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- ¡No!.- fue un grito que me desgarró la garganta mientras sentía que mi corazón estaba siendo picado por miles de cuchillos al mismo tiempo.

Benjamin está tirado en el suelo, soltando gemidos de dolor, debido a la bala incrustada en su pierna.

- Tenemos que llevar a Benjamin al Reino.- pidió mi padre con la desesperación reflejada en su rostro.

El líder volteó y, al distinguir quien era el herido, miró furioso al hombre de pelo largo, quien seguía apuntando a Richard, a pesar de que el disparo ya estuviera hecho.

- ¡Dale al hombre su maldita vara, subete a la camioneta!. ¡No digas una maldita palabra!.- ordenó con autoridad, señalando al hombre con un dedo.

El otro, con el ceño fruncido, arrojó la vara al suelo, como si fuera basura.

- Aguanta, Benjamín, por favor.-sollocé, presionando la herida tratando de detener la hemorragia. Pero era imposible.

- Tenemos que regresar.- volvió a decir mi padre entre dientes.

- No.- se negó el salvador- Ahora mismo, tienes que escuchar. Por una vez, está presente y escucha; Harán sus entregas a tiempo, cada vez y estarán completas. Aquí, o pasan o reprueban, no hay punto medio.- le hizo una seña a sus hombres, quienes guardaron sus armas.- Vas a demostrarme que comprendes trayendo lo que me debes mañana.

- ¡Tenemos que irnos, se esta desangrando!.- grité, interrumpiendo el pequeño discurso.

- ¡Un melón, ni más ni menos!.- siguió, ignorándome completamente-¡¿Comprendes?!.

- Sí, sí comprendo.- respondió entre dientes mi padre.

- Vayan a curarlo.- dijo sin importancia.

- ¡Dianne, tenemos que ir a la casa de Carol!. ¡La llenamos de suministros médicos!.- gritó Morgan hacia la única mujer en la guardia.

Ella abrió la gran puerta del camión y se subió, poniéndose en posición para ayudar a subir al herido al transporte.

- ¡Hay que detener el sangrado!.- gritó Jerry.

Con delicadeza, tomaron su cuerpo y lo acomodaron en el vehículo.

Me quedé ahí, arrodillada en suelo con las manos ensangrentadas, mirando la sangre que adornaba el suelo. Sentí unos brazos debajo de mis brazos, levantándome lentamente. Volteé a ver quien me estaba ayudando, encontrándome con un sombrero de sheriff y una venda cubriendo la mitad de su cara.

Subimos al camión y tomé la mano de Benjamín.

- Por favor resiste, no puedes abandonarme.- susurré hacia el rubio.

Sus ojos se conectaron con los míos.

- Muy bien, eso es.- sonreí tristemente-Mírame.

Le repetí la misma palabra mientras le hacía un improvisado torniquete con la manga de mi sweter.

El camión estaba yendo demasiado lento, y la vida de mi hermano se me está escapando de las manos.

Nos detuvimos en una casa, cerca del bosque.

La puerta se abrió, dejando a mis ojos a Carol.

En menos de lo que canta un gallo, ya nos encontrábamos en el interior de la casa, mientras Carol trataba de detener la hemorragia de la pierna de Benjamín.

- Mia.- escuché en un débil llamado.

Me paré a un lado de Benjamín y tomé su mano.

Hasta que su respiración se cortó, y una parte de mí se fue con él.

Alive- Carl Grimes [ Completa Y En Edición ]Where stories live. Discover now