11. Hello, I've waited here for you... everlong

6.3K 626 1.5K
                                    


"Y todo lo que he visto desde hace 18 horas son tus ojos verdes, tus pecas y tu sonrisa. En el fondo de mi mente haciéndome sentir como que... sólo quiero conocerte mejor, porque todo lo que sé es que dijimos "hola" y tus ojos se veían como volver a casa. Todo lo que conozco es un simple nombre y todo ha cambiado. Todo lo que sé es que aseguraste la puerta, tú serás mío y yo seré tuya. Todo lo que sé desde ayer es que todo ha cambiado."

.

.

.

Friburgo de Brisgovia, Alemania.

Viernes, 25 de Agosto, 6:19 p.m

Los días nublados siempre me habían gustado mucho, me gustaba sentir el roce del viento frío contra mis mejillas. Me gustaba levantar la vista y ver a las grises nubes flotando lentamente en el cielo, era como si estuvieran a punto de llorar pero estuvieran conteniendo esas gotas que querían caer, yo sabía que de un momento a otro lo harían, las dejarían salir y entonces la lluvia caería. Me gustaban porque no eran blancas, ni se coloreaban de lila, del rojo o del anaranjado, sencillamente eran grises.

Me gustaban porque en el fondo yo era tan gris como ellas, en el fondo yo también estaba a punto de colapsar y soltarme a llorar. Yo también estaba a punto de llorar y todo este tiempo había contenido esas lagrimas, aunque igualmente sabía que de un momento a otro lo haría. Así, como las nubes grises de Agosto que están a punto de llorar.

No era como si tuviera una mala vida, siempre me había sobrado cariño. Pero no me sentía vivo, más que no sentirme vivo, me sentía vacío. Siempre lo había tenido todo, hablando en todos los sentidos y sin embargo, seguía faltándome algo y eso no hacía más que incrementar las ganas de saber como sería despertar una mañana y sentir que todo estaba bien, que iría bien. Lo había tenido todo, pero a veces ni la costosa ropa de marca, ni las mejores escuelas de arte pagadas podían llenar ese vacío existencial. Y tampoco me bastaba con el amor desgastado que me ofrecía Erwin, pronto comprendí que mi tristeza almacenada era a falta de amor, pero no de un amor como el que mamá o Hanji podían ofrecerme, no.

Era a falta de un amor propio, me di cuenta de que en realidad no pude enamorarme de Erwin porque ni siquiera yo me quería a mi mismo. Todo el amor que debí de darme a mí mismo primero, se lo había intentado dar a él y por eso no funcionó. A estas alturas de mi vida no necesitaba que Erwin me amara, necesitaba con desesperación que él hiciera que yo mismo aprendiera a quererme. Pero al final del día, todo lo que lograba es que me sintiera más enojado conmigo mismo.

Creo que fue lo había fallado desde el principio, ambos necesitábamos amarnos a nosotros mismos primero. Él tenía complejo de inferioridad y yo una depresión que parecía hacerse más fuerte con el paso del tiempo. Ambos estábamos rotos, y yo terminé por repararlo a él, le di piezas mías a cambio de parches y curitas, no me importó en ese momento darle a él mi mejor versión. Había sido su pilar cuando él no podía más y estaba a punto de hundirse; sin darme cuenta, yo terminé tocando fondo.

Y ahora ya no tenía nada más que darle, le había dado todo mi amor, partes importantes de mí que sabía que jamás recuperaría. Me había quedado vacío, necesitaba amarme a mí mismo, pero también sentirme amado, el amor agotado que Erwin me ofrecía ya no bastaba. Como todas las tardes, había ido al parque con la esperanza de ver pasar a Eren, porque aparentemente era eso lo que llenaba el vacío, pero que desaparecía cuando él se volvía a ir. Había veces en las que no venía, había otras en donde sólo hacía su pequeña aparición y después volvía a desaparecer. A mi no me importaba, yo acudía todos los días y sin falta a aquel mismo lugar, esperando tener un poco de suerte y verlo.

Green eyes; EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora