Capítulo XLI: Fuego.

5K 618 119
                                    

Jugaba con los lapices sobre la mesa, aburrida por la espera.

Esta mañana me había levantado más temprano que Madara con intención de evitarlo, él había amanecido a mi lado cosa que no me provocó mucha gracia, tenerlo ahí y aun sentir esa furia de la noche anterior, no era la manera de arreglar las cosas.

La puerta se abrió, dando paso a mis dos hermanos, Hashirama se veía cansado y deprimido mientras recibía un tremendo regaño por parte de Tobirama.

Carraspeé llamando la atención de ambos, estos me miraron sorprendidos, sonreí avergonzada, ellos no sabían que hacía yo aquí.

―¡Yagura! ¿Qué haces aquí? Es demasiado temprano...― Habló Hashirama, quien tomó asiento frente a mi.

―Buenos días a ambos...― Saludé ignorando a mi hermano mayor.

―¿Pasó algo con Madara?― Preguntó Tobirama con seriedad absoluta.

Bufé molesta, Tobirama parecía más atento de mi relación que yo. Me levanté de mi asiento en dirección a mi pequeño hermano, coloque mi mano en su cabello despeinando este, sonreí ampliamente.

―Odio que hagas eso, Yagura...― murmuró con una vena saliente en su frente.

―Entonces respeta la vida privada de tu hermana mayor, tonto.― Reí para después dejar de jugar con su cabello.

Nuevamente me senté frente a Hashirama, él me miraba con una sonrisa pero comprendía su confusión, tenia que decirles lo que hacía ahí, aunque en realidad ni yo misma lo sabía.

―Es raro tenerte por aquí, Yagura.― dijo Hashirama quien me miraba incómodo.― Es bueno verte.

Fruncí el ceño, mirando acosadoramente a Hashirama quien solo tomaba su nuca con nervios. Giré mi vista hacía Tobirama quien se encontraba en recargado en la puerta, había algo extraño.

―Ya que Hashirama no te dirá nada, lo haré yo.― Ahora él se encontraba recargado en el escritorio de Hashirama, mirándome aún más serio de lo que era.

Esto iba por mal camino.

―Tengo sospechas, hay algo mal con Madara.

Por inercia con una de mis manos tomé mis sienes, acariciando estas. Sabía a donde iría todo esto, acusaciones, lo peor era que yo pensaba igual, había algo mal, Madara actuaba más extraño que siempre, si bien he notado que no duerme con normalidad, sus caminatas y entrenamientos eran sumamente largos para lo que eran, no desconfiaba de Madara, pero quizás escuchar a Tobirama era lo correcto esta vez.

―Habla.― Recargue mejor mi espalda en la silla, esto iría para largo.

―La ultima semana me he dado la tarea de investigar a Madara, y he encontrado muchas cosas extrañas.― Pausó, su expresión se veía levemente preocupada.― Las últimas tres veces que lo he seguido se ha perdido horas dentro del santuario Uchiha, solo, no he podido sentir a nadie más ahí, pero tengo un mal presentimiento.

Suspiré sonoramente, saber lo que pasaba dentro de ese lugar era imposible, sólo ciertos Uchiha entraban en ese santuario y por lo que sabía solo Ninjas de alto rango dentro de la poca confianza que Madara les tenia.

―¿Le haz preguntado a Kagami-kun que hay dentro?

―Madara no confía en Kagami, sabe lo cercano que es a mi, es imposible para él saber lo que hay debajo.

Asentí comprendiendo nuestra situación, por más que defendiera a Madara hasta yo entendía que las cosas que hacía eran extrañas, un golpe de estado, una venganza contra mi hermano, cualquier cosa era posible, aunque me era difícil creerlo, digo... Ese hombre me ha demostrado muchas cosas distintas.

El Verdadero Sentimiento Uchiha | Madara Uchiha |Where stories live. Discover now