Capítulo XX

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Benjamín esperaba descubrir las verdaderas intenciones de su primo en su estadía en el castillo de los Kirpatrick después de que su padre lo alertara de los movimientos de Arthur al crear un nuevo aquelarre, pero hasta ese momento no había descubierto nada. Aunque no se podía decir que su viaje había sido una pérdida de tiempo. Jamás hubiera imaginado que el egoísta de su primo se casaría y menos por amor y pasión, como le habían dicho los demás habitantes del castillo. Ese era un tema que debía juzgar por sí mismo. Era por eso que había decidido quedarse para la boda.

Recordaba que días anteriores su curiosidad fue tan latente que lo había llevado a realizar una búsqueda silenciosa y peligrosa en la otra mente de la habitación de su primo, y se sorprendió al no poder encontrar nada más que una pared blanca fortificada, de tal manera que le recordada la pared oscura de su primo Arthur cuando trato de invadir su mente mucho tiempo atrás.

Esa mañana no se había rendido. Trató de nuevamente buscar en el castillo la presencia de la novia de su primo y aunque a veces lograba dar con ella ahora le imposible golpear contra su mente porque un gran escudo antiguo le impedía el paso. Jamás se había topado con algo parecido pero sospechaba que Arthur había tomado cartas en el asunto recurriendo a las artes más antiguas de su raza para proteger la privacidad de su mujer.

Le daba merito por ello. Aunque no dejaba de inquietarle.

— ¿En que piensas tanto? —preguntó Helena saliendo del vestidor ahora vistiendo un diminuto conjunto de seda para dormir.

— En nada importante —dijo con simpleza desde la cama en la que yacía acostado mirando el techo.

— ¿Seguro? —Helena no le creía.

— Solo tengo un mal presentimiento de esta noche —respondió él tras un suspiro.

— Es el día de la boda de Arthur ¿Qué puede pasar? —preguntó ella mientras de acostaba a su lado en modo tranquilizador.

— No me fio de nada de esto. Conozco a Arthur y esto no es propio de él.

— En realidad solo conoces un lado de él. Aunque no lo quieras ver Arthur tiene un lado amable y leal...—murmuró Helena pausadamente mientras lo observaba.

— Eso poco me interesa. Es irreversible mi postura contra él.

— A pesar de que por fin haz conseguido que mi Tio Alexandro te reconozca.

Quiso reírse a carcajadas por aquellas palabras pero no pudo. Se levantó de la cama y buscó entre los papeles que tenía en el pequeño escritorio de estudio lo que su amante llamaba reconocimiento y lo lanzo a la cama para que Helena observara y se diera cuenta de su error. Ella empezó a ojearlos mientras él deambulaba por la habitación sintiéndose hastiado y profundamente dolido.

— Mi padre solo se ha dado cuenta que Arthur no le es leal a él y es mucho más inteligente de lo que se creía y como ahora tiene miedo de perder lo suyo tras saber del apoyo que tiene Arthur de sus protegidos por ser un buen líder, ahora busca apoyo en el consejo para deshacerse del estorbo que representa Arthur en sus planes.

— Y para eso te utiliza a ti...

— ¿Ahora comprendes porque no puedo perdonar a mi padre y mucho menos esperar algo bueno de Arthur?

— Pero si hablaran... —intentó persuadirlo ella.

— No serviría. Sospecho que Arthur odia a mi familia por alguna razón que no quiero ni pensar...—murmuro él preocupado.

FUEGO OSCURO - SANGRE CONDENADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora