Capítulo 49.|Última vez.

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Leah.

Un accidente en la ciudad el día de hoy, había dejado a un niño herido y a dos personas muertas. Cuando ocurren estas cosas, la clínica se vuelve un caos, y es aún más doloroso el darse cuenta que esas dos personas eran los padres del niño y que acaban de fallecer. Cuando el niño despierte va a ser un golpe muy duro, y es que tiene apenas unos ocho años, es casi de la misma edad que Steven y yo de verdad no podría imaginarme a mi hermano en una situación así, moriría.

La abuela del niño ha estado velando su sueño desde que llegó a la clínica. Ha estado llorando y no es para menos, la que acaba de morir junto a su esposo fue su hija, su única hija.

Salgo de la habitación y camino hacia los laboratorios. El Doctor Walter me ha dejado a cargo hoy de hacer una serie de análisis y para mi mala suerte, mi compañera y asistente el día de hoy es Lilly. Mientras camino por el pasillo, viendo a mis colegas trabajar de un lado para el otro, me llegan los recuerdos de la noche anterior y me pongo roja al instante. Hicimos el amor toda la noche, y no sé como he podido venir a trabajar. Es gracioso decir esto, pero el sexo es bueno, realmente bueno, no sé porqué me abstuve tanto tiempo de el, pero fue increíble esperar porque Aaron llegara a mi vida para experimentarlo.

Entro al laboratorio y saludo a algunas enfermeras y enfermeros que se encontraban aquí. Me puse a trabajar guardando la sangre extraída de muchos pacientes y colocándoles los nombre respectivos a los pequeños frascos de cristal. Estaba algo concentrada en lo que estaba haciendo que el sonido de un vaso de cristal al caer al suelo me hizo saltar en mi lugar y lanzar un pequeño grito de terror. Miro hacia atrás y veo a Milton, uno de los enfermeros mirarme con algo de pena.

—Lo siento, se me ha caído y no pude evitarlo.

Cuento hasta diez y respiro tratando de controlar los latidos del corazón que siento como si se me fuera a salir del pecho. Los demás me miran algo extrañados y se acercan a mí para tranquilizarme.

—Estoy bien, de verdad...es sólo que estaba algo concentrada y el sonido del cristal contra el suelo me espantó.

—Lo siento de nuevo Leah, de verdad, yo he estado algo distraído el día de hoy—dice Milton pidiendo disculpas una vez más.

—No te disculpes, está todo bien, sigan trabajando.

Ellos asienten y continúan con lo que estaban haciendo. Yo coloqué mis dos manos en el mostrador y cerré los ojos tratando de calmarme. Estoy así de los nervios porque el sonido de los cuatro disparos de la noche anterior aún no salen de mi cabeza, y es que fue horrible esos minutos en los que Aaron junto a los chicos salieron del local.

No sé que sea de verdad, pero últimamente siento dentro de mí como si algo no estuviera bien. Deben ser tonterías mías, pero es como si algo malo fuera a pasar, algo que va a hacerme pedazos, algo que va a destruirme. Vuelvo a concentrarme en el trabajo y minutos más tarde llega Lilly con su autoestima por el cielo y su aire de superioridad. Los demás enfermeros y enfermeras que se encontraban, suspiraron con pesadez al verla llegar, y es que aquí nadie puede soportar por varios segundos su presencia. Ella se acerca a mí y se cruza de brazos. Yo sigo concentrada en mi trabajo y no volteo a mirarla.

—¿En qué puedo ayudarte?—pregunta ella con su voz de diva.

Respondo sin mirarla.

—Ayuda a Milton a terminar de hacerle los análisis a los pacientes que están en espera.

Ella gruñe.

Mi Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora