CAPÍTULO XXX

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*ESTO SE PONE INTERESANTE* DISFRUTEN LA LECTURA*

HASTA PRONTO ^^

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En el transcurso de la semana Arthur había estado aumentando la vigilancia en sus tierras al escuchar a Hera que el Rey estaba espiándolos y que venía por ella. Arthur sabía el porqué. La Diosa menor era poderosa y conociendo al Rey, seguro creía que la Diosa era de su propiedad.

Sin contratiempos había manejado el trabajo y las reuniones con las casas aliadas. Suponía que tanto movimiento habría llamado la atención de la corona y del consejo porque la citación estaba en su mesa bajo el sello del Rey. Estaba obligado a asistir y ser juzgado por sus acciones.

Lo claro allí era mantener a su mujer ocupada para no preocuparla por un juicio que solo sería el inicio de su batalla contra sus enemigos.

Arthur tenía un As bajo la manga y allí estaba, rodeado de vampiros con capaz negras. Entre ellos amigos, ancianos y sus opositores. El Rey solo observaba desde su trono enigmático. Arthur no se dejaba engañar. El Rey no estaba de su lado, con clara razón: estaba dividiendo a su gente.

— Arthur Grinmoldi, se te acusa de tomar territorios pertenecientes a Alexandro de Bari. De formar aquelarre sin el permiso de la corona, lo que nos lleva a la evasión de impuestos a tu raza. ¿Cómo te declaras? —preguntó uno de los ancianos.

— Inocente —anunció sin titubeo.

— Tenemos pruebas de que existe el aquelarre, Grinmoldi. —Anunció un miembro opositor del consejo.

— Alexandro de Bari controla el territorio Americano. Estas oponiéndote a nuestras leyes yendo contra él, más cuando perteneces a la misma casa. —provocó otro opositor.

Controlando su enojo respondió.

— Si me disculpa la corrección. Jamás jure lealtad a mi tío, mi corazón y mi lealtad están con mi difunto padre, el clan Gales.

— ¿Sientes que no se están cumpliendo tus derechos? —preguntó Keren a su izquierda.

— Mi padre fue culpado de un crimen cuando ya estaba en la tumba sin posibilidad de una defensa. No hay pruebas de su participación en la matanza de los Selborne o de ir en contra de la corana. Así que sí. No han validado mis derechos y los de mi gente.

— El caso de tu padre está cerrado y claro que hubieron pruebas —anunció otro opositor.

— ¿Una reunión que en verdad nunca se llevó a cabo? Mis padres estaban muertos para cuando ocurrió la masacre. Una masacre provocado por una arpía.

— ¡A lugar! No estamos resolviendo la masacre Selborne, ¡Estamos enjuiciando a un infractor de la ley! —gritó un anciano. Arthur observó al anciano analizando su postura y si instinto le decía que el vejestorio sabía algo.

— A mí me interesa escuchar lo que tienes que decir —repuso el Rey.

— Mientras se masacraba a los guardias y empleados de la casa nació la heredera de los Selborne. Javier, un sirviente de la casa había salido antes a anunciar al Rey que nacería su sobrina. Este sirviente no lo encontró, el Rey estaba cazando algo que se le había perdido —Lucios frunció el ceño —así que volvió con sus Amos.

>> Cuando llegó a la casa Selborne entró por la puerta de servicio y encontró a sus amigos desangrados. Javier no huyó porque tenía la esperanza de encontrar un sobreviviente entre esos pasillos llenos de sangre, así que se ocultó entre los pasadizos secretos. A través de un cuadro vió a la arpía matando a sus Amos, luego recordó a la pequeña recién nacida y la buscó en el cuarto de la niñera.

FUEGO OSCURO - SANGRE CONDENADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora