Capítulo XL: Siempre.

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Con cuidado, cerré la puerta detrás de mi, ya era sumamente tarde y las horas se habían pasado rápido hablando con Goro-san, ahora lo que me preocupaba era el hecho de que Madara no se hubiese dado cuenta.

―¿Dónde estuviste?

Mi piel se erizo y un escalofríos pasó por mi espalda. Debía ser muy idiota si pensaba que a Madara algo como esto se le pasaría.

Giré mi cuerpo completamente, las luces estaban apagadas pero podía detectar la mirada rojiza y brillante de Madara a través de la oscuridad, su Sharingan lo hacía más intimidante y curiosamente atractivo.

―Quise salir a caminar ¿Hay problema con eso?― Me acerqué con lentitud a él.

―Si, hay un problema ¿Dónde estabas?―Su voz sonaba acosadora y lo entendía completamente.

Él podía desaparecer días enteros, sin saber a donde iba, sin saber con quien estaba, maldición porque tenía que parecer yo él hombre.

―Salí a caminar por la aldea, es todo.― Respondí cortante.

―¿A las 10? Yagura, ya son las 12, dios mío me siento mujer engañada, habla. 

―Creo que tengo todo el derecho de ir a donde yo quiera ¿No crees? Tu desapareces días enteros, sin importarte nada y cuando te veo te recibo de la mejor manera... ¿Y ahora tu vienes a reclamar?

―¿Qué te esta pasando?

―¡¿Qué me esta pasando?! ¡Tu! ¡Tu me pasas!― Exclamé con furia, algo en mi quería continuar, gritar todo aquello que me ha molestado, mientras mi cerebro sólo me decía que me callase.― ¡Maldición! Estoy harta, molesta y frustrada ¡Eres demasiado extraño! No entiendo que pasa por tu cabeza, algunas veces estas bien y otras mal ¡¿Qué te pasa?!

Quizás mi paciencia finalmente se había terminado, un lado que nunca conocí de mi había salido, nunca me había sentido tan furiosa y reprimida.

Madara se mantenía en su lugar callado y serio, parecía no importarle en lo más mínimo y eso me molestaba aun más. Con impotencia apreté los puños.

―Sólo tenías que decir Goro.

Abrí levemente la boca con sorpresa, un suspiro de resignación salió de mis labios, en realidad no le importaba.

―Dormiré en el otro cuarto, piensa en lo que hiciste.― Dijo, para después desaparecer por el pasillo.

Caí de rodillas sobre el suelo, mirando el piso más que con ira, con tristeza, había algo extraño que no nos dejaba avanzar, llegamos a un punto en donde yo confío en él ¿En que momento nos estancamos para que el no confiase en mi?

Con mis manos tomé mi cabeza, masajeando esta con frustración.

―En que maldito momento lo vas a entender...― Sollocé silenciosamente.― Tantas veces te lo he dicho, y no lo entiendes...

...

Quité las sábanas sobre mi cuerpo, era imposible dormir, no sin ella a mi lado. Sabía perfectamente que estaba arruinando las cosas de alguna forma, pero no quería molestarla más, yo sé que ella buscaba típicas discusiones de pareja, tardes juntos y noches en vela, pero era difícil, yo era un hombre que no podía darle eso, no puedo darle una relación como personas normales, no mientras mis pensamientos sigan siendo atormentados.

Me incorporé del futón, mirando la pared frente a este, le había prohibido dormir conmigo por hoy, intentando ignorar su preocupación, pero sé que no lo olvidará, que seguirá insistiendo, porque así es ella, una terca.

Me levanté, en dirección al baño. Mojé mi rostro, intentando quitar todo esa frustración que expresaba. Salí del baño y me asomé por mi habitación, bueno, nuestra habitación.

Miré sorprendido la ventana, estaba cerrada. La observé a ella, cubierta de pies a cabeza. En silencio caminé hacia ella, en posición de loto me senté a su espalda la cual daba a la puerta.

Una pizca de tristeza rozó mi rostro, me sentía mal, tratarla de tal forma, ignorar sus palabras y sus lagrimas, puedo ser el peor esposo del mundo, pero no quiero que ella salga mas afectada, tenia que arreglar todo en mi cabeza, saber que haría.

―Tu dijiste que era un buen hombre...― murmuré.

Y justo por eso quería proteger a mi clan, buscar la salvación y la paz que me juraba obtener, no más guerras, no más muertes y por supuesto no más traición.

Con suavidad acaricié la silueta de su cuerpo sobre la sábana, era completamente consiente de la belleza un tenía por esposa y al parecer ella empezaba a entender que tenia a semejante idiota como marido.

Pero todo lo que pensaba era por ella, no dejaría que nada le pase, que nadie la toque, evitaría ese final tan trágico que mi hermano tuvo, por ella lograría ese futuro aún si eso quiere decir que yo no esté en el.

―¿Madara...?

Sin aguantar mucho me acosté a su lado, abrazando su cintura fuertemente. La distancia que estaba creando me afectaba quizás más que a ella. Me acerqué a su hombro, con una de mis manos bajé esa delgada bata que la cubría, besé su piel con suavidad.

―Te amo.― susurré entre esos besos que propinaba a su desnudo hombro.

En un brusco movimiento ella se incorporó en el futón. Ahora mi mejilla ardia fuertemente, no se había contenido al bofetearme, no la culpo.

―¿Cómo te atreves... A venir a decirme eso después de lo poco que te importa?

La miré sin expresión, acariciando mi mejilla con dolor.

Ella tenía razón, ni yo mismo entiendo el por qué de mis acciones, no pude contenerme. Pero ahora que lo veo ¿Por qué lo pienso tanto? Si ya sé mi respuesta, no debo preocuparme por su futuro, porque yo estaré ahí, a su lado protegiéndola de todo aquello que quiera hacerle daño, mi clan estará bien, porque de igual manera yo los protegeré. No cometeré el mismo error dos veces.

¿Escuchaste, Izuna? No lo haré.

Sin esperar respuesta de su parte, la atraje hacia mi, abrazándola fuertemente, aun con su resistencia no la dejaría ir, ya estaba decidido, nunca la dejaría ir.

―Lo siento...― susurré sobre su oído, acariciando su cabello.

Su cuerpo dejó de moverse, ahora correspondía mi abrazo con la misma intensidad, ella lloraba y yo la consolaba.

―Sé que no entiendes nada de esto... y créeme que yo tampoco.― levanté su rostro para mirarla directamente.― Pero estaré contigo, Yagura, no quiero fallarte como lo he estado haciendo.

Sus cristalizados ojos me observaban atentamente, esperando más de mi.

―Prometo estar ahí siempre.

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Bien, llegamos a un momento decisivo, Madara ha 'tomado su camino' (guiño guiño) hora de explorar otra faceta de Madara y descubrir secretos aún más escondidos que las aldeas ocultas xdxd gggg

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-Nova.

El Verdadero Sentimiento Uchiha | Madara Uchiha |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora