I Have Nothing → Hariana ✔️

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Ariana's POV

Luego de varios minutos navegando, al final decidimos ver Lo mejor de mi, a petición de Niall, ya que a su parecer la historia se veía buena, ya que trataba sobre un amor verdadero. Para hacer corta la historia, todos terminamos llorando con la muerte de Dawson Cole, y lo que hizo para el hijo de Amanda.

Cuando aparecieron los créditos de la película, Harry se levantó a prender las luces, ya que había oscurecido notablemente.

— Nunca me esperé ese final —dijo Niall limpiándose las lágrimas.

— Yo tampoco —admití—. Me pareció muy injusto lo que ocurrió con Dawson.

Raquelle asintió de acuerdo conmigo, y se acomodó mejor en el sofá.

— ¿Salimos a cenar? Tengo hambre —dijo Harry apareciendo nuevamente.

— Me encantaría bro, pero acompañaré a Raqui a una fiesta —dijo Niall.

— Oh, está bien —Harry se encogió de hombros, luciendo algo decepcionado.

— Lo siento —se disculpó—. Gracias por invitarnos, me encantó llorar con ustedes, pero será mejor que nos vayamos. Fue un placer verte Ari.

— El placer es mío, Niall. Y gracias a ti también Raquelle —les sonreí de vuelta.

Una vez que nos hubiésemos despedido, ellos se fueron dejándonos a mí y a Harry solos en un ambiente algo tenso.

— ¿Estás muy cansada como para ir a cenar conmigo? —preguntó suavemente.

— Sabes que no tienes que preguntarlo, Harry —le dije sonriendo, haciendo como si nada hubiese ocurrido antes.

— Está bien. Entonces, iré a cambiarme de ropa, y salimos —me dijo.

Asentí, para luego verlo desaparecer nuevamente. Miré hacia la mesa donde estaban las revistas, y tomé una para leer mientras lo esperaba.

(...)

Durante toda la cena en el restaurante al que fuimos, Harry estuvo serio y pensativo. Yo no fui de mucha ayuda, ya que tampoco dije muchas palabras, así que cuando llegamos a al hotel, empecé a sentir cierto alivio.

Habían muchas fans alrededor de la entrada, y algunos camarógrafos. Harry ingresó al aparcamiento sin problemas, ya que habíamos cambiado de auto, y este era blindado en su totalidad.

— Ariana —dijo mi nombre—, antes de que vayas, quiero pedirte disculpas por mi atrevimiento hace un rato. No quería hacerte sentir incómoda con el beso, pero fue inevitable para mi no hacerlo. Eres muy bonita, y yo no soy de piedra, ¿sabes? Así que me disculpo por mi actitud, pero no me arrepiento —admitió.

Bajé mi cabeza, mirando a mi regazo.

— No te precupes, Harry, mi incomodidad no se debió a eso —me asinceré—. Es más bien, porque tengo temor de que nuestra amistad se vaya a la mierda. Sé que no hemos sido amigos por mucho tiempo, y que nos hemos encontrado pocas veces, pero no he conocido a alguien en este mundo musical que me comprenda y sea tan dulce como tú. Así que creo que es más una reacción de temor.

Ninguno dijo nada por algunos segundos, hasta que escuché que se estaba quitando el cinturón de seguridad, y estaba haciendo lo mismo con el mío. Al lograrlo, sus brazos se evolvieron a mi alrededor, y me apretujaron fuertemente.

— Yo tampoco quiero perder lo que sea que hemos hecho. Realmente puedo confirmar que no hay nadie como tú en este jodido mundo —dijo.

— ¿Acabas de decir una mala palabra? —lo codeé riendo suavemente.

— ¡Claro que no! —dijo exaltado.

Empecé a reír a carcajadas. Él es una de las pocas personas que nunca dicen malas palabras.

— Sí, lo hiciste —insistí aún riendo—. Este es un día histórico.

Él me miró con mala cara, pero con un astibo de sonrisa en los labios.

— Te acompaño a la puerta —anunció.

Se giró para abrir la puerta, y bajó del auto fácilmente. Rápidamente lo rodeó para abrir mi puerta, y ayudarme a salir.

— Gracias, caballero mal hablado —dije sonriendo.

— Nunca vas a olvidar eso, ¿cierto? —preguntó, una vez que empezamos a andar tomados de la mano, hacia el ascensor subterráneo, que nos iba a ahorrar entrar por la puerta principal.

— Claro que no. Eso no pasa todos los días, y es grandioso presenciarlo —dije sonriendo—. Luego le escribiré a Liam para decirle que lo he logrado.

Él sólo rodó los ojos ante mi respuesta, y en unos segundos, sin esperarlo, me levantó del suelo, y me acorraló en una columna.

— Hay gente en uno de los autos de la izquierda con una cámara. No voltees —me indicó—. Sonríe, y has como si estuviésemos peleando y a la vez jugando. Y luego te voy a besar muy rico —dijo levantando las cejas.

Sin poder evitarlo, estallé riendo a carcajadas ante su última frase, logrando que Harry también riera conmigo. Estuvimos así por unos segundos, hasta que finalizó la distancia, y tal y como dijo que haría, me besó muy rico. Un beso rebelde y hambriento.

Sus manos se posaron en mis piernas, y me presionó aún más a él. Sentí todo de su anatomía. Mis manos se envolvieron en su cabellera larga, y empecé a jalarlo suavemente.

— Maldita sea, Ariana. Se me paró —dijo cuando se separó de mi.

Miré su cara asustada, y sin poder evitarlo, empecé a reirme de nuevo. Definitivamente el vino de la cena me hizo mal.

— No te rías, que es tu culpa —dijo sonriendo.

— ¿Mi culpa? —arqueé una ceja, mirándole sin dejar de sonreír.

— Sí, tu culpa. Tú y ese cuerpecito tan sexi, me están volviendo loco —admitió.

Le miré sin dejar de sonreír, y me acerqué a darle un beso suave.

— También me vuelves loca, Styles —admití.

Él sonrió, y me bajó, reclamando mi mano al instante.

— Mejor vamos a dentro, necesito que hayan más personas o terminaré llevando a cabo mis pensamientos —dijo, mientras me jalaba camino al ascensor.

Una vez que entramos, sin poder evitarlo, miré hacia esa parte de su cuerpo, y sí, sin duda estaba abultado. No pude evitar recordar cuando me pidió sacar su teléfono del bolsillo. Si antes creí que en ese momento era grande, ahora no quiero imaginar cómo será en realidad muy excitado.

Él me encontró mirándole, y sonrió orgulloso.

Cuando el elevador llegó al lobby, sus puertas se abrieron revelando que más personas ingresarían, así que caminé hacia él, y me arrecosté en su pecho abrazándolo. El hotel tiene 44 pisos, y yo me hospedo en el 21, por ende nos espera un largo camino de subida.