The Night We Met [Jeff Atkins - 13 Reasons Why]

Capítulo 9: Cita

Narra Giselle

–Entonces cuando me pida esta distancia, ¿uso la fórmula esa de la división? –pregunté, enseñándole la libreta a Clay.

–Exacto –su voz fue ahogada por la campana que indicaba el inicio de la siguiente clase –. Mucha suerte en el examen, te saldrá genial.

–Gracias –sonreí.

Tomó un pasillo diferente al mío mientras se despedía con la mano. Suspiré nerviosa, y al darme la vuelta para ir hacia mi clase de matemáticas me encontré con un chico sacándome una foto.

–Hey –le dije, haciendo una cara graciosa. Él rió –. Eres Tyler, ¿verdad?

–Sí –dijo, confundido –. ¿Cómo lo...?

–He escuchado hablar sobre el fotógrafo para el anuario del instituto –expliqué –. Me alegra haberte conocido, pero debo irme a matemáticas. Tengo examen –señalé la libreta que llevaba en la mano.

–Oh, entiendo –asintió –. Nos vemos.

Me alejé corriendo por el pasillo para evitar llegar aún más tarde a clase.

Al ver a Clay corrí hacia él y le abracé.

–¡Gracias, gracias, gracias! –grité, separándome –. ¡Me has hecho sacar un siete en matemáticas! ¡Eres un genio!

Él rió.

–Gracias, no es para tanto.

–Encima humilde –en ese momento me di cuenta de la presencia de Hannah ahí, y sonreí incómoda –. Casco, eres todo un caballero –pasó su brazo por encima de los hombros de Clay y sonrió, mirándole a los ojos.

Vi como Clay miró a Hannah y decidí desaparecer de ahí. No sabía a qué esperaban esos dos para salir juntos, hacían la pareja perfecta.

–¡Eh! –alguien cogió mi mano y tiró de ella suavemente –. ¿Cómo te ha ido el examen?

Mis ojos se encontraron con los de Jeff. No hace falta que diga la cara de boba que tenía en ese momento.

–¡Tengo un siete! –grité, eufórica.

–¡Muy bien, Gis!

Gis.

De pequeña mis padres me lo llamaban todo el tiempo, pero después de lo de Valerie incluso dejaron de mirarme a los ojos por unos meses.

–Sí, gracias –sonreí.

Nos miramos a los ojos y lo decidí. ¿Por qué no hacerlo? Debía lanzarme.

Ahora o nunca.

Ese era el momento.

–Jeff, escucha –me tembló la voz.

–Dime.

–¿Te gustaría... ya sabes – carraspeé –... salir algún día?

Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal. Cuando pasaron unos segundos sin respuesta, mis fuerzas flaquearon.

–¿Sabes? Olvídalo –dije, alejándome –. Seré tonta –susurré para mí misma.

–¡No, espera! –gritó, cogiéndome del brazo y girándome –. Sí. Quiero decir... sí quiero salir algún día.

–Guay –dije, asintiendo.

–¿El viernes? –preguntó, al ver que yo no decía nada.

–Claro, pasaré a recogerte, quiero enseñarte algo –dije. Me miró con una sonrisa pícara –. ¡No ese algo!