Maratón 2/2
— Yo quiero un café solamente. — escuché hablar a mi tío — ¿Bruno..?
Intenté no apartar mi mirada de ella, finalmente había logrado que me mirara y no quería que eso cambiara.
— Un cappuccino, por favor. — le sonreí. Ella hizo lo mismo.
Por primera vez no fue descortés conmigo y eso me sorprendió demasiado.
Anotó lo que habíamos pedido, se dió media vuelta y se metió dentro del local.
Aparté mi mirada de la puerta de Starbucks y miré nuevamente al tío Dan, quién tenía una sonrisa en su rostro.
— Muy bonita, ¿no?
Sentí mis mejillas arder y por acto reflejo corrí mi mirada de la del castaño.
Aclaré mi garganta antes de contestar.
— Eh, sí. Sí, muy linda. — me dí cuenta de que quizás era mi momento para hablar con ella, no iba a desperdiciarlo — ¿Me disculpas, Dan? Tengo... que ir al baño.
Me levanté de la cómoda silla y esperé su respuesta.
— Claro. — respondió, aunque no muy convencido.
Le brindé una sonrisa y rápidamente me introduje en el local.
El ambiente allí dentro era cálido, y un rico olor a café invadía el lugar.
Algunas familias comían pastel felizmente, en los rincones se encontraban las parejitas totalmente enamoradas, quiénes parecían olvidar que habían ido por un café, y por último; los solitarios. Miraban hacia afuera a través de las ventanas y podía jurar que sus mentes no estaban allí.Sacudí mi cabeza, apartando mis pensamientos y caminé hacia el mostrador, donde había unas tres o cuatro personas trabajando.
Miré a ambos lados del mostrador y la encontré vertiendo agua en una taza.
Estaba tan concentrada que ni siquiera sé había percatado de mi presencia ante ella.
— Hola. — saludé para luego largar un suspiro, producto de los nervios.
— Hola. — respondió mientras me miró a los ojos y luego siguió con su trabajo.
— ¿Cómo estás? Hace tiempo que no te veo... — crucé mis brazos y los apoyé sobre el gran mostrador.
Eva se volteó y tomó algunas cosas que estaban detrás de ella.
— Estoy bien. — dijo aún dándome la espalda — ¿Y tú? — preguntó luego de voltearse y preparar mi cappuccino.
— Bien. — contesté — Anoche fui al bar. — le informé.
Suspiró mientras apartaba un mechón de cabello y lo dejaba detrás de su oreja.
— Ya no trabajas allí. — continué.
— No, hice lo que me pediste. — echa leche caliente dentro de la taza, haciendo que el delicioso aroma de café con chocolate inundara mis fosas nasales.
— Me alegra saber que buscas un cambio. — levantó mi peso del mostrador y me paro con la postura recta, aún con mis brazos cruzados — Anoche también fui a tu casa, pero al parecer no estabas.
Frunció la entre-ceja y me inspeccionó con la mirada mientras ponía su mano derecha sobre su cintura.
— ¿Anoche? No oí nada. De todas formas no me gusta que me acoses de esa manera.
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EVA #1 #PGP2017 #IvyAwards2017 #PNovel
RomanceBruno es un joven que, a pesar de su corta edad, ha sufrido mucho. Desde el desprecio de su padre hasta la muerte de su madre. En un intento de olvidar todo, recurre al bar 21 para embriagarse. Pero lo que menos imaginaba es que allí conocería el am...