Escuadrón Anti-Chicos© (En edición)

Capítulo 33: Espías.

— Casi lo olvido, ¿Sarah, quieres que pase a buscarte? —me pregunta Jess.

Oh, cierto. Estaba olvidando que Mike había prometido llevarme al instituto hoy, me daría mucha vergüenza decírselo a Jess y a Abby sabiendo que se burlarán y dirán cosas como que a Mike aun le gusto y blah, blah.

—No hace falta, gracias —le digo con una leve sonrisa mirando hacía la ventana que daba a la habitación de Mike.— Es que Mike me llevará.

Me doy cuenta de lo ultimo que dije y maldigo en mi interior. Se suponía que no debían saberlo porque no se los iba a decir.

Estúpida Sarah. Estúpida yo.

Veo como mis amigas empiezan a mirarme divertidas entrecerrando sus ojos y sonreírme de manera pícara, sobre todo Abby quien prácticamente tiene la boca extremadamente abierta en una sonrisa subiendo arriba y abajo sus cejas, oh no, ya van a empezar....

—¡Te dije que Sake era re...!

Antes de que mi rubia amiga dijera la frase cuelgo la videollamada.

¿Es enserio? ¿Por que siguen insistiendo en eso? Para nada le gusto a Mike, o sea, sé que nos besamos y todo pero sigo creyendo que fue porque estaba ebrio. No entiendo que pasa con mi cuerpo cuando lo tengo cerca, siento cosquillas en el estómago o siento que mi corazón late fuertemente o que mis mejillas se ruborizan, pero sé que esto no es amor.

No puedo estar enamorada, imposible.

Ignorando mis pensamientos tomó rápidamente mi mochila y observo mi teléfono. Mike me ha mandado un mensaje.

Mike: Buenos días, hermosa, el sol está brillando al igual que tú. 07:50

Mike: Pero no más que yo. 7:50

Mike: Aún sigo esperando abajo, saraaaaah. 07:52

Maldito impaciente, sólo pasaron dos minutos.

Cuelgo mi mochila en mi hombro para bajar las escaleras pero antes me detengo en el espejo para revisar si mi atuendo estaba en orden. Todo bien.

Al bajar me encuentro a Matt apoyado en la escalera observándome de pies a cabeza con una sonrisa, me alegra verlo sonriendo siendo que hace dos días estaba bastante mal por lo de su padre.

Empieza a silbarme y ruedo mis ojos divertida en respuesta.

—Te ves bien sexy —dice guiñándome un ojo.

—Tú no te quedas atrás, Mattie.

Me acerco donde él para darle un abrazo y en eso agarro sus nalgas. Él se separa de mí mirándome con diversión.

—Eres una pervertida  —golpea levemente mi brazo riéndonos.

—Lo sé, pero me tengo que ir.

Le lanzo un beso pasando por su lado y él hace que lo atrapa.

—Espera, ¿Quién te va a llevar si tu auto no funciona? —me detiene justo antes de tomar el pomo de la puerta principal.