-¿Te gusta lo que ves?- Paseó su húmeda lengua por mi labio inferior y luego se deshizo de mi última prenda dejándome finalmente desnudo.

-Dócil, eres mucho más apuesto.- me susurró al oído, la yema de sus dedos acaricio mi miembro y subió por mi pecho hasta llegar al borde de mis labios. Metió tres dedos a mi boca, metiendolos y sacándolos, jugando con mi lengua y recorriendo con sus dígitos mi cavidad haciendo que la saliva se escurriese por la comisura de mis labios.
Retiró los dedos de mi boca y los llevó a mi entrada, uno de sus dedos se deslizó con firmeza en mi interior haciéndome soltar un quejido de dolor, su dedo comenzó a moverse lentamente y sin previo aviso coló un segundo, mi quejido fue más fuerte, mordi mi labio inferior tratando de callar involuntarios jadeos que me abandonaban, él lo notó y aceleró el movimiento de su mano, al morder mi labio tan brusco una gotita de sangre comenzó a brotar por mi labio inferior.
Había controlado mis gemidos nuevamente cuando el tuvo la excelente idea de colar un tercer dedo bruscamente penetrandome sin piedad haciendo desconocidas sensaciones estallar en mi vientre bajo.

-Mnh..!- un gemido fuerte escapó de lo profundo de mi garganta, él rió satisfecho y se situó entre mis piernas.
Abrió la bragueta y botón de su pantalón y sacó su miembro erecto.
Con él tomó posición en mi entrada y entro de una estocada provocando que las lágrimas se agolparan en mis ojos y mi boca se abriera al compás de la intromisión en mi carnes.

-Duele- logré musitar entre mis gemidos, al escucharme se quedó un momento en mi interior deslizándose cómo si poseyera todo el tiempo y paciencia del mundo. Al notar que ya me había acostumbrado al porte de su erección Sus caderas comenzaron a moverse lentamente pues aun dolía y él parecía notarlo. cuando solté el primer gemido de placer comenzó a acelerar el ritmo de sus arremetidas contra mi cuerpo. -Ahh..!- mis gemidos cobraban fuerza a medida que sus embestidas eran más y más fuertes, mi miembro ya empezaba a liberar el presemen, al notarlo él con su mano apretando mi miembro bruscamente comenzó a masajearlo de arriba a abajo causando que me retorciera sobre la alfombra. -Detente... yo... algo...- no terminé la oración y mi semen mancho su mano y mi estómago. Este se llevó la mano manchada de semen cerca de los labios y le dio una lamida haciéndome abrir los ojos y enrojecer del bochorno.
Sus embestidas subieron de ritmo otra vez salvajemente, mi entrada se encontraba húmeda debido a que el también esta derramando su fluido en mi interior, su rostro estaba rojo de la excitación y una capa de sudor le cubría el cuerpo, el oscuro cabello se le pegaba a la frente debido a la húmedad, esto le hacia ver bastante sexy y me excitaba a contra de mi voluntad.
Ya casi llegando a mi limite nuevamente despierto lleve mis manos a su cuello acercando mis labios a su oído donde él escuchaba claramente mis gemidos y yo oía sus jadeos y uno que otro ronco gemido que cruzaba por las paredes de sus labios.
Por lo agitado de su aliento deduje que estaba cerca de su limite al igual que yo. Se acomodó de forma que sus embestidas le hacían llegar más profundo en mi, tocando un punto dulce en mi interior forzandome a soltar un fuerte gemido mientras enterraba las uñas en la carne de su cuello.

-Me corro.- dijo contra mi oído con su grabe voz y respiración agitada.
Aferré fuertemente mis uñas en su espalda mientras sentía como este se corría en mi interior, un ronco gemido de placer proveniente de él choco contra mis oídos mientras el no detenía sus embestidas, haciéndome moverme inquieto, nuevamente corriendome sobre mi abdomen. -Que impúdica forma de iniciar nuestra relación.- dijo riendo socarronamente mientras salía con cuidado de mi interior. Fruncí el ceño. Me negué a decir palabra alguna mientras veía como este se vestía acción que yo también copie con un ligero mareo. Sentía mi cuerpo pesado, incómodo e invadido.
Miraba como se vestía pues arreglaba su camisa y su corbata que había desatado de mis manos, estaba tirado en la alfombra mirando las rojas marcas que tenia en las muñecas mientras con mis dedos las masajeaba.

-Imbecil.- musité entre dientes solo audible para mi mismo.
Me sentía tan débil que incluso mantener los ojos abiertos parecía una de las tareas mas difíciles y sin darme cuenta me había quedado dormido en la alfombra pero con un sueño bastante ligero (aunque no lo suficiente para abrir los ojos) sintiendo como el hombre me tomaba entre sus brazos.

Cuando abrí los ojos estaba en una habitación muy similar como a la que había estado la vez anterior, esta era mas grande y estaba mejor decorada.
A mi lado alguien dormía relajadamente. Las facciones de su rostro son tan finas y perfectas que es hasta de apariencia hipnótica.

-¿Vas a besarme ya?- Frunzo el ceño y apreto los labios.

-¿que hago aquí? Creí que..-

-Creiste mal, príncipe. No iba a dejarte ir así cómo así luego de todo lo que pagué para conseguirte.- No evito hacer una mueca de disconformidad.

-Ya. Lo suponía.- Arrugué la nariz. En dichos momentos pensar no me apetecía.

-Príncipe, nesesitas una ducha- se adentró completamente al cuarto de baño desapareciendo por el marco de la puerta.

≈•≈

🌸Anónima-San los ama🌸

$ubasta (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora