CAPÍTULO II

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No sabía qué hacer, anoche después de ver a Nesa me había encontrado a  Emily en la calle y no esperaba que mientras platicábamos en la acera me plantara un beso al cual respondí sabiendo  que  es amiga de mi novia… ¡Me sentía como la mierda!, de paso me encanta Emily y por más que tratase no podía negarme a su seducción.

¡¿Porque Dios me hizo tan débil?!... Aunque sea un bastardo no puedo dejar a ninguna de las dos.

Ya en mi trabajo creí que estaría más tranquilo pero no fue así. Emily estaba allí.

-          Hola Emi ¿paso algo?- saludé dubitativo.

-          Hola, no ha pasado nada solo tenía ganas de verte y hablar contigo- dijo ella tímidamente...se veía tan tierna y adorable.

-          Me halaga… pero sabes que la gente puede sospechar algo, no quiero problemas por ahora Emi- ella se puso triste- ¿qué tal si saliendo del trabajo salimos a pasear?- traté de animarla y lo conseguí, eso me hizo feliz.

-          ¿Enserio?– asentí,- si…sii…siii  gracias entonces te espero en el bar de alado.

-          Emily esta es una cita no lo olvides- yo también estaba animado por  salir con ella.

 

Emily es diferente de Nesa por muchas razones. Emi es tierna, risueña, distraída, cariñosa, impaciente, es como una niña pequeña con buen cuerpo, no sé si tendrá malicia pero poco piensa en la consecuencia de los actos  que hace, y le  gustan las fiestas y los helados. En cambio Nesa es seria, realista, bromista cuando esta de humor, distante, fría, parece una vieja con sabiduría por así decirlo, no le gusta fallar en la vida pero sin embargo sé que es insegura, solo que no le gusta que nadie conozca sus debilidades., le gusta llorar sola en el cementerio, lo sé porque una vez al mes la sigo para ver que este bien, y a veces pienso que en vez de novio parezco su amigo si no fuera porque nos besamos y tenemos sexo de vez en cuando… solo ahí es frágil, solo ahí se deja querer.

La primera vez  que hicimos el amor fue tan especial… yo creía que no iba a funcionar porque ella sufría de depresión y se alejaba de todos… pero que no se alejara a mí era suficiente. Ella era  virgen y mientras lo hicimos jamás me soltó, se aferró tanto a mí que parecía que no podría soltarse nunca  y al terminar me dijo que me quería, eso fue lo que me hizo enamorarme aún más de ella pero ahora aunque trato de que demuestre a los demás que me quiere, no lo consigo… Mis amigos se burlan de mi diciendo que no le importo a ella, y tal vez tengan razón, eso me deprime porque la quiero.

 

 

Entré a mi habitación y lo vi ahí sentado recostado en el cabecero de la cama con la mirada perdida hacia la ventana.

-           Hola ¿te sientes mejor?

-          Sí, no te preocupes – respondió sin mirarme.

-          No es para menos, ellos te dejaron hecho papilla - tenía  ganas de bromear con él, no conocía su risa. Él cambió su cara y me miró.

-          jajaja si tienes razón, pero ya me vengaré – prometió mientras hacia una sonrisa maquiavélica.

-          Interesante… los harás puré, eso quiero verlo - me  cayó bien, tenía sentido de humor.

-          Entonces te invito a ser espectadora en primera fila y es gratis, no puedes negar esta jugosa oferta, solo deja que me recupere.

FUEGO OSCURO - SANGRE CONDENADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora