Bienvenidos a Pijolandia

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Al tercer día llegamos a Draude. En los días de viaje mi única tarea había sido la limpieza del navío. Me alegré de ver tierra firme. Desembarcamos en el puerto. Este lugar bullía de actividad. Personas recogían mercancías o a familiares. También había algún que otro barco que llegaba o partía. Tras un papeleo con los encargados del puerto el Capitán Caraculo nos ordenó bajar. Por suerte no teníamos que saltar y había una pasarela que conducía a tierra firme. Ernest había cambiado la bandera por una azul con líneas naranjas, pues era algo difícil que nos dejasen desembarcar siendo piratas. La ciudad era grande y comenzó a preocuparme si lograríamos encontrar a la señorita/compañera de mapa.
-¿Cómo lo haremos?-le pregunté al Capitán Caraculo.
Este vestía una capa de cuero azul y con aspecto caro. El dar buena impresión era importante para los encargados del puerto.
-Por las vestimentas sabemos que posee riquezas, así que buscaremos en los barrios ostentosos-dijo.
Acto seguido sacó un mapa y me señaló unas calles.
-Las calles más largas son las siguientes:
La calle del Manjar y la calle Deslumbrante .-luego señaló dos más pequeñas y dijo:
-Estas son las calles de "La pequeña fortuna" y la de "El afortunado"-
Yo asentí. Observé que todas las calles nombradas conducían a la plaza de la Realeza. Lugar donde comenzaban los inmensos jardines del rey,y más allá,el castillo.
Nos dividimos en grupos. En uno fueron Harry,Ernest y Caraculo, en otros dos grupos marineros no importantes para esta historia y en el último Jelani,Lenna y yó. Nuestro grupo se encargó de buscar en la calle del Manjar. Rebuscamos por todos lados. Levantamos cada piedra e incluso nos colamos en alguna casa. Pero nada. No había ni rastro de la señorita/compañera de mapa. Al final volvimos derrotados a la plaza de la Realeza. En ella nos esperaban los demás grupos. Por sus caras supuse que no habían encontrado nada.
-¿Nada?-pregunté aún esperanzado
-Nada-contestó George.
Primero pensé que la brújula estaba rota. Luego me acordé que la habían utilizado para encontrarme. Me quedé mirando pensativo los jardines del palacio. Entonces lo entendí.¿Que señorita rica no se dejaba ver solo si estaba con guardias? Nada más y nada menos que alguien de la realeza.

La isla de KatnupDonde viven las historias. Descúbrelo ahora