Capítulo 14.|Sentimientos a flor de piel.

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Leah.

Desde que Darren está en la clínica no he salido de ella ni un segundo, vaya susto el que nos pegó a todos. Jeff tampoco ha salido de aquí y los padres de Darren no se le quitan del lado. A pesar de que tío David ha tratado de hablar con Darren para que lo disculpe, mi amigo está muy dolido.

Le hago el chequeo general, cambiándole el suero y observando que todo esté en orden.

—Muñeca.

Volteo a verlo dejando las planillas de la carpeta a un lado y sentándome en la orilla de la cama. Darren ya ha recuperado el color en sus mejillas y se le ve mucho mejor, eso me pone realmente feliz.

—¿Necesitas algo?

Él asiente despacio.

—Necesito un favor tuyo y de tío Stephen.

Fruncí el ceño.

—¿Qué sucede?

Él suspiró y comenzó a jugar con los dedos de sus manos.

—Es que no quiero regresar a casa, al menos no ahora, no quiero ver la mirada de decepción en el rostro de papá.

—Darren, tú padre no te mira de esa manera.

—El punto es que te quería pedir el favor de dejarme quedar contigo unos días, hasta que pueda hablar de buena manera con él. Tengo un departamento, pero no quiero quedarme solo allí.

Le sonreí.

—Claro que sí, eso no tienes ni que preguntarlo Darren, mi casa es tu casa.

—Pero debo hablar con tío Stephen.

—Papá estará de acuerdo, eres como un hijo para él.

La puerta se abrió y Lexie entró con una enorme caja de chocolates para Darren.

—¡Llegué yo a endulzar tu vida, mi querido peli rosa!—canturrea enérgica.

—Lexie, no es permitido traer nada de comer aquí dentro.

Ella se hace la loca y se sienta en la esquina de la cama.

—Ay Lee, pero si son solo chocolates que endulzan la vida.

Darren sonríe y abre la caja muy emocionado.

—Gracias Lex, tu hermana aquí solo quiere mantenerme a base de sopa y muy mal hecha.

—Oye Lee, tengo algo que contarte—dice Lexie con el volumen de voz algo nervioso—. Tuve que confesarle a papá lo del accidente con el coche.

—¿Tuviste un accidente, Lex?—le pregunta Darren sorprendido.

—¿Por qué hiciste eso?—le pregunto preocupada.

Ella suspiró.

—Es que me preguntó por el auto y me puse tan nerviosa que lo descubrió todo.

—¿Cómo reaccionó?—siento que me mareo.

—Furioso Lee, quiere saber con urgencia el taller donde está y quién fue el responsable del choque.

Cubrí mi rostro.

—¿Sabes lo mal que va a tratar a Aaron y a su amigo?Lex, conoces a papá, puede meterlos en un problema.

Mi Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora