Mi Perdición #1

Capítulo 44. |Las cincuenta sombras de Grey.

Leah.

Que bien se siente estar en Beverly Hills una vez más, nada nunca se compara como el hogar. Ayer me dieron el alta en el hospital en Texas y mi padre quiso regresar tan pronto a la ciudad, tenía compromisos con el restaurante al igual que yo en la clínica.

Mis abuelos se quedaron sumamente tristes al despedirse de nosotros, pero prometieron visitarnos muy pronto. Aaron no se ha despegado de mí ni un instante y es tan bonito verlo preocupado por si estoy bien. Lexie y él al parecer están muy enojados, y Aaron me contó ciertas razones, mi hermana no aprende.

Desde que llegamos a Beverly Hills la mañana de ayer, no he vuelto a ver a Travis y he estado un poco preocupada. Después de haberme confesado que es mi hermano y sobre el incidente de la mordida del alacrán ha estado sumamente nervioso y preocupado por mí. Aún no puedo creer que Scott esté vivo, y se me hincha el alma de tanta felicidad. Solo no sé como tomarán mis padres esta noticia tan impactante, por eso he dejado todo este asunto en manos de Trav, él conocerá el momento perfecto para contárselo a la familia.

Ya casi se acerca el festival de baile en la academia y hoy tengo el ensayo final, estoy muy emocionada. Por otro lado está el cumpleaños número veintiuno de Lexie y las chicas están todas muy emocionadas preparando la fiesta del año.

Bajo las escaleras de mi casa y al entrar al living veo a Jefferson de pie frente al televisor. En cuanto me ve, corre hacia mí.

—¡Cenicienta!—en un grito ahogado me sostiene y me abraza tan fuerte que me cuesta respirar.

Le devuelvo el gesto y sonrío al tenerlo así tan cerca. Él se separa de mí y sujeta mi rostro con sus manos.

—¿Estás bien? Lexie me comentó lo que había pasado en Texas y cuando me llamó para decirme que habían llegado corrí a verte.

Le sonreí.

—Estoy bien, fue un pequeño susto.

—Que bueno escucharlo—suspiró—. Morí siete veces cuando me contaron que estabas en el hospital.

Bajé la mirada y jugué con mis dedos antes de volver a llevar la vista hacia él.

—Jeff, las cosas entre tú y yo no han estado muy bien y me gustaría que por favor me des un chance para que hablemos, no me gusta estar así contigo.

Él asintió.

—Y todo ha sido mi culpa. Me he enojado porque estás con Aaron y no debe ser así. Yo oculté mis sentimientos hacia ti desde siempre y no puedo culparte por enamorarte de otra persona. Ya lo entendí y de verdad Cenicienta, lo he aceptado.

—Gracias, Jeff. Eres mi mejor amigo y tenía miedo de perderte definitivamente. Yo sé que allá fuera está la chica ideal para ti, eres un hombre increíble, y cualquier chica estaría contenta de tenerte en su vida.

Él me sonrió y me atrajo a sus brazos envolviéndome en un tierno abrazo.

—¡Leah Stephanie Jenner Brown! ¿Cómo es posible que ya estás en Beverly Hills y no me has llamado?—me grita Darren por el teléfono.

Llevaba una hora ordenando mi habitación después que Jefferson se marchara a su nuevo trabajo en una compañía de arquitectos.

—Lo siento, he estado con la cabeza en todos lados, se me había pasado—le respondí con el teléfono en el oído mientras ordenaba mi armario de ropas.

—¿Sabes? He estado pensando en sustituirte de mejor amiga, no te mereces ese puesto—lo escucho resoplar dolido.

Río por su rabieta.