Capítulo 52: silencio

806 34 0
                                    

-Un placer conocerla por fin, señorita Ortiga.- El padre de Darío se acercó a la muchacha de melena dorada y dejó que el hombre le diera dos besos como saludo.- Mi nombre es Ronald, puede llamarme Ron.

-Eh… claro, Señor Castro.- Alex miró confundida a Darío y a ese señor que supuestamente ahora era su cuñado.- No sabía que su hijo le había hablado de mí.

-Oh, por supuesto.- Confirmó el padre de Darío.- Incluso me enseñó un reportaje que os habíais hecho hace poco. Estoy seguro que a más de una agencia de modelos le gustaríais para patrocinar su nueva temporada.

-Eso sería increíble ¿verdad, rubita?- Darío pasó por la cintura de Alex su mano y la apretó a él para después dejar un beso sobre su mejilla. La muchacha miró de reojo a su hermano, quien miraba la escena con un rostro inexpresivo mientras al mismo tiempo, aferraba a Gideon del brazo para que se mantuviera alejado de la nueva pareja del Internado.

-Claro, amor, sería increíble.

-Sería increíble, sí.- Gideon se había deshecho del amarre del Ethan y se había acercado a la pareja para ponerse entre ambos y romper el enlace.- Pero no estoy seguro sí a papá y a mamá les haría mucha gracia verte semidesnuda en la portada de alguna revista del corazón.

-¿Usted es su hermano?- Inquirió el padre de Darío mirando a Gideon, quien ahora mostraba una sonrisa triunfante.

-El mismo. Gideon Ortiga, un placer.- Ambos se dieron las manos y después Ronald miró a Ethan, quién se había mantenido alejado de todo ese espectáculo.- ¿Y usted, joven, es algún compañero de mi hijo?

-¿Compañero de Darío?- Ethan miró al joven de ojos color chocolate, quien parecía tener un rostro tenso debajo de esa fachada sonriente que siempre mostraba.- Claro. Estamos en el mismo equipo de voleibol y nos hemos hecho grandes hermanos.

-Eso está muy bien, Darío. Llegar a un nuevo lugar y hacerte grandes amigos es motivo para celebrarlo. ¿Qué os parece sí os venís todos a cenar esta noche a casa? Vosotros también podéis traeros a vuestras parejas.

-Gideon es mi novio.- Dijo inesperadamente Ethan, haciendo que el rostro de todos cambiase de golpe.- Así que estaremos encantados de ir a cenar a su casa ¿verdad, cariño?

-Cla… Claro…- Había tartamudeado Gideon mientras Ethan se interponía entre el chico de los tatuajes y su hermana, separándolos. El joven cogió de la mano a Gideon y pudo sentir como su nueva pareja se incomodaba.- ¿A qué hora?

-¿A las nueve os parece buena hora?- Inquirió Ronald, con su voz grave y su sonrisa de hombre profesional incluso cuando no está trabajando.

-Allí estaremos.- Contestó Ethan, con otras de sus sonrisas que ponían la piel de gallina a los tres jóvenes.

Ronald se despidió de su hijo y de su yerna, excusándose que tenía una reunión muy importante a última hora de la mañana a la otra punta de la ciudad y que su taxi llegaría en cuestión de minutos. Cuando el hombre de cabellos canosos se había marchado, Ethan soltó la mano de Gideon y también se había alejado del grupo, ignorando los gritos de Darío.

-Será mejor que lo dejes tranquilo un rato.- Comentó Alex mientras se cruzaba de brazos.- La has cagado pero bien cagada, amor.

-No me quedaba otra opción.- Contestó Darío con una voz afligida.- Mi padre no lleva muy bien el tema de la homosexualidad y menos el de los bisexuales. Cree que somos una especie con problemas mentales y seguro que me dejaría encerrado en casa y sin vida social hasta que el psiquiatra arreglase mí… enfermedad.

-¿Eres bisexual?- Preguntó Gideon, algo sorprendido.- Que te quede muy clarito, niño pijo. Que te haya vendido alcohol y drogas no significa que ahora puedas venir aquí y llamar a Alexandra “Rubita”. Eso solo lo hago yo ¿entendido? Así que tú concéntrate en crear una ruptura pacifista y se la cuentas a tu padre después de que se tome su té ¿capisci?

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora