I Have Nothing → Hariana ✔️

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Ariana's POV

Luego de que comieranos los deliciosos raviolis veganos; Harry y yo salimos del restaurante con muchos paparazzis encima. No fue fácil, pero logramos llegar hasta el auto sanos y salvos.

— ¿Cuánto tiempo estarás en Londres? —preguntó Harry luego de unos segundos de arrancar el auto.

— Creo que hasta mañana —dije—. Estoy en proceso de grabación de nuevas canciones y tengo algunas invitaciones para shows televisivos, así que debo volver a América.

Él asintió y suspiró.

— Como ya había mencionado antes, tengo libre nuevamente en tres semanas más, esa es la fecha en que haremos oficial nuestro noviazgo —dijo—. Y recuerda también que iremos a la casa de mi madre.

— Anotado —dije sonriendo. Él me miró por unos instantes, y me sonrió fugazmente—. Harry...

— Dime, muñequita.

— A mi mamá sí tenemos que mentirle —le advertí.

Él me miró confuso, aprovechando la luz roja del semáforo.

— ¿Por qué? Digo, es tu mamá.

— Sí, lo sé. Lo que sucede es que a mi mamá no le hizo mucha gracia cuando fingí con Big Sean, y no quiero hacerla disgustar. Ella ama One Direction, y sé que gritará al cielo cuando le diga que también finjo contigo —le expliqué.

Él me miró con comprensión, y arrancó el auto cuando la luz se puso en verde.

— De ser así, es injusto que le digamos la verdad a mi mamá —dijo luego de unos segundos.

— ¿Qué? —pregunté para corroborar lo que pensé escuchar.

— Dije que si tú no le dices a tu familia la verdad, yo no tengo porque hacerlo con la mía tampoco —explicó.

Le miré como si estuviera tonto. Aunque claramente después de decir esto, lo está.

— Harry, claro que es justo. No sería la primera vez que le digo una pequeña mentirijilla a mi mamá. Tu no tienes porqué hacerlo, no me sentiría bien si mentimos a tu mamá —le dije.

— Claro que podemos mentirle, y con mucha razón. En alguna ocasión, tendremos que juntar a nuestras familias, así que si mamá no sabe, no podrá meter las patas —dijo—. Créeme, nos echaría al agua.

No pude evitar reirme suavemente, hasta que medité en lo que ello significaría.

— Sigo pensando que estás loco, Styles —dije negando con mi cabeza.

— Tampoco es como que tú estés muy cuerda, princesa —dijo de vuelta.

Abrí mi boca ofendida, y le lancé un golpe a su hombro. Él se rió al sentirlo.

— Buen derechazo, muñequita —se burló.

— Mejor no querrás sentirlo bien. Créeme —rodé mis ojos molesta.

— No te enojes, Ari. Estaba bromeando —dijo al percibir mi tono de voz.

— No lo estoy —dije.

Él se quedó callado unos segundos, y de la nada, aparcó el auto salvajemente a un lado de la carretera.

— Claro que lo estás. En verdad lo siento. No era mi intención ofenderte —se disculpó, mirándome a los ojos.

No pude evitar derretirme más por él. Es un hombre con una hermosa alma que no teme a disculparse.

— No te preocupes, Harry. Más bien, discúlpame tú a mí. No debí ofenderme —le dije.