24. I love you

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"He esperado y esperado a que hagas un movimiento, antes de que hagas un movimiento... bebé, ven e ilumíname y tal vez te deje. Un poco peligroso, pero cariño, así es como lo quiero, un poco menos de conversación y toca mi cuerpo un poco más, porque estoy tan enamorada de ti."

—Into you, Ariana Grande.

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El camino a casa se volvió largo, ninguno mencionó nada del acuerdo silencioso al que habíamos llegado con anterioridad. No, las palabras venían sobrando, no nos hacían falta. Caminamos entre risas hasta la parada del bus y una vez que lo abordamos, las bromas y las carcajadas no se hicieron esperar, todos nos veían y de vez en cuando, cuando las ansias eran tantas, nos comíamos a besos sin ninguna clase de pudor, no importaba que todo el mundo arriba del transporte público nos viera porque eramos sólo él y yo.

Parecíamos una pareja de recién casados que están camino a su luna de miel, inexpertos, primerizos en esta cosa complicada llamada amor. Yo sentía que eramos como una de esas parejas que han planeado esto durante tanto tiempo, como dos adolescentes en su milésima cita que saben lo que sucederá una vez que estén a solas. Nunca me había sentido tan nervioso en toda mi vida —aunque no lo aparentara—, Eren también intentaba tapar el nerviosismo, pero yo podía ver a través de él y lo que veía era un tierno manojo de nervios, como cuando eramos más jóvenes y lo avergonzaba en exceso con sólo invadir su espacio personal un poco.

Volvía a ver al Eren de aquel entonces, con la única diferencia de que antes no se esforzaba tanto por ocultar lo nervioso o avergonzado que podía llegar a sentirse.

Pero ni bien llegamos a su departamento y él cerró la puerta detrás de sí, yo ya me había abalanzado contra él, buscando sus labios con desesperación y es que yo llevaba esperando por este momento durante tanto tiempo que no pude contenerme, por más que mi yo interno y sensato me decía que debía controlarme un poco más. Él tardó en corresponder a mis arrebatados impulsos pero cuando lo hizo, incluso yo mismo comencé a quedarme sin aire y a añorar tener el control de nuevo. Öyku estuvo ladrando en búsqueda de un poco de atención pero ninguno pensaba ceder, estábamos en el punto donde ya no había retorno, llegamos a su habitación entre trompicones y alguno que otro azotón que lográbamos darnos mutuamente contra la pared debido a las ansias que nos desbordaban y no nos permitían separarnos.

Una vez que estuvimos en su habitación, Eren se separó abruptamente de mí, como si hubiera recordado algo sumamente importante, algo que lo angustiaba y con esa misma angustia, nervios, inseguridad y miedo, fue que me miró a los ojos con real y genuina vergüenza.

—Hay algo que debo decirte— Murmuró mientras intentaba tomar un poco de aire, relamiéndose los labios y tragando saliva con fuerza.— Yo no... nunca he estado con un hombre.

Fue un poema ver su rostro desfigurado por la completa vergüenza mezclada con la latente angustia que debía sentir al ser primerizo en esto. Estuve tentado a reír pero sabía que eso podía arruinar mi perfecta oportunidad, por lo que con seriedad lo miré y llevé mis dedos a su boca para silenciarlo cuando estuvo a punto de echarse para atrás, tomé una de sus manos y con toda la sensualidad que nunca creí tener, besé en repetidas ocasiones el dorso de esta misma. Eren me miraba atentamente, sin perderse ni un sólo detalle de lo que hacía.

—Entonces déjame guiarte— Susurré cerca de sus labios, sugestivamente.— Imagina que estás con una chica, ¿qué harías si estuvieras con una chica?

El de cabellos castaños soltó una carcajada cargada de nervios, desvió la mirada y se lo pensó por apenas unos segundos. Relamió los labios con evidente nerviosismo, para después animarse a decir:

Green eyes; EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora