.

-¿Si? ¿Qué necesita?-

-Me llamo Lucas- Tomó aire -Yo había hablado con Adrián Taverna para poder hacer una entrevista a Cerati por el final de la gira-

-Espera un segundo- Dio media vuelta y dijo -Adrián ¿Vos has hablado con un pibe para que entreviste a Gustavo?-

-¡Si! Decile que pase-

El guitarrista dio otra media vuelta y lo hizo pasar. Muy tímidamente entró y saludó a todos. Taverna y Coleman los dejaron solos. Le explicó a Gustavo que era de la revista La Patilla de Venezuela y que quería escribir sobre el final de su gira.

-Okey pibe, entonces...- Se apoyó en el espaldar del sillón blanco -Let's go!-

Fueron y volvieron un montón de preguntas y respuestas. Gustavo se sentía cansado y quería deshacerse del chico lo más rápido posible.

-¿Piensas seguir como solista?- Acercó su celular a él.

-No se, no estoy seguro de lo que quiero en este momento. Solamente pienso en volver a Buenos Aires y descansar.

-¿Piensas formar alguna nueva banda?

-¿Con quién? Prefiero seguir solista- Dio una leve risa.

-¿Volverías a tocar con Soda? Se Acerca el 2010, dentro de dos años se cumplen 5 años de Me Verás Volver.

-¿Porqué todos preguntan sobre la vuelta de Soda? ¿No les entra en la cabeza? ¡No hay más Soda Stereo!- Se paró y le abrió la puerta al chico- Necesito que te vayas.

-Muchas gracias por tu tiempo Gustavo. Disculpa las molestias-

Cerati dio un portazo -¡¡¡Como joden con Soda mierda!!!-

Se fue a cambiar el traje blanco que aún llevaba puesto. Cuando salió del camarín todos ya habían guardado los equipos. Estaban listos para emprender el viaje de vuelta a Buenos Aires.
Tenían que hacer un trecho en trafic para salir de la montaña e ir al aeropuerto a tomar el vuelo hacia Argentina.

-Todo listo Gustavo. Ya nos podemos ir- Se cruzó con Eduardo Capilla.

-Okey, por favor vámonos ya de aquí. Ya no aguanto a la gente-

-Estás odioso ¿Eh?-

Rodeó los ojos -Vámonos de una maldita vez-

Gustavo se enojó cuando el chofer no lo dejó fumar adentro de la camioneta. Todos estaban alegres por el fin de la exitosa gira. El único que no disfrutaba del momento era él.
La noche era oscura. No se veía nada por la abundante niebla. El chofer quiso parar a esperar que se vaya un poco, pero Gustavo le ordenó que siguiera. Para colmo, comenzó a llover. No hacía frío, es más, estaba caluroso.
En un momento el conductor grita "¡Agarrense!" y la camioneta se dio vuelta. Adentro de ella estaban Eduardo Capilla, Leandro Fresco, Fernando Samalea, Anita Alvares de Toledo y Gustavo. Los equipos que iban en los asientos de atrás volaron hacia todos lados. Anita no tenía puesto el cinturón y salió disparada de la camioneta. Leandro; Capilla; Fernando y el conductor quedaron ilesos gracias a los cinturones. Gustavo recibió un golpe fuerte en la cabeza por una de las guitarras eléctricas y se desmayó.
Las ambulancias no tardaron en llegar.

Gustavo despertó en una clínica, consciente pero confundido. El golpe en la cabeza había sido muy fuerte. Por primera vez, él se sintió en un cuerpo que no le respondía del todo. Le era imposible hablar y su lado derecho estaba congelado. Su cerebro no funcionaba completamente bien.

-¿Cómo te sentís?- Le preguntó Tweety

No logró contestar. Miraba su brazo derecho, por más que quisiera no podía moverlo. La desesperación lo estaba por invadir. Pero él no se quería ver indefenso ante su amigo. Trató de levantarse para poder ir al baño, pero tenía varias cánulas conectadas a él, así que Tweety lo ayudó.
Luego de un rato, unos enfermeros lo buscaron para hacerle unos estudios. Bernaudo, su asistente, lo acompañó. Cuando volvieron miraron televisión un rato mientras cenaba la comida que le habían dado en el hospital. Esa noche se quedó Charly Michel, mientras que Tweety volvió al hotel para descansar, Gustavo había estado dormido dos días.

En el tercer día, las enfermeras lo encontraron agarrándose la cabeza y sacudiéndose con un gesto de dolor. De inmediato lo llevaron a hacerse una tomografía. Él no se quedaba quieto, no había forma de que cediera. Luego de unos segundos pareció que se había quedado dormido.
Cuando tuvieron los resultados de los exámenes que le hicieron decidieron llamar a su familia. Gustavo había sufrido un ACV, su cerebro llego a un punto de inflamación que hacia presión contra su cráneo. Lo tenían que operar inmediatamente.

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