c i n c o

182 6 5
                                    

— Basta, déjame en paz de una buena vez — Jaehyun insiste en sujetar mano derecha. No deja de repetir que necesito curar la dichosa herida en mi muñeca. Es similar al rasguño de un gato, dos líneas paralelas de no más cuatro o cinco centímetros y no tengo idea de porqué hace tanto drama. Estaba tratando de pensar en lo que debía hacer primero luego del desastre ocurrido. — ¿dónde diablos está Sangyoon?

— Lo traeré para ti, pero primero necesitas calmarte. 

— Estoy calmada, muy calmada — Empujo lejos las manos de Jae por enésima vez y me coloco de pie para salir de ahí, pero Sejin aparece en el umbral de la puerta, llevando un botiquín en su mano — Oigan, ¿es en serio?

— No seamos así, por favor — Sejin suelta. Jae se levanta y él se sienta en su lugar, abre el botiquín sobre sus piernas. Enseguida, da unos golpecitos al asiento frente a él, sus ojos se hacen pequeños detrás de sus lentes. 

— Quisiera aclarar que no me estoy desangrando — aclaro y levanto mi brazo para generar apreciación sobre la herida y vuelvo a sentarme mientras miro a Jae en estado de negación. 

Jae camina hacia la puerta haciendo un ruido entre su lengua y el paladar. Y luego mi vista va hacia el umbral de la puerta, donde está parado Sangyoon con su expresión nula, despreocupada y sin remordimiento. 

— Dijeron que querias verme. 

Jae me hace un gesto a espaldas de Sangyoon, algo parecido a secuencias de respiración al mismo tiempo que gesticula con su labios: "respira, respira" luego sale y Sejin se mueve del asiento para salir también. Le agradezco en silencio y finalmente quedamos solos en esa habitación. 

— Antes de hablar, quisiera saber si tienes algo para decir. 

Él presiona sus labios, mira lateralmente como pensando y enseguida, niega con la cabeza. 

Respiro profundo. 

— Te aseguro que no conservarás esa misma postura cuando estés frente a un comité disciplinario tratando de explicar por qué golpeaste a una chica que no era potencialmente peligrosa para el grupo. 

— Veremos — responde. 

—  Estoy tratando de ayudarte, por si no es ya un poco obvio. 

— No necesito tu ayuda. No hice nada malo.  

— ¿Qué hay sobre lo que pasó con Yoongi? — agarro mi cabeza entre mis manos, el sólo recuerdo me pone de malas — Lo agarraste por el cuello. ¿En qué estabas pensando?

— Porque él lo hizo primero. — responde sin inmutarse. Estaba dando las respuestas de un niño de 7 que se metió en una pelea.

— Dios, más te vale no responder eso frente al señor Park. 

— ¿Qué es lo que estás tratando de hacer? ¿Quieres que asuma la responsabilidad de todo para que tu salgas intacta?

— Estoy tratando de protegerte, eres parte del equipo. No puedo simplemente ir con los hechos sin antes escucharte — suelto con ímpetu — pero no me estás dejando otra opción más que reportar tal como fueron las cosas sin posibilidad a proponer un margen de error. Porque no me estás dando ninguno. 

— En dos semanas empezaremos a movilizar al grupo a Japón y no hay forma de ocultar eso con una agenda pública que se actualiza cada semana en una página web que el mundo entero puede ver.

— ¿A qué viene eso?

— Que necesitas hacerlo mejor.

Me quedo en silencio por unos segundos. No ha pasado ni siquiera un minuto de esa conversación y ya me siento agotada. Estaba tratando de entender lo inentendible. Yo hacía preguntas y él sólo respondía evasivamente. Era orgulloso, y de eso ya no me quedaba duda alguna. 

Protect Bangtan - YoongiWhere stories live. Discover now