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No podía creerlo, esto seguramente es un sueño.

- ¿Mia, eres tú?.- preguntó aún un poco shockeada. Las palabras quedaron atascadas en mi garganta, así que solo me limité a asentir. Dejó caer el canasto que traía en sus manos y me dio un abrazo, se lo seguí gustosa, con lagrimas en los ojos.- No me puedo creer que seas tú.- susurró con voz rota.

Y ustedes se preguntaran, ¿quién es?, pues es Milagro, mi mejor amiga

.Su cabello es rojizo y tiene unos ojos azules hipnotizantes, tiene mi misma altura y un cuerpo de muerte.

Maldita zorra.

La conozco desde que tengo memoria, prácticamente nos criamos juntas. Joel, ella y yo eramos algo así como los tres mosqueteros. Siempre estábamos juntos, a pesar de que Joel es un año mayor que ambas.

- ¿Acaso esto es real?.- pregunté cuando cortamos el abrazo.

- Tan real como los mocos que me están chorreando en este mismo momento.- sí, definitivamente es Mili.

- Ven aquí.- la tomé de la mano y la metí en la casa.- ¡Dios, no puedo creerlo, eres tú!.- grité y me tiré sobre ella, haciendo que ambas caigamos al suelo.

- ¡Estúpida, mi espalda!.- gritó riendo.

- Dios, cuanto extrañaba tus insultos.

- Wow, definitivamente tenemos mucho de que hablar.- dijo abriendo la puerta y entrando el cesto.- Te traje algunas cosas.- dijo caminando hacia la cocina, la seguí y examiné lo que traía.

- ¿Es una broma?.- dije levantando una caja de condones.- ¿Con quién los usaría, estúpida?.

La muy idiota solo comenzó a reír como foca desquiciada.

- Lo lamento.- dijo calmando su carcajada.- Creo que confundí los cestos, este era para la pareja de junto.

- Da igual, este papel higiénico es acolchadito, me lo quedo.- dije abrazando el papel.

- Tengo muchas cosas que hacer.-volvió a meter todo en el canasto, excepto el papel.- ¿Nos vemos en la noche?.- preguntó abriendo la puerta.

- Claro, será una noche de chicas-aseguré.

Me regaló una gran sonrisa y salió de la casa. No puedo creerlo, después de seis años, volví a ver a mi mejor amiga. Subí a mi habitación y mudé mi ropa de la mochila a un closet, definitivamente voy a quedarme. Después guarde las latas de comida en los estantes de la cocina, y me senté en el sofá para poder ver una película hasta que Chris venga a buscarme para darme el recorrido. Luego de una hora llegó y salimos de la casa.

- Por ahí hay un pequeño parque.-señaló el verde espacio.- Por lo general los jóvenes pasan la tarde ahí luego de clases.- yo solo asentía a todo lo que me decía.

La verdad era que, ni siquiera estaba prestando atención, estaba demasiado emocionada por lo de esta noche.

- ¿Hay algún lugar específico para buscar cosas?.- pregunté.

- Hay un pequeño centro comercial al fondo.- me sorprendí.- No esperes un cine ni nada de eso, pero ahí es donde llevamos las cosas que encontramos en las excursiones. Si quieres algo, lo que sea, puedes encontrarlo ahí.

- ¿Cómo es que hay un centro comercial y una escuela?.

- Por lo que veras, este era un barrio privado. La gente que vivía aquí tenía todo servido, no veían la necesidad de salir.- explicó.- Por allá...

(...)

Luego de una hora, el recorrido terminó. Este lugar es muy grande. Me dirigí al centro comercial y busqué algún lugar donde tengan películas. Cuando lo encontré busque la más adecuada para esta noche, después de ojear todas las cajas donde estaban guardadas me decidí por Los juegos del hambre.

Cuando salí de ese puesto me topé con una despensa, entré con el objetivo de buscar algo dulce. Una mujer se hacía cargo del lugar, instantáneamente, pensé en Olivia.

- Hola.- saludó con una sonrisa amable.- ¿Eres Mia, cierto?.- preguntó.

- Sí, es un placer.

- El placer es todo mío querida, soy Esme.- extendió su mano, la cual tome en modo de saludo.- Él es mi hijo, John.- señaló a un chico con audífonos que se encontraba ordenando unas latas en los estantes.- ¡John!.- lo llamó. El chico dejó lo que estaba haciendo y se acercó a su madre.- Quiero presentarte a Mia, es nueva aquí.

- Es un placer conocerte, Mia.- extendió su mano, la cual acepte.

Debo admitir que me esperaba a un Edward Cullen al oir el nombre de su madre, pero este chico es todo lo contrario a él.

John aparentaba tener unos diecisiete años aproximadamente. Tenía la piel de un color neutro y grandes ojos de color marrón que te causaban intriga.

- Lo mismo digo, John.- dije con una sonrisa.

Me despedí de ambos y volví a mi casa. Por suerte la tarde pasó bastante rápido y, en menos de lo que esperé, ya me encontraba en compañía de mi zanahoria. Nos pusimos el pijama y pusimos la película en el Dvd.

- Gracias a Dios y todos los santos tenemos generadores de luz.- dijo mi amiga, elevando ambas manos en señal de agradecimiento.

Luego de llorar por la muerte de la pequeña Rue, silbar como sinsajos e insultar con todo nuestro odio al presidente Snow decidimos subir a mi habitación para seguir hablando en la cama.

- ¿Quieres que te pinte las uñas?.-preguntó mirando mis manos. Asentí-¿Qué color?.- preguntó poniendo los esmaltes sobre la cama.

- Negro.- respondí. Abrió el pequeño envase y comenzó con su tabrajo.- Este lugar es increíble, ¿enserio tienen maquillaje?.- pregunté viendo su cara. Acabo de darme cuenta de que esta perfectamente maquillada.

- Gracias al cielo la gente no saquea las tiendas de cosméticos.

Desde pequeñas que Milagro tiene una fascinación sobrenatural con el maquillaje, siempre iba a la escuela con un ligero tono de labial y sus uñas perfectamente pintadas con apliques incluidos, pero no era de esas típicas chicas que eran coquetas y estúpidas, ella era de las más inteligentes del grado.

- Guala.- exclamó orgullosa cuando terminó.- Soy un Dios.

- Solo pasaste un pincel por mis uñas, no creaste la vacuna contra los caminantes.- repliqué riendo.

- Cierra la boca.- me calló.- ¿Estuviste sola todo este tiempo?.- preguntó a lo que me tensé.

- Am...- balbuceé.- No, estaba en una comunidad.

- ¿Y por qué te fuiste?.

- Porque pensaban entregarme a un mal hombre.- dije con la mirada gacha.

- Lo siento, no debí preguntar.- se lamentó.- Estoy feliz de que estés aquí.- la miré y tenía una gran sonrisa en su rostro.

- ¿Qué sucedió contigo?, ¿estas sola?.-pregunté con curiosidad.

- Mis tíos fueron asesinados por los muertos.- Milagro fue criada por sus tíos ya que sus padres murieron en un accidente de auto cuando teníamos tres años.- Fue un golpe muy bajo y estuve deprimida mucho tiempo, fue como perder a mis padres otra vez. Salvé a Chris de una horda de caminantes hace un año y me trajo aquí.- explicó cortamente.

- ¿Qué clase de armas manejas?.

- De todo.- sonrió con orgullo.- ¿Y tú?.

- También de todo, pero prefiero las pistolas pequeñas de bolsillo. Las berettas son mis favoritas.

- Las mías las Colt.

Eso hizo que recordara a Rick.

Después de hablar de todo lo que nos sucedió en los últimos seis años el sueño nos ganó y terminamos roncando como lobos marinos.

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Dedicado a @desatrousreders

Alive- Carl Grimes [ Completa Y En Edición ]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora