❝Siempre dicen que los jóvenes son tontos y que no saben lo que quieren y entonces llega el momento en el que te aferras tanto a demostrarles e incluso demostrarte que sabes lo que quieres y desarrollamos este miedo a contradecirnos y cuando se pres...
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Luke se estaba duchando y Rayden lo había hecho antes que él, así que ya estaba lista. Salió al pasillo para contestar la llamada de Michael que le decía que estaba al borde de arrancarse las pestañas porque en la casa de su tía a penas y había señal y le hizo prometer que iría con él la próxima vez.
―No te prometo diversión, esto no está ni un poco cerca de ser divertido, pero te ofrezco paz.
―Algo así atraen los reclutadores a las jóvenes para que se unan a sectas, justo así deben de hacerlo.
Para cuando colgaron Rayden estaba mirando por la ventana del pasillo, había un par de personas acomodando la mesa de bocadillos y algunos terminando de instalar las luces en el patio. Rayden escuchó ruido al final del pasillo, era Lisa y entonces se acercó hasta ahí y se dio cuenta de que era el cuarto de Elizabeth, ella estaba sentada con Lisa frente a ella, recargada contra el tocador.
―No puedes usar maquillaje, cuando seas más grande puedes hacerlo.
―Solo un poco.
―No te hace falta, tú ya eres bonita así.
―Por favor, quiero verme igual de bonita que tú.―Rayden se quedó mirando desde el pasillo.
―Solo voy a poner un poquito de este. ―Tomó un brillo labial y se lo colocó mostrándole antes como tenía que estirar los labios.
―¿Puedo usar un poco de este? ―Señaló el rubor sobre la mesa y Elizabeth lo tomó buscando su brocha mientras que decía:
―Cuando seas más grande te enseñaré a maquillarte, ¿bien?
―Sí ―contestó sonriéndole. Elizabeth sacudió la brocha al aire para quitar el exceso y luego se la pasó por las mejillas, al terminar le hizo cosquillas sobre la nariz con la brocha y entonces Lisa se rio un poco haciendo que Elizabeth sonriera.
Rayden sintió ese vacío extraño sobre el pecho que la perseguía desde que tenía memoria.
Lisa pareció notarla porque se acercó rápidamente a la puerta y le tomó la mano sacándola de su trance.
