Capítulo XXI: La noche antes de la boda.

7.5K 754 253
                                    

Miraba con aburrimiento la ventana de mi habitación, ya era tarde y cuando regrese de entrenar con Madara Mito me arrinconó y me obligó a quedarme en mi vieja habitación, mañana ella vendría a cuidar cada detalle de mi para la boda y eso me asustaba. Se veía más emocionada que yo, y cabe decir que tampoco le había dado tanta importancia se Hasta ahora.

Con un suspiro me acomode para dormir, a partir de mañana mi nombre ya no sería escrito igual y las personas ya no se dirigirán a mi de la misma forma, muchas cosas van a cambiar a partir de ahora.

―Aún soy una niña...

Quizás esta mal que a mis 23 años siga pensando lo mismo, pero muchas cosas siguen igual y conforme pasan los años seguía siendo lo mismo, pero ahora; a unas horas de casarme, uniría mi vida a quien antes creía el enemigo, ya había crecido y ahora sabía que en mi vida existe a quien amar y proteger aparte de mis hermanos; a mi esposo.

Mis parpados empezaban a pesar, mi cuerpo poco a poco inició a relajarse, cerca del sueño, sintiendo cada vez más cómodo el futón.

―Hey...

Un escalofríos pasó por mi espina dorsal, quitando todo ese sueño que empezaba a acumularse en mi, con rapidez me incorporé en el futón, encontrándome con los letales ojos de Madara, observándome con su Sharingan. Él sentado en el suelo, mirándome sin perderse de ningún detalle.

―¿Qué haces...?

―Cállate.― susurró Madara, tapando mi boca con una de sus manos.

En un movimiento rápido, Madara ya se encontraba dentro del futón a mi lado, su Sharingan aún seguía activado y para la hora que era no parecía estar apunto de dormir. Su expresión se veía calmada, pero igualmente no quitaba el que se viese amenazador. Sin previo aviso tomó mi cintura, girando mi cuerpo, haciendo que mi espada se pegase a su pecho.

―Madara...

―Por favor, sólo... no hables.

Cada vez la situación era más extraña; encontrarlo a media noche dentro de mi habitación, con su Sharingan activado y sin saber la intención de su visita, pero por su actitud sería mejor no seguir preguntando, tan solo deje que sus brazos me tomaran. Pero a pesar de la extraña situación, a mi cuerpo no parecía importarle, haciendo que este se relaje más y provocando que mis parpados poco a poco esten cayendo. El sentir una de las manos de Madara acariciar mi cintura y su respiración en mi nuca, era lo suficientemente relajante.

―No duermas...

Con suavidad giré mi cuerpo hacia Madara, mirándolo con duda, su Sharingan aún seguía ahí pero se veía indeciso.

―Madara, ya dime realmente porque...

Sin previo aviso sus labios tomaron los míos, obligándome a retroceder por la impresión, su mirada nuevamente se conecto con la mía, ahora separados me miraba confuso. El simple hecho de estar utilizando su sharingan me tomaba los nervios, no sabía que quería y cierta molestia recorría todo mi cerebro al verlo de tal forma; sentía miedo.

Un suspiro de Madara logró sacarme de mis pensamientos, su Sharingan ya no estaba; empezaba a sentir sueño, de pronto todo mi cuerpo se sentia pesado. Madara ahora miraba el techo, parecía molesto, aburrido, triste, demasiadas cosas para un hombre tan inexpresivo como él.

―Yagura.― Llamó, aun con la mirada perdida en el techo.

―¿Qué?― pregunté con la voz desganada, cada vez sentía más sueño y cansancio, era como si hubiese corrido 7 kilómetros sin parar.

―Lo siento. ― dijo para después desaparecer de mi lado, dejándome con intriga y sueño.

Mi cuerpo no aguantaba tal cansancio desconocido, mis ojos se cerraron y mi mente descansó.

...

―Yagura...

Mi cuerpo despertó completamente, encontrándome con una Mito confundida frente a mi. Me incorporé en la cama, llevándome cierto dolor al sentarme, sentía mi piel caliente, y a decir verdad no sabia en que momento mi bata había desaparecido.

―¿...Qué te ocurrió anoche?

La mirada de Mito no dejaba de ser acosadora pero su duda también era evidente, ni siquiera yo sabía lo que había pasado conmigo. ¿Qué decir?

―Anoche estaba nerviosa, suele pasarme cuando no puedo dormir.― contesté insegura, no había mejor mentira que esa en mi cabeza.

―Bien... entonces levántate, bañate y empezamos con todo.

Así Mito desapareció por la puerta, dejándome sola y con muchas preguntas en la cabeza.

Lo último que vi anoche fue a Madara, actuaba muy extraño y a decir verdad no hablaba conmigo sólo me miraba y cuando no lo hacía me abrazaba, su actitud fue más extraña que otros días, y con lo que pasó conmigo...

―¿Lo que pasó conmigo?

Dolor de cadera, cuerpo caliente y piel pegajosa, falta de ropa, esto sólo una vez e mi vida me ha pasado y sabía que sólo puede existir un culpable. Pero saber que fue él no provocaba nada más que cierto dolor en mi garganta.

―Esto quiere decir... ¿Madara me violó?

-------------------------------------------

Gracias por leer y votar!

-Nova.




El Verdadero Sentimiento Uchiha | Madara Uchiha |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora