10. Chances are

5K 585 943
                                    


Alemania, Konvikt strasse, apartamento N° 45, piso 6.

Sin darme cuenta el fin de semana se había ido volando, a diferencia de muchas otras personas, a mí no me molestaba el hecho de que el fin de semana fuera tan corto; ya que a mí no me molestaba ir a la escuela, porque el arte era algo que verdaderamente me apasionaba demasiado, además, cada vez que llegaba el lunes podía ver a Eren y eso era algo bueno. Podría decirse que de alguna manera extremadamente rara, yo odiaba los fines de semana. No tenía nada que hacer, más que limpiar, pero al final terminaba demasiado pronto porque mi mamá también era una loca de la limpieza, así que no había mucho por hacer en el pequeño departamento en donde vivíamos.

Tenía muchas razones para esperar el lunes con ansías cada vez que el viernes llegaba. Y me sentía bien con esa nueva rutina que incluía ver a Eren por pequeños ratos durante toda la semana.

—Últimamente te ves de mejor humor.— Comentó de pronto mi mamá y enseguida se llevó una bolita deforme de sandía a la boca.

—Hm...

Encogí los hombros y continué picoteando el trocito de piña en mi plato con el tenedor. Siempre había odiado la piña y mi mamá siempre se había empeñado a que la comiera, pues según ella, tenía demasiados beneficios para la salud, además, ella había dicho que mientras viviera en su casa, comería lo que ella preparaba, tan sencillo como eso.

—¿Sucedió algo que te tenga así?— Se sirvió un poco de café y después le puso dos cucharadas de azúcar, levanté la vista, pero no respondí, así que ella continuó insistiendo.— No sé, ¿en la escuela?

—No lo creo— Hice una mueca con los labios y opté por dejar a la pobre piña en paz, clavando ahora el tenedor en un pedazo de melón.— Lo mismo que te dije el otro día, acerca de los dibujos en 3D. Nada nuevo.

—¡Ya sé!— Soltó en un pequeño grito que a mí me hizo respingar sobre la silla.— Por fin te llegó tu carta de Hogwarts.

Dejo salir una pequeña risita llena de burla por recordarme mi niñez y lo obsesionado que estaba con la idea de ir a Hogwarts y montarme sobre un dragón. Ante ese comentario, sólo puse los ojos en blanco mientras me dedicaba a masticar el pedazo de melón.

—Mamá— Dije una vez que me terminé el bocado.— Era pequeño, tonto e inocente y realmente creía que todo era posible, como que me llegaría mi carta de Hogwarts algún día.

Ella volvió a reír y después le dio un pequeño sorbo a su café caliente. Cuando retiró la taza de sus labios, me miró por un largo rato, entornando los ojos en el proceso, ahora sentía lo que Eren debía sentir al ser objeto de mi mirada por largos periodos de tiempo. Luego sus ojos se pusieron vidriosos y supe lo que estuvo pensando todo este tiempo.

—Estabas muy pequeñito, más pequeñito que ahora — Volvió a reír y yo fruncí el ceño, después dejó la taza de café sobre la mesa, dibujando una sonrisa melancólica en su rostro.— Eras mi bebé y siempre lo seguirás siendo. Al final tengo algo que agradecerle a tu padre.

—Él no es mi padre— Apreté los labios por varios segundos, antes de continuar.— Un tipo que nunca conocí y que ni siquiera se hizo cargo de mí, no merece el titulo de "padre".

—Fue un idiota, pero me dio un hermoso niño— Me aventó un beso con los dedos y yo sólo negué con la cabeza.— Tendré hermosos nietos, seguro que sí.

—Mamá, ¿te das cuenta de lo qué estás diciendo?— Levanté una ceja y ella pareció reaccionar, soltó una risita nerviosa y apenada.

—Tienes razón, lo siento. Bueno, podrías adoptar, o alquilar un vientre, ya sabes..

Green eyes; EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora