5 • Osada.

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Tomo siempre había sido un excelente consejero pero esta vez sus palabras no conseguían hacerle cambiar de opinión. Llamó la noche anterior y la anterior a esa con la única intención de ofrecerle compañía, sabía que seguía disgustado con Shannon y al ver que los días pasaban y las cosas no iban a parar en ningún lado no pudo evitar intervenir. No había forma de culparlo, Tomo era su mejor amigo, un buen tipo. Pero la preocupación de Jared iba mas allá de lo que el e incluso su hermano lograban entender. La mañana era fría y no dejaba ver un solo rayo de sol, a las 6 de la mañana las luces de la ciudad contrastaban con el tono oscuro y azulado en el que se revolvían las nubes, no había conseguido conciliar el sueño luego de que Shannon lo dejara despierto y con la cabeza a estallar en su cama. Permaneció inmóvil frente al cristal empañado de la ventana leyendo por enésima vez el mensaje.

Shannon [4:30 AM]:
Hoy presentamos el proyecto, te quedan unas horas para cambiar de opinión... deja de ser un cretino y llámame cuando veas esto.

Tomo había intentado darle detalles sobre lo que George Dallas pretendía hacer; la propuesta era buena, aunque le costara admitirlo, estaba llena de potencial y con la ayuda de Shannon sin duda podía llegar lejos. De comienzo había dado por sentado que se sentiría aliviado al verse fuera de todo el asunto pero la idea de que Dallas y Shannon se reencontraran era lo que realmente le quitaba el sueño. Sin pensarlo demasiado marcó el número de Constance, era temprano pero tal y como lo esperó contestó tres tonos después.

—Hola mamá, espero no haberte despertado — la saludó cálidamente.

—Buenos días hijo, de hecho estaba por terminar un cuadro— le dijo con ternura.

Desde que tenía uso de memoria su madre siempre había sido arte, no existía otra forma para describirla. Amaba la pintura, la música, la fotografía; no había día en el que Constance Leto no se apropiara de un pincel y un lienzo para plasmar todo lo que habitaba dentro de su mente.

—Necesito tu opinión sobre algo —respiro profundo, estaba cansado.

—Ve hoy. Tu hermano te necesita.

Claramente Shannon se le había adelantado a la hora de pedir consejo.

—No quiero tener nada que ver con ese hombre, ya hizo suficiente daño.

—Es por eso que tienes que estar cerca de Shannon, deben protegerse el uno al otro Jared, no puedes permitir que vuelva a recaer—la voz de su madre se aceleró y empezó a entrecortarse. Ella era la única que lograba entender lo que sentía.

«No lo hagas. Sabes que no soporto que estés así.»

—Hazlo por él, Jared. Te lo pido. — Le insistió Constance al no recibir respuesta—Tienes que asegurarte de que esté a salvo.

«A salvo».

Su mente se vio atacada por el sonido de un disparo, el recuerdo de las alarmas policiales que perseguían a un joven, manchado de la sangre de alguien más, a quien Jared había visto arrojar un arma al lago. Después de su madre Shannon era lo que más amaba en el mundo, se habían prometido triunfar juntos, crecer juntos, darle su música al mundo. Pero a veces el pasado de ambos ponía en riesgo esos sueños; esta vez no iba a permitirlo.

A Beautiful Lie. [30STM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora