capítulo 1

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Agosto/01

El olor a enfermedad y muerte era lo único que rondaba en esa habitación; habían pasado ya 17 años desde que enfermé y mis padres sólo se mantenían alejados de mí, dejándome solo con mi nona, la mujer que desde pequeño me cuidaba y alimentaba, podría decirse que ella era más como mi madre que la que en realidad lo era. Mi nombre es Lee Donghae, he vivido encerrado desde que tenía 2 años y padezco de un extraño caso de hemofilia, un tipo de enfermedad que por el más mínimo corte que me haga me puede llevar a la muerte.
Mis padres llevan una semana entera planeada para salir de viaje a Inglaterra y permanecer lejos durante 6 meses, esos meses los pasaré sólo con mi nona y unos cuantos empleados de la mansión. Desde que era pequeño fui educado en casa por el temor que les causaba el simple hecho de que saliera a la calle, así que podría decirse que nunca he tenido un amigo con quién expresarme, nunca he descubierto lo que es amar y nunca he sentido atracción hacia alguien, la mayor parte de mi tiempo me la he pasado leyendo, escribiendo algunos poemas y pequeñas fábulas o simplemente estudiando.

—Cariño, ya nos vamos -la madre de Donghae entró en su habitación con una maleta en la mano y caminó dentro de la habitación.

—Adiós mamá -se puso de pie y comenzó a caminar directo hacia ella, acercó sus labios y depositó un dulce beso en la mejilla de su madre- Tengan cuidado.

—Y tú también mi vida. Recuerda, nada de salidas, nada de extraños, nada de fiestas, nada de sexo, nada de alcohol o drogas, ¿entendido? -señaló con su dedo índice a Donghae, asintió con la cabeza y ella salió de la habitación.

Los padres de Donghae habían salido ya hace una hora y lo dejaron solo en casa, tomó un libro y bajando a la sala de estar se dispuso a leerlo.  La tarde pasaba tan rápido y Donghae estaba a punto de terminar su segundo libro por el día, usualmente come poco pero este día no había probado ningún bocado, pasando la hoja se hizo un pequeño rasguño en el dedo índice y no tardaron ni unos segundos cuando su dedo se encontraba cubierto de sangre, su nona llegó corriendo de la cocina con un pequeño botiquín de emergencias de donde sacó un vendaje y comenzó a curarlo, sabían que si se desangraba por el mínimo corte podría morir en instantes, en pocas palabras, Donghae era como un pétalo de rosa; por el mínimo tacto él podría romperse y dejar de vivir, colocó un poco de alcohol en el dedo del castaño y con una pequeña venda cubrió la pequeña herida.

—Debes comer cariño -dejó de vendar a Donghae y acarició su cabello lentamente

—Lo haré nona. Mmm ¿puedo preguntarte algo? -la pequeña viejita sonrió y asintió tomando sus manos entre las de ella.

—Claro, dime pequeño.

—¿Podría salir esta tarde a correr? Tú sabes, no muy lejos quizás ¿por aquí? -sonrió tiernamente intentando convencer a la pequeña anciana.

—No es seguro mi niño, recuerda lo que pasa si te haces el mínimo raspón -acarició levemente su rodilla- Pero está bien, un poco de aire no te dañará, y sólo ten cuidado.

Donghae caminó junto a su nona hasta la cocina donde se sentó en la pequeña mesa de empleados esperando su merienda, miró su reloj de muñeca 8:20 pm, sí que había pasado mucho tiempo centrado en sus libros tanto que no notó cuando el sol comenzaba a meterse, por suerte suya aún quedaba poca luz. Terminando su cena podría salir a correr un poco en el jardín de la mansión, la pequeña viejita que se encontraba cocinando para el castaño terminó de hacer la cena y sentándose en la silla frente a él le tendió su plato, ambos comían entre risas y viejos recuerdos de cuando Donghae era más niño y siempre raspaba sus rodillas por intentar tomar la caja de galletas sobre el gabinete.
Habían terminado de cenar, Donghae se dirigió fuera de la casa mientras los demás empleados iban a dormir, ahora su reloj marcaba las 8:50pm había oscurecido por fin y la única luz que quedaba era la de la luna. Donghae siempre había deseado salir lejos de la mansión, explorar el exterior, ir a un bosque, o incluso subir a una motocicleta, pero debido a lo sensible que era su cuerpo era casi imposible conseguir sus pequeños y tontos sueños.
Comenzó a correr alrededor de la mansión siendo cuidadoso con lo que pisaba, manteniendo su vista siempre al frente y al suelo para no tropezar con nada, el sonido de los árboles al moverse captaron su atención un poco y giró hacia el bosque que rodeaba la casa pero no vió nada, sin darse cuenta una roca frente a sus pasos se interpuso en su camino y Donghae cayó al suelo golpeando su frente, una gota de sangre comenzó a recorrer toda su cara y así comenzó a salir de más en más hasta que quedó inconsciente sobre el suelo, con su rostro lleno de sangre y tierra.

5 Months With You *Eunhae*+18Where stories live. Discover now