❝Siempre dicen que los jóvenes son tontos y que no saben lo que quieren y entonces llega el momento en el que te aferras tanto a demostrarles e incluso demostrarte que sabes lo que quieres y desarrollamos este miedo a contradecirnos y cuando se pres...
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Al día siguiente por la noche el teléfono de la casa sonó y su padre miró a Rayden esperando que contestara.
―Esa debe de ser para ti ―Miró el reloj sobre la televisión y luego a Rayden.
―O encuestadores telefónicos.
―Cariño...―Rayden vio el teléfono y suspiró presionando el botón para contestar.
―Diga ―dijo mirando la alfombra mientras deseaba tanto que fuera un encuestador.
―Hola, ¿podría hablar con Rayden?, ¿está en casa? ―Se le hizo un nudo en el estómago y sintió que quería gritar.
―Yo soy Rayden.
―Soy Elizabeth ―dijo y por el silencio sintió que tenía que aclarar―. Uh... tu mamá.
―Sí.
―James me dijo que hablaría contigo, así es que llamaba para saber si ya tienes una respuesta para mí. ―Rayden sonrió con acidez, no preguntó cómo estaba. ¿Ella debía preguntar en su lugar?, ¿le importaba con honestidad como estaba?
―¿Por qué quieres que vaya? ―preguntó en su lugar y apretujó el teléfono cuando sintió que las manos le comenzarían a temblar.
―Eres importante para mí y me gustaría mucho que estuvieras conmigo en mi cumpleaños ―Rayden se llevó los dedos al puente de la nariz para pellizcarse la piel con los ojos cerrados, se quiso burlar y también pensó en colgar cuando la escuchó.
―¿Y qué quieres que haga en ese sitio?
―Quiero que la familia te conozca, ellos quieren saber más de ti.
―¿Y qué les has contado tú? ¿Qué la última vez que me viste me picaban las encías porque me estaban creciendo los dientes? ―Su padre se rascó la barba para disimular la risita que soltó.
―¿Qué dices?, ¿vendrás por mi cumpleaños?, Kenneth está emocionado por conocerte. ―Rayden frunció el ceño.
