Capitulo 8 -2ª Temporada

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-Punto de visión de Louis-

Harry ha ganado peso. De nuevo. Pero no estaba gordo. El nunca estará gordo como puedo ver, pero ha empezado a llevar ropa demasiado grande. En realidad no le gusta usar los pantalones tanto como solía hacerlo. Ahora, lava las sudaderas cada vez que puede. Pero hay un atuendo que amo en Harry que aún puede llevar. Una sudadera grande negra y unos pantalones canela oscuro. Se ve muy grande en él algunas veces, pero cree que es acogedor.

Anduvimos de vuelta a nuestro apartamento, después de ir a la cínica. A Harry le han dado una terapia de nivel hormonal de nuevo. Por lo general, esto ocurría cuando le daban un escáner. Ahora a las 20 semanas, lo esperábamos. Harry entró en la casa, instantáneamente quitándose su jersey y dejándose caer en el sofá.

“¿Caliente?” Reí.

“¡SÍ!” Gritó en respuesta. Eso era la cosa que Harry odiaba más. El verano. Normalmente le gusta. No. Ahora no. Porque no podía hacer nada. Estaba oculto en esas pesadas ropas para ocultar su barriga, por suerte. Estaba casi por terminar la escuela. Para bien. Y estaba orgulloso de él. Lo hizo y no tuvo que abandonar.

Miré de nuevo, Harry no estaba allí.

“¿Hazza?” Llamé. Volvió momentos después en unos pantalones cortos de baloncesto color rojos con una camiseta celeste encima. Las mangas arremangadas, como siempre se las pone. “¿Cómodo?” Pregunté. Asintió. Fue a hincar el diente en el frigorífico después y sacó un helado. Con dos cucharas. Se dejó caer al lado mía, en el asiento a la ventana.

“¿Helado?” Preguntó. Asentí tomando una cuchara llevándola al cartón. Llevé la vainilla a mis labios y miré afuera de la ventana.

“Hey, ¿Haz?” Tarareó en respuesta. Con la cuchara en su boca. “¿Cuándo es la graduación?” Encogió los hombros.

“Dentro de tres semanas creo.” Dijo llevando la cuchara de nuevo a la delicia congelada.

“Bueno, ¿qué quieres hacer después de eso?” Pregunté. Me dio una extraña mirada.

“¿Criar a mi hijo?” Dijo en un tono cuestionable.

“¿Conmigo?”

“¡Con quién más! ¡Eres el maldito padre!” Gritó.

“Shh. Cálmate. Cómete tu helado. No te alteres.” Susupiró.

“Perdón. ¿Qué estás diciendo?”

“No podemos exactamente vivir aquí. No tenemos una habitación libre donde podremos hacer el cuarto del niño. ¿Sabes?” Bajó el cartón.

“¿Quieres mudarte?” Encogí los hombros. “No lo sé, supongo. Supongo que deberíamos. Pero… ¿Adonde iríamos hasta que tengamos el suficiente dinero?”

“Tendrás un trabajo temprano. Después de la universidad. Y la sala de tatuajes está bien. Desde que la gente nos vio en las noticias, lo crean o no, hemos tenido más clientes. Todo es extraño sin embargo.” Harry sonrió.

“¿Todo extraño?” Asentí.

“Niall tuvo que hacer un piercing en la polla de algunos chicos. Además de dos en los pezones.”

“¡Uh! ¡Por qué! ¡Por qué la gente hace eso!” Gritó poniendo sus piernas en su pecho.

“Niall casi no hace la perforación. Fue un momento bastante incómodo para él.” Harry rió fuertemente, luego cubrió su boca. Le sonreí. “Eres tan raro.” Sonrió.

“Me lo dicen muchos.” Bromeó.

“Yo sólo tengo el derecho de decirlo.”

“Claro que lo haces, compañero.”

“¿Acabas de llamarme compañero? No soy tu compañero. Soy tu novio, TÍO.” Rió entre dientes.

“Compañero y tío. Hazzabear y Loubear. Haz y Lou-“

“Cade y Aiden.” Interrumpí. Sonrió.

“O Mia y William.” Asentí besando sus labios.

“¿Qué sobre los nombres del medio?” Pregunté. Frunció el ceño. “¿Otro ronda del juego de los nombres?” Asintió. Agarró el bloc de notas y bolígrafos de la mesita del café. Lanzándome uno de cada.

“Vamos a hacer los chicos, desde que quieres un niño.” Le dije. Asintió, sonrojándose ligeramente. Empecé a escribir los nombres. He estado pensando sobre los nombres del medio de las chicas por un rato ahora.

“Está bien. Listo, ¿Cuáles son tus nombres?” Harry preguntó. Le entregué mi bloc de notas. “Grace para Mía, Hope para Cade.”

“Estoy pensando que Cade debería ser nuestra chica…” Le dije en voz baja.

“Estoy de acuerdo. Es diferente.” Asentí.

“¿Cuáles son tus chicos?” me entregó el bloc de notas. “Chris para Aide, Edward para William.” Se sonrojó ligeramente. “Tu nombre del medio concuerda bien con el no te preocupes por eso. Me gusta William.”

“¿De verdad?” Asintió. “A mí también. Pero Aiden también…”

“Sí, Aiden no está mal. Quizá si te embarazas de nu-“

“Ni siquiera lo menciones. ¡No lo digas LALALALA NO PUEDO OÍRTE!” Gritó poniendo sus dedos en las orejas. Le quité sus manos fuera.

“¿Crees que esto es una cosa de una vez?” Asintió.

“No va a ocurrir de nuevo. Esto es el infierno.” Murmuró.

“Harry, pensarás diferente. Puedo garantizarte que lo harás.” Negó con su cabeza.

“Condones para toda la vida, Lou.” Dijo dándome el pulgar hacia arriba.

“Los condones se rompen, Harry.” Hizo un puchero.

“No voy a hacer esto de nuevo. Soy un chico. Esto fue un accidente. Eso es. Fin de la conversación.

“Así que ¿tener sexo ambos es siempre un accidente, Harry?” Espeté. Sus ojos crecieron el enfado.

“¡No se suponía que debería haber pasado, Louis!” Gritó.

“¡Me he dado cuenta, Harry!” Grité de vuelta.

“¡No me grites!”

“No estoy gritando. ¡ESTO ES GRITAR!” sus ojos se llenaron de lágrimas. Lancé una mirada de simpatía. “Harry, yo-“Salió corriendo hacia el pasillo, empujándome más allá de mí. Suspiré y me hundí en el sofá. Con la cabeza en las manos. Me levanté y fui hacia el pasillo. Escuché llorar en el cuarto de baño. “¿Harry?”

“¡Vete!” Sollozó. Giré la puerta. Cerrada.

“¿Harry me dejas entrar?”

“¡No!”

“¿Por qué no?”

“Porque odio cuando me gritas!”

“Hazzy, abre la puerta. ¿Por favor?” Hubo un click en la puerta. Harry se sentó en el suelo. Con la cabeza en sus rodillas. “Siento haberte gritando, Hazza.” Dije dulcemente. Me deslicé a su lado. Sus sollozos continuaban, pero más suaves.

“No, no lo sientes.” Hipó. Puse mi mano en su espalda.

“Sí lo siento. Sé que te molestas fácilmente.” Levantó la mirada de sus rodillas, sus ojos estaban muy rojos. Un poco hinchados. Con sus mejillas y bajo sus ojos mojadas.

“¿Por qué me gritaste?” Preguntó, su voz era más profunda de lo normal.

“Era el calor del momento, lo siento. No quería hacerte sentir mal.” Sorbió por la nariz y puso su cabeza en mi regazo. Sonreí mientras su lloriqueo empezó a calmarse.

“Odio llorar.” Murmuró.

“Sé que lo haces. Pero es por la terapia hormonal, bebé.” Asintió. Volvió a poner su cabeza en mi regazo. “Perdón por pelearme contigo.” Susurré sacudiendo mia lágrima bajo su ojo.

“Te amo.” Dijo suavemente. Besé su mejilla.

“Yo también te amo.” 

Tattos and dimples (Larry Punk AU) Traducción española.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora