Capítulo 9

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Maratón 2/2

— Yo quiero un café solamente. — escuché hablar a mi tío — ¿Bruno..?

Intenté no apartar mi mirada de ella, finalmente había logrado que me mirara y no quería que eso cambiara.

— Un cappuccino, por favor. — le sonreí. Ella hizo lo mismo.

Por primera vez no fue descortés conmigo y eso me sorprendió demasiado.

Anotó lo que habíamos pedido, se dió media vuelta y se metió dentro del local.

Aparté mi mirada de la puerta de Starbucks y miré nuevamente al tío Dan, quién tenía una sonrisa en su rostro.

— Muy bonita, ¿no?

Sentí mis mejillas arder y por acto reflejo corrí mi mirada de la del castaño.

Aclaré mi garganta antes de contestar.

— Eh, sí. Sí, muy linda. — me dí cuenta de que quizás era mi momento para hablar con ella, no iba a desperdiciarlo — ¿Me disculpas, Dan? Tengo... que ir al baño.

Me levanté de la cómoda silla y esperé su respuesta.

— Claro. — respondió, aunque no muy convencido.

Le brindé una sonrisa y rápidamente me introduje en el local.

El ambiente allí dentro era cálido, y un rico olor a café invadía el lugar.
Algunas familias comían pastel felizmente, en los rincones se encontraban las parejitas totalmente enamoradas, quiénes parecían olvidar que habían ido por un café, y por último; los solitarios. Miraban hacia afuera a través de las ventanas y podía jurar que sus mentes no estaban allí.

Sacudí mi cabeza, apartando mis pensamientos y caminé hacia el mostrador, donde había unas tres o cuatro personas trabajando.

Miré a ambos lados del mostrador y la encontré vertiendo agua en una taza.

Estaba tan concentrada que ni siquiera sé había percatado de mi presencia ante ella.

— Hola. — saludé para luego largar un suspiro, producto de los nervios.

— Hola. — respondió mientras me miró a los ojos y luego siguió con su trabajo.

— ¿Cómo estás? Hace tiempo que no te veo... — crucé mis brazos y los apoyé sobre el gran mostrador.

Eva se volteó y tomó algunas cosas que estaban detrás de ella.

— Estoy bien. — dijo aún dándome la espalda — ¿Y tú? — preguntó luego de voltearse y preparar mi cappuccino.

— Bien. — contesté — Anoche fui al bar. — le informé.

Suspiró mientras apartaba un mechón de cabello y lo dejaba detrás de su oreja.

— Ya no trabajas allí. — continué.

— No, hice lo que me pediste. — echa leche caliente dentro de la taza, haciendo que el delicioso aroma de café con chocolate inundara mis fosas nasales.

— Me alegra saber que buscas un cambio. — levantó mi peso del mostrador y me paro con la postura recta, aún con mis brazos cruzados — Anoche también fui a tu casa, pero al parecer no estabas.

Frunció la entre-ceja y me inspeccionó con la mirada mientras ponía su mano derecha sobre su cintura.

— ¿Anoche? No oí nada. De todas formas no me gusta que me acoses de esa manera.

EVA #1 #PGP2017 #IvyAwards2017 #PNovelWhere stories live. Discover now