Capítulo 2: Crush

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Narra Giselle

Pasaban los días y cada vez cogía más confianza con mis compañeros. Tanto, que a algunos ya les consideraba mis amigos. Ejemplo de ello eran Jessica, Alex y Hannah, quienes se estaban convirtiendo en personas constantes en mi vida. En cuanto nos pasaba algo, nos lo contábamos, y si no lo hacíamos, nos notábamos en seguida que algo iba mal.

Un día, iba con Alex por los pasillos del instituto y nos cruzamos con Justin.

–¡Eh, Giselle! –me llamó a lo lejos. Alex me miró.

–Paso de mantener contacto con él, me voy –dijo Alex, rodando los ojos –. Nos vemos luego, hembra.

–Adiós, macho –me despedí con un pequeño abrazo, y me dirigí hacia donde estaba Justin con más chicos.

–¿Qué tal, Giselle? –me preguntó.

–Todo bien, ¿y vosotros?

–Bien, bien –respondió –. Te quería presentar a mis amigos. Ya sabes, para hacerte más fácil la tarea de socializar.

–¿Gracias? –ambos nos reímos.

–Zach, Montgomery y Bryce, ella es Giselle –me presentó.

–Encantada –sonreí.

–Igualmente –dijeron, justo antes de que tocase el timbre.

–Chicos, me tengo que ir –me despedí con la mano y me fui a paso ligero para llegar a tiempo a mi siguiente clase.

Entré y me senté junto a Alex, como ya era habitual.

–¡Hannah, Jessica! –susurré, intentando llamar su atención. Ambas se giraron para mirarme –. ¿Qué tal el fin de semana?

–Os tengo que contar una cosa que vais a flipar, chicos –respondió Jessica.

–Ese grupito de ahí, ¿algo que queráis compartir con la clase? –dijo el profesor, asustándonos a todos.

Negamos con la cabeza y no hablamos más en lo que quedaba de clase.


–Total, que iba yo a la sala de profesores para hablar con el de historia, y ese tío me miró de arriba a abajo y me dijo que qué me había hecho en el pelo, ¿os lo podéis creer? –contó mientras pinchaba con el tenedor su comida y se la metía en la boca –. La libertad de expresión en este instituto apesta.

–Deberías cerrar la boca mientras masticas –dijo Jessica, riendo.

–Mierda, chicos –dije de repente. Los tres me miraron –. Se me ha olvidado que tenía que ir a hablar con el señor Brown sobre mi trabajo.

–Mucha suerte, es un capullo –repitió Alex.

–Bueno, dentro de lo que cabe es un capullo simpático –me intentó animar Hannah.

–Seguro –dije sarcásticamente.

Me despedí y salí de la cafetería.


Al salir del aula, suspiré. El señor Brown sí que era un capullo. Me iba a hacer repetir el trabajo porque no le había gustado la encuadernación que tenía. Encima, ya había borrado el archivo del ordenador, por lo que tendría que escribirlo de nuevo.

Me coloqué los auriculares y me dirigí hacia el baño para refrescarme la cara. Tenía unas terribles ganas de llorar de la rabia que me daba lo que acababa de pasar. "Es que no está presentable, ¿y si hubiera sido para la universidad?". Me quedaban dos años para ir a la universidad, no era algo de lo que me preocupara en ese momento.

Cuando me tranquilice, salí y emprendí mi camino hacia la puerta de mi siguiente clase.

De repente, noté que alguien me tocaba el hombro, y al girarme vi a Clay, por lo que me quité los auriculares.

–Hey, Giselle, llevo llamándote desde la otra punta del pasillo –dijo.

–Lo siento, no te había escuchado –señalé mis auriculares.

–¿Y esa cara? –preguntó.

–Pues nada, que el señor Brown me ha llamado para hablar sobre mi trabajo, y me ha dicho que lo tengo que repetir entero por la encuadernación.

–Eso ni siquiera tiene sentido.

–¡Lo sé! –y en ese momento, me fijé en que había alguien a su lado –. Uy, no te había visto acompañado, siento que te hayas tenido que tragar mi problema existencial –dije, mirando al chico que había junto a Clay.

–No te preocupes –sonrió.

Y que sonrisa.

–Error mío –susurró Clay –. Giselle, éste es Jeff. Jeff, ésta es Giselle –nos presentó.

–¡No puede ser! –exclamé. Rápidamente, me tapé la boca con las manos por lo evidente que había sido –. ¿Jeff? ¿Jeff Atkins? –pregunté, casi susurrando.

–El mismo –respondió.

–Ay, dios –dije, sorprendida.

–Sí, Jeff ha cambiado mucho –rió Clay. De repente, sonó el timbre, por lo que rápidamente nos despedimos.

Durante la siguiente clase no presté casi atención por estar pensando en lo del trabajo y en Jeff Atkins. No, no pensaba en él de forma romántica. Me hacía gracia lo que había cambiado. Cuando yo me fui, el chico llevaba aparatos dentales, iba encorvado y no sabía socializar demasiado bien; aunque debo admitir que tenía un pequeño crush con él. Lo típico. Él era un año mayor, y un día me ayudó a recoger unos libros que se me habían caído al suelo. Así de cliché todo.

Noté que alguien me daba un golpecito en el hombro con un bolígrafo. Jessica.

–Tía, ¿estás bien? –me preguntó –. Hace unos dos minutos que ha sonado la campana y ni te has movido del sitio –Hannah rió.

–Déjala, estará pensando en una forma eficaz y que deje pocas pruebas para matar al señor Brown –bromeó.

Suspiré y reí.

–Sí, algo así –susurré.

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¡Aquí está el capítulo dos! Sé que Jeff está apareciendo poco, pero tranquilas, poco a poco ganará protagonismo en la historia.

Espero que os guste, nos leemos el domingo! <3

The Night We Met [Jeff Atkins - 13 Reasons Why]Where stories live. Discover now