Capítulo 35: Decimosexta

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Héctor había dado su número a la policía y había activado el GPS del móvil para que lo pudieran seguir. Por suerte el muchacho no era el único que tenía su GPS encendido y podía seguirles los pasos a Valeria y a Adam, el cual Héctor tenía registrado el móvil de esa camarera en su móvil. El muchacho volvió a mirar otra vez la pantalla del móvil y estaba cien por cien seguro que Valeria estaba al fondo de la esquina en la que él se encontraba, pero por más que mirase en la oscuridad, no visualizaba a nadie.

Héctor se bajó de la moto y comenzó a caminar hacia el final del callejón, dónde inesperadamente salieron varías siluetas. El joven fue lo bastante rápido para esconderse detrás de los contenedores de basura, lo suficientemente grandes para esconderlo a la perfección y poder ver entre ellos que es lo que ocurría. Escuchó la voz de la mujer, pero no era la de Valeria. Tenía un acento extraño que marcaba que no era de España. El joven la siguió escuchando y sin entender muy bien de que iba la conversación se percató que era británica.

-¿Cuánto tardareis en conseguirlo?

-El auténtico se encuentra en el MACBA.- Al momento el muchacho relacionó esa voz grave con la de su tío Adam.- El día más adecuado para cogerlo sin que nadie se dé cuenta son los miércoles. Siempre hacen puertas abiertas y hay demasiada gente que entra para pasar el rato en vez de prestar atención a la belleza que los rodean.

-¿Entonces mañana ya tendríais la copia del auténtico?

-Hacer una copia perfecta de este prototipo de libros trae más trabajo de lo imaginable.- Dijo una joven de voz fina y tranquila.- Incluso para dos expertos como el pequeño Robín Hood y yo.

Héctor, al escuchar la voz de Valeria se vio obligado apoyarse a la pared y apretar sus puños a sus costados, sino sabía saldría para coger a Valeria y alejarla de todo esto. El chico perdió un poco el hilo de la conversación, pensando en el apodo de Adam y en como se había definido tanto a su tío como a ella misma en un equipo a nivel profesional en fuera lo que fuera que hicieran ellos.

-Vuelvo el viernes a Gales. Necesito la copia ya para vendérsela a un cliente muy especial.

-Tan especial no será sí piensa timarle ¿no?- La pregunta retórica de Adam hizo que la mujer británica arrugase su nariz ligeramente mostrando su enfado.

-Discúlpele. No es asunto ni de Robín ni mío lo que usted haga con nuestro trabajo.- Intentó arreglar Valeria con un rostro alejado de mostrar sus sentimientos.- Solo pedimos algo más de tiempo.

-La capital que os doy cubre los pagos de crear la copia y vuestros caprichos de un año entero.- Dijo la británica.- Quiero mí pedido este viernes a primera hora de la mañana. Aquí. ¿Entendido?

Héctor hubiera deseado escuchar cuales fueron las palabras que salieron por la boca de Adam, pero el sonido de una sirena puso en alerta al joven. El muchacho salió de detrás de los contenedores mientras pensaba irónico que normal que la policía nunca atrapase a los delincuentes llamando la atención con esas sirenas a todo volumen.

Cuando el cuerpo de Héctor fue reflejado bajo la débil luz azul y roja que se acercaba calle abajo hacía ellos, Valeria palideció al momento incluso rodeada de la oscuridad. No fue ella quién reaccionó, sino Adam quién cogió a la chica del brazo y la apartó de los hombres que defendían a su jefa. La británica estaba desapareciendo del callejón junto con un par de guardaespaldas por algún lugar que Héctor nunca descubrió, porque Valeria estaba corriendo hacía él y le estaba gritando más alterada que nunca.

-¡¿Héctor, que haces aquí?!

-No podía dejar que te fueras, Val. Perdóname.

-¡Eres un imbécil! Te han visto. ¡Ellos te han visto, Héctor y podrán hacernos daño!

Perdona pero, me he encaprichado de ti (Segunda Temporada de PPTVDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora