Reina A La Fuga

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En el exterior del palacio la noche ya había llegado. Unos densos nubarrones cubrían el ahora gris cielo. Un trueno resonó por toda la isla dando comienzo a una fría lluvia. La reina corría mas de lo que parecía, y me estaba costando seguirla el ritmo. Corrió hasta llegar al puerto. A lo lejos pude ver que había unos guardias que la seguían. Al llegar al puerto giró en una estrecha calle que daba a la parte trasera de un almacén. Se escondió tras unas cajas. Los guardias pasaron de largo. Después la reina se coló en uno de los barcos. Antes de que me subiese las burbujas volvieron. Comenzaron a girar de nuevo hasta que la escena cambió.

Ahora me encontraba en el que reconocí como el barco en el que la reina se había escondido. Por el balanceó pude intuir que me encontraba en un barco. Miré al rededor y reconocí la típica bodega: comida y vino en toneles, suministros en general, armas de emergencia...etc. En una esquina había una mujer. Tardé en reconocerla como a la reina. Estaba mas delgada y el cansancio se notaba en sus ojos. Su pelo negro azabache antes reluciente, estaba ahora sucio y despeinado. Comía algo que no logré reconocer. De repente alguien desde la cubierta gritó el típico "tierra a la vista". La reina abrió los ojos sorprendida y se metió en uno de los barriles de suministros. Después tapó la parte superior cautelosamente.

Unos hombres robustos y con la típica mirada de experiencia que se podía ver en todo marinero. Sujetaron el barril entre los dos y lo levantaron.

—Buf, como pesa—dijo uno.

Entre los dos ascendieron el tonel hasta la cubierta. A salir reconocí la isla en la que me había criado: Eduarden.

Nada mas haber llegado a la cubierta, los marineros, bajaron el tonel/reina a tierra. Yo les seguí rápidamente. En cuanto llegaron tierra la reina salió del tonel y comenzó a correr. Yo la volví a seguir. Corrimos hasta deteneros frente a una taberna. De repente la reina se agarró el pecho. Parecía agotada y hambrienta.

Comenzó a dar tumbos hasta caer al suelo inconsciente con un ruido muy fuerte. Yo ahogué un grito e intenté agarrarla, pero como en los otros casos, la reina me atravesó limpiamente. De repente un hombre salió de la taberna. Tenía una barba pelirroja y un inconfundible olor a alcohol. Era mi padrastro. Mi corazón comenzó a latir a 1000 por hora. Si ese era mi padrastro y el niño de la reina tenía mi mismo nombre quería decir que...¿Yo era el hijo de la reina?

La isla de KatnupNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ